"Hay que empezar a hablar de culturas ib¨¦ricas"
Apasionado y combativo a la hora de defender sus tesis, Eduardo Subirats (Barcelona, 1947) no tiene ninguna confianza en los intelectuales espa?oles actuales y parece verse a s¨ª mismo como uno m¨¢s en la larga lista de exiliados que pueblan, y enriquecen, la historia de este pa¨ªs. Desde 1993 reside en Estados Unidos donde actualmente es profesor en el Departamento de Espa?ol y Portugu¨¦s de la New York University. Los ensayos recogidos en Memoria y exilio (Losada) reflejan su preocupaci¨®n por realizar una revisi¨®n cr¨ªtica de la historia del pensamiento cultural ib¨¦rico y latinoamericano en la que rescata algunos nombres de un injusto olvido, y tambi¨¦n critica de forma abierta a otros muchos, desde Unamuno a Javier Mar¨ªas pasando por Almod¨®var o Rafael Moneo. El libro se centra en tres grandes momentos: el nacimiento del imperio colonial cat¨®lico espa?ol, que se inicia con la reconquista y se trasplanta a Am¨¦rica Latina; la frustrada ilustraci¨®n, y el fin del imperio en 1898 y sus secuelas, que se alargan hasta hoy.
"El casticismo espa?ol es una v¨ªa muerta. La tradici¨®n renovadora est¨¢ en otra parte"
Pregunta. En Espa?a se habla muy poco de su pasado colonial y de la manera en que ha influido en la evoluci¨®n del pensamiento. ?Por qu¨¦?
Respuesta. La ceguera del intelectual espa?ol con respecto a su propia historia es un tema sabido. Mar¨ªa Zambrano lo expres¨® muy bien cuando dijo: "Los espa?oles temen a la historia". Y es que vagamente tienen la conciencia de que hay algo muy oscuro en el pasado.
P. Se conoce poco el pensamiento anticolonial espa?ol.
R. A los intelectuales cr¨ªticos con el colonialismo, o los decapitaron o los echaron fuera. Luis Vives es un buen ejemplo. La identidad de lo espa?ol se establece en 1492. Es la Espa?a que se constituye como unidad inquebrantable bajo el signo de la cruz. Ahora bien, en aquel momento era un pa¨ªs con tres religiones en el que se hablaba ¨¢rabe, hebreo y el lat¨ªn vulgar que se llamaba castellano. Y ten¨ªa una historia anterior que era m¨¢s rica que la que vino despu¨¦s. Como se destruyeron bibliotecas, mezquitas y documentos se ha creado la sensaci¨®n de que esto antes era un desierto. Pero es una visi¨®n oscurantista de la historia, que se ha proyectado a Am¨¦rica Latina y que a¨²n contin¨²a. Aceptar que no es as¨ª significa aceptar que esta unidad nacional, cat¨®lica y absoluta, la "Espa?a eterna" que dec¨ªa Unamuno, no existe. Es una falacia, una construcci¨®n.
P. ?C¨®mo ve la situaci¨®n en estos momentos?
R. Estamos asistiendo a una comedia b¨¢rbara en la que una derecha ignorante, que no tiene nada que decir, se dedica a provocar, con actitudes arcaicas, a un nacionalismo regional que responde con la misma vehemencia pat¨¦tica generando una tensi¨®n dram¨¢tica que no lleva a ninguna parte. ?Qu¨¦ significa la unidad de Espa?a? ?Qu¨¦ significa Espa?a? ?Qu¨¦ significa la distinci¨®n entre Catalu?a y Espa?a? Son palabras ret¨®ricas, vac¨ªas, pero en torno a las cuales se est¨¢n generando grandes tensiones pol¨ªticas y viciando un espacio cultural que se podr¨ªa emplear mejor estudiando la l¨®gica medieval de Ramon Llull, la hermen¨¦utica de Maim¨®nides o la po¨¦tica m¨ªstica de Solomon Ibn Gabirol. A trav¨¦s de estos autores se podr¨ªa generar una idea realmente plural y articulada de las culturas ib¨¦ricas. Porque hay que empezar a hablar de culturas ib¨¦ricas en lugar de entelequias como Catalu?a o como Espa?a que deben disolverse en los contenidos reales, en las pluralidades religiosas y ling¨¹¨ªsticas que constituyen el background hist¨®rico de estas comunidades.
P. En el libro realiza una fuerte cr¨ªtica a la cultura hisp¨¢nica, pero tambi¨¦n reivindica nombres olvidados que ofrecen otra perspectiva m¨¢s positiva.
R. S¨ª. Una de las operaciones que hago en este libro es edificante. Construyo una tradici¨®n, exiliada, que permite una comprensi¨®n fuerte, emancipatoria, humanista y muy actual de los problemas del mundo. La cosmolog¨ªa de Le¨®n el Hebreo, la filosof¨ªa ecologista del Inca Garcilaso, el pensamiento antiimperialista de Luis Vives, la cr¨ªtica de la ilustraci¨®n de Goya, el reformismo religioso y filos¨®fico de Blanco White, la critica civilizatoria de Darcy Ribeiro, la revisi¨®n radical de la importancia que tuvo el islam en la configuraci¨®n del Renacimiento europeo abierta por Am¨¦rico Castro. Son autores que no han sido valorados en el contexto de la cultura hisp¨¢nica, y que en cambio entra?an una perspectiva muy rica en la que se incluyen conceptos de tolerancia, de libertad, de solidaridad y de di¨¢logo cultural. En este sentido, un poco doy la vuelta radical a lo que ha sido el concepto central del casticismo espa?ol tal como lo formularon Men¨¦ndez Pelayo, Unamuno u Ortega y Gasset. Se?alo que esta tradici¨®n es una v¨ªa muerta y que la tradici¨®n renovadora est¨¢ en esta otra parte.
Babelia
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