El fin del Doctor Muerte
El m¨¦dico Harold Shipman, que asesin¨® a m¨¢s de 215 personas, se ahorca en su celda
El infame Harold Shipman, apodado Doctor Muerte y conocido como el mayor asesino en serie de la historia brit¨¢nica (se le atribuyen m¨¢s de 215 cr¨ªmenes de pacientes), se ahorc¨® ayer en el interior de su celda de Wakefield (Inglaterra). Aprovech¨® las s¨¢banas de su camastro para colgarse del cuello desde las rejas de la ventana.
El suicidio de Shipman, a¨²n sin confirmar oficialmente, anula cualquier esperanza de los familiares de las v¨ªctimas por llegar a conocer el motivo de sus asesinatos. En las pesquisas policiales, y a lo largo del proceso judicial, en 2000, el Doctor Muerte ni admiti¨® su culpabilidad, ni expres¨® arrepentimiento. Tampoco se inmut¨® cuando el jurado dio por probada su responsabilidad directa en la muerte de 15 personas, pacientes en su consulta de la seguridad social de Hyde. Una investigaci¨®n judicial posterior le identific¨® como el asesino de entre 215 y 260 pacientes, a lo largo de 23 a?os. La mayor¨ªa eran mujeres mayores. Antes, el juez le hab¨ªa condenado a cadena perpetua por la quincena de asesinatos.
Shipman se ganaba la confianza de sus pacientes, a los que sol¨ªa visitar en casa (sobre todo a las mujeres). Cada uno "sonri¨® y le agradeci¨® mientras se somet¨ªa a sus cuidados mortales", seg¨²n le espet¨® el juez.
A ning¨²n otro criminal brit¨¢nico se le atribuye tan elevada cifra de v¨ªctimas. Su caso es igualmente notorio por escaparse a la tipolog¨ªa cl¨¢sica de un asesino en serie. A Shipman no se le descubri¨® ning¨²n motivo sexual o material. Los ancianos murieron sin sufrir, confiados y en la m¨¢s absoluta tranquilidad. Se cre¨ªan al amparo de un m¨¦dico atento, honesto y respetado por la comunidad. Pero ¨¦l les inyectaba diamorfina.
Era "adicto al asesinato", seg¨²n las conclusiones de la investigaci¨®n que fall¨®, sin embargo, a la hora de revelar el motivo de dicha adicci¨®n. Otras fuentes comentaron ayer que Shipman actuaba contra pacientes que le irritaban e interven¨ªa en otros para evitarles el sufrimiento que ¨¦l mismo observ¨® en su madre antes de sucumbir a un c¨¢ncer.
Las sospechas se desataron en 1998 a ra¨ªz de un testamento alterado por una de las v¨ªctimas de Shipman d¨ªas antes de morir. Para entonces, 215 personas, y otras 45 probables, hab¨ªan recibido dosis mortales de diamorfina. Los asesinatos se produjeron en Hyde y en Todmorden (norte de Inglaterra), donde ejerci¨® Shipman desde 1975.
La investigaci¨®n en torno al caso Shipman a¨²n no ha concluido y posiblemente ya jam¨¢s consiga aclarar lo ocurrido. Quedar¨¢ por esclarecer c¨®mo pudo emitir tantos certificados de defunci¨®n sin levantar sospecha, c¨®mo pudo almacenar tanta hero¨ªna qu¨ªmica un m¨¦dico con antecedentes penales por drogadicci¨®n, y sobre todo, cu¨¢l fue el m¨®vil de sus cr¨ªmenes.
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