Desconcierto general
Una oferta bloquea la venta de Babcock y siembra el miedo al cierre
Hasta hace pocos d¨ªas la plantilla de Babcock Borsig Espa?a todav¨ªa ten¨ªa dudas de la venta al grupo austriaco ATB, recelaban del plan industrial. Ahora est¨¢n entre sorprendidos y desconcertados. Cuando todo estaba listo para la firma, Borsig, la matriz alemana en suspensi¨®n de pagos, dice que tiene una oferta mejor, la del grupo noruego Enviroarc Aker. En la empresa hay fondos para aguantar dos meses y planea el riesgo de una suspensi¨®n de pagos.
Si el problema es el pago de un mill¨®n de euros, el grupo ATB estar¨ªa dispuesto a entregarselos a la matriz alemana
SEPI ha advertido que la apertura de nuevo de la venta de Babcock Borsig Espa?a puede llevar a la suspensi¨®n de pagos
Hasta el pasado martes Babcock Borsig Espa?a parec¨ªa haber encontrado por en¨¦sima vez un socio en la privatizaci¨®n. Sin embargo, nada es lo que parece en la vida de esta empresa. La SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) hace poco m¨¢s de dos a?os cerr¨® una de las privatizaciones m¨¢s complicadas de su historia. El proceso se abri¨® en 1996 y a¨²n no se ha cerrado del todo. El primer candidato real a la compra, la noruega Kvaerner, tuvo que renunciar por una suspensi¨®n de pagos. El segundo, la alemana Borsig, logr¨® desbancar a la estadounidense MacDermott y llevarse la empresa de bienes de equipo vasca. A los ocho meses tambi¨¦n entr¨® en suspensi¨®n de pagos.
La SEPI, sin tener la propiedad de la empresa, acord¨® con los interventores judiciales de la suspensi¨®n de pagos buscar un nuevo comprador y lo hizo con el apoyo de una consultora externa. En el camino qued¨® Enviroarc, primera descartada, y la mexicana Ultramar. Precisamente el consorcio Enviroarc Aker est¨¢ ligado a los viejos responsables de la noruega Kvaerner. Nadie entiende muy bien la nueva oferta que, seg¨²n asegura Thomas Schulz, portavoz de Borsig, mejora la de ATB. Indica que asume ¨ªntegro el plan industrial del grupo austriaco con una menor reducci¨®n de empleo y que solamente reducen en 80 personas el empleo frente a los 240 que recoge la propuesta de ATB. Adem¨¢s, dice Schulz que est¨¢n dispuestos a pagar una cifra de seis d¨ªgitos frente al euro simb¨®lico que iba a pagar el grupo austriaco.
A estos argumentos hay que a?adir que uno de los interventores judiciales, Helmut Schmitz, ha reiterado que la ley concursal alemana les obliga a estudiar toda oferta que mejore la que ya est¨¢ en la mesa en inter¨¦s de los acreedores. Pese a todo Schulz dej¨® muy claro que la nueva oferta en modo alguno descarta Sin embargo, las cosas parecen que no cuadran ni a los trabajadores, ni a la SEPI, ni a la propia ATB, que se mantiene en el proceso de compra.
El primer problema son los fondos de la compa?¨ªa. El dinero para pagar los salarios en la planta vasca llega para este mes y el pr¨®ximo. No m¨¢s. La carga de pedidos es pr¨¢cticamente nula y como se ha se?alado desde la SEPI la apertura del nuevo proceso puede llevar a la empresa a la suspensi¨®n de pagos. Desde Alemania se asegura que en pocas semanas se puede cerrar el acuerdo con Enviroarc, pero el hecho de no cerrar las puertas a ATB preocupa y ha llevado a que casi todos en privado piensen que Borsig solo busca sacar m¨¢s dinero a ATB.
De hecho, un portavoz del grupo austriaco ha asegurado que se les ha insinuado que un mill¨®n de euros (una cifra de seis d¨ªgitos) podr¨ªa ayudar a cerrar la operaci¨®n. ATB, si realmente este es el problema, est¨¢ dispuesta a pagar esta cantidad. Aseguran que se encuentran ya trabajando y que su sorpresa es no haber firmado ya el contrato de compra.
La SEPI recuerda tambi¨¦n que la venta a ATB ha sido autorizada por la Comisi¨®n Europea y que, en definitiva, libera los 104 millones de euros comprometidos en la privatizaci¨®n y que a¨²n est¨¢n pendientes de ser pagados. Borsig responde a esta cuesti¨®n que los fondos se pueden liberar para todo aquel que asuma el plan industrial. Este aspecto lo rechaza la SEPI y asegura que no va a volver a pedir que se autorice la compra a un tercero. La autorizaci¨®n se pidi¨® para ATB con urgencia porque la empresa estaba en peligro de muerte. Tambi¨¦n insiste en que no es "serio" decir que se asume un plan industrial elaborado por otro.
Todo el proceso de saneamiento y privatizaci¨®n de Babcock ha costado a las arcas p¨²blicas 1.274,15 euros. Los dos sindicatos mayoritarios en la empresa, con puesto en el consejo de administraci¨®n, tampoco ven muy clara la nueva oferta. Pese a los reparos que pusieron a ATB, han llegado a calificar de "fr¨ªvola" la propuesta.
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