Agentes de marca

Jos¨¦ Luis Tapia sabe que "todo lo que fabrica el hombre se puede copiar". Y lo sabe a base de llevar a?os en la polic¨ªa cient¨ªfica. Tapia es jefe de la Brigada de la Polic¨ªa Cient¨ªfica de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Andaluc¨ªa Oriental, con sede en Granada, y desde hace tres a?os ha visto como al trabajo de la brigada en las falsificaciones (documentos, billetes, contratos, firmas, pasaportes...) se ha sumado de forma espectacular el de las copias de ropa de marca.

La polic¨ªa colabora regularmente con las grandes marcas de ropa para poder diferenciar las copias de los originales. En las oficinas de la polic¨ªa cient¨ªfica, entre microscopios y ordenadores, hay cajas de camisas Lacoste, vaqueros Levi's y gafas de sol Ray Ban. Todas falsas, pero no siempre es f¨¢cil distinguirlas. Adem¨¢s, los falsificadores cambian r¨¢pido.

Tapia explica en su despacho que la polic¨ªa aprende sobre la marcha. "No hay una norma fija, porque puede llegar cualquier cosa, desde unas zapatillas a unas gafas y no siempre sabemos c¨®mo abordarlo de forma inmediata. Estamos en continuo reciclaje", explica.

Ante la dificultad, lo primero es ponerse en contacto con la marca para ver c¨®mo son esas zapatillas originales. "Ya tenemos contacto con la gente que lo lleva en cada casa para ver c¨®mo es la hechura, los botones o si tiene alguna caracter¨ªstica especial", explica Tapia.

El Ministerio del Interior, en colaboraci¨®n con las marcas de ropa cara, como Lacoste, Levi's y Ralph Laurent, organiz¨® hace dos a?os un curso para la polic¨ªa cient¨ªfica. "Los ejecutivos de las casas nos explicaban las caracter¨ªsticas de sus prendas m¨¢s copiadas y c¨®mo distinguirlas r¨¢pidamente de las falsificaciones".

El curso sirvi¨® para que las empresas explicasen que muchas veces sus prendas llevan sistemas de seguridad muy sofisticados. Son peque?os, nimios detalles en los que es imposible fijarse pero que no est¨¢n ah¨ª por casualidad. "Nos permite saber r¨¢pidamente si algo es falso, aunque no incluimos esos detalles en los informes porque llegar¨ªa a los falsificadores", sostiene Tapia. El secreto queda entre la empresa y los inspectores de polic¨ªa.

En la mayor¨ªa de los casos, las prendas se venden en mercadillos y no puede haber mucho enga?o para el cliente. Sin embargo, en algunos casos las prendas llegan a venderse en tiendas. En ese caso, el cliente no nota la diferencia.

A veces las falsificaciones son burdas, como relata Tapia. "Ayer llegaron unos cinturones marca Nike. Llam¨¦ a la casa para pedir una muestra, pero me interrumpieron. 'Son falsos, porque nosotros no hacemos cinturones', me dijeron". Otras veces, como en aquellos ba?adores Lacoste que muestra en su ordenador, los falsos llevaban un precio superior a los originales.

Hay veces en los que es imposible determinar si es una copia. Tapia recuerda un caso de una compa?era a la que le llegaron unos mu?ecos de d¨¢lmata supuestamente copiados de los de Walt Disney. "Al final no pudo decir si eran copia de los de Disney simplemente porque el d¨¢lmata de Disney era un d¨¢lmata normal, un mu?eco de un perro de la calle sin ninguna peculiaridad. As¨ª que era una copia de un perro, que no puede ser de nadie". La empresa no sali¨® muy satisfecha de aquel juicio.