Los males de la patria
EL PRESIDENTE DE LA Junta de Extremadura anunci¨® el pasado lunes su intenci¨®n de llevar a la Conferencia Pol¨ªtica del PSOE (reunida este mismo fin de semana) una propuesta de reforma de la ley electoral dirigida a excluir a los nacionalistas del Congreso y a relegarlos a un Senado transformado en C¨¢mara de representaci¨®n territorial. Seg¨²n Rodr¨ªguez Ibarra, esa dr¨¢stica medida ser¨ªa la mejor manera de impedir que los intereses particularistas del nacionalismo condicionaran mediante chantajes la investidura del jefe del Gobierno y vampirizaran los intereses generales de Espa?a en provecho propio. Aunque el presidente extreme?o haya defendido anteriormente la idea de marginar de la C¨¢mara baja al nacionalismo, la actual coyuntura era poco propicia. Los socialistas no s¨®lo necesitan los apoyos de grupos de ¨¢mbito territorial para seguir gobernando varias comunidades aut¨®nomas (Catalu?a, Arag¨®n, Andaluc¨ªa y Cantabria) y numerosos ayuntamientos: adem¨¢s, su ¨²nica oportunidad de conquistar el poder el 14-M ser¨ªa formar una alianza con las minor¨ªas del Congreso si el PP perdiese la mayor¨ªa absoluta en las pr¨®ximas elecciones. Se comprende, as¨ª pues, que el presidente extreme?o atendiese por patriotismo de partido el llamamiento a cerrar filas de la direcci¨®n del PSOE y retirase su propuesta de reforma electoral aun dejando claras sus reticencias al respecto.
El presidente de la Junta de Extremadura retira -poco despu¨¦s de anunciarla- una propuesta de reforma electoral dirigida a impedir la presencia en el Congreso de diputados nacionalistas
La tesis de Rodr¨ªguez Ibarra seg¨²n la cual los nacionalistas estar¨ªan sobrerrepresentados en el Congreso por culpa de la actual ley electoral no se corresponde con los hechos: aunque el sistema proporcional corregido de la regla D'Hondt crea efectivamente disparidades a la hora de transformar los votos en esca?os, el gran beneficiario de esas diferencias es el partido m¨¢s votado (antes el PSOE y ahora el PP). Si se adoptase el sistema mayoritario, los nacionalistas obtendr¨ªan parecidos o incluso mejores resultados.
El procedimiento inventado por el presidente de Extremadura para impedir la presencia nacionalista en el Congreso condiciona la toma de posesi¨®n del esca?o de diputado a la obtenci¨®n del 5% de los sufragios emitidos en toda Espa?a (algo m¨¢s de un millon de votos en las elecciones del a?o 2000). Ese g¨¦nero de umbral, que intenta equilibrar el derecho a la representaci¨®n con las necesidades de la gobernabilidad, existe ya en la normativa vigente: el art¨ªculo 163 de la ley electoral fija un tope m¨ªnimo del 3% de los sufragios emitidos para acceder al Congreso. Ocurre, sin embargo, que el art¨ªculo 68 de la Constituci¨®n consagra la provincia como circunscripci¨®n obligada en la elecci¨®n de diputados y senadores: el porcentaje del 3% toma l¨®gicamente como punto de referencia para el c¨®mputo el resultado provincial. El acrob¨¢tico salto dado por el presidente extreme?o desde la demarcaci¨®n parcial (la provincia) -utilizada para elegir a los diputados- hasta el marco global (el Estado) -empleado para fijar la base de la validaci¨®n de los mandatos- carece de justificaci¨®n pol¨ªtica y legal plausible. Por lo dem¨¢s, si la propuesta de Rodr¨ªguez Ibarra llegara a materializarse alg¨²n d¨ªa, los partidos afectados podr¨ªan alcanzar el 5% requerido con una coalici¨®n de ¨¢mbito estatal; baste con recordar los resultados de las elecciones del a?o 2000: CiU (4,19), PNV (1,53), CC (1,07), BNG (1,32) y Grupo Mixto (3%).
El presidente extreme?o afirma que los nacionalismos desaparecer¨ªan en pocos a?os mediante la aplicaci¨®n de su reforma electoral. Tambi¨¦n los arbitristas de la Espa?a de los Austrias y los regeneracionistas decimon¨®nicos cre¨ªan poseer la piedra filosofal para curar -como dec¨ªa Lucas Mallada- los males de la patria. Los expendedores de recetas simples para problemas complejos suelen ser profetas incomprendidos que descargan su agresividad contra la gente que osa llevarles la contraria: en este caso, Rodr¨ªguez Ibarra llega incluso a negar toda legitimidad a sus cr¨ªticos para oponerse al plan Ibarretxe y para discrepar democr¨¢tica y argumentalmente de la ideolog¨ªa y la pol¨ªtica nacionalistas.
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