"La m¨²sica se hace para el p¨²blico y se disfruta en compa?¨ªa"
El balance, la armon¨ªa, la medida perfecta en la m¨²sica la consiguieron los que cocinaban sonidos eternos en la Europa central en la ¨¦poca del clasicismo. Es lo que cree a pies juntillas Christian Zacharias (Jamshedpur, India, 1950), el pianista alem¨¢n, venerado en Espa?a, que hoy abre el noveno ciclo Grandes Int¨¦rpretes de piano en el Auditorio Nacional de Madrid, organizado por Scherzo y patrocinado por EL PA?S. "La cima de la m¨²sica est¨¢ en los 60 a?os de clasicismo, entre 1770 y 1830. Desde entonces no se ha conseguido nada tan perfecto", afirma. Y para que no haya dudas ha escogido un programa con mucho Mozart y bastante Ravel, que aunque no vivi¨® la ¨¦poca dorada que reivindica el m¨²sico alem¨¢n, s¨ª rindi¨® homenaje a aquel tiempo milagroso en piezas como Valses nobles et sentimentales, Pavanne pour une infante d¨¦funte o Jeux d'eaux, que Zacharias tocar¨¢ hoy en Madrid.
"El int¨¦rprete aparece cuando traslada las piezas de otro tiempo al presente"
"Desde los a?os del clasicismo no se ha conseguido nada tan perfecto"
Por aquellos a?os de oro, Mozart comprobaba hasta d¨®nde pod¨ªa llegar ese instrumento joven que era el piano; Haydn se ganaba un sobresueldo cobrando comisiones del 33% al recomendar a las familias de sus alumnos que compraran teclados Schanz antes que otras marcas y, de paso, elevaba los esp¨ªritus con la exploraci¨®n de sus sonatas. Era el periodo en que se encend¨ªan las luces de la raz¨®n y tambi¨¦n se azoraban y se perd¨ªan los esp¨ªritus, lejos de Dios en la turbulencia rom¨¢ntica con la que Schubert crear¨ªa perdido, lleno de dolor, su belleza constante...
"La m¨²sica vivi¨® su gloria con el clasicismo y, por el contrario, en la pintura no se hac¨ªa casi nada que mereciera la pena", reflexiona Zacharias. Quiz¨¢ porque en la m¨²sica hay una medida matem¨¢tica, cient¨ªfica, que se tuvo muy presente entonces. "Esa concentraci¨®n de perfecci¨®n siempre me ha parecido incre¨ªble. La clave reside en el equilibrio, en la construcci¨®n, y consiguieron la armon¨ªa absoluta, la f¨®rmula en la que no impera la emoci¨®n sobre el intelecto. Despu¨¦s, unas cosas se sobreponen a otras, o hay demasiada emoci¨®n o demasiada frialdad. M¨¢s tarde fue cuando llegaron los genios, ?me entiende?", comenta por tel¨¦fono, desde su casa en Colonia, este m¨²sico en su espa?ol de estudiante avanzado.
Beethoven, por ejemplo, que rompe eso, esa arcadia de sonidos, el castillo en que se acunaban las f¨®rmulas de todo lo que vino despu¨¦s. "S¨ª, con Beethoven lleg¨® el genio. Al principio tambi¨¦n escrib¨ªa por encargo, pero despu¨¦s se encerr¨® demasiado en s¨ª mismo", afirma Zacharias. Y la voluntad de crear m¨²sica para que el p¨²blico disfrutara, para compartir, se sustituy¨® por una marat¨®n de egos en la que imperaban otras cosas. "Es la diferencia entre escribir para otros o para uno, y la m¨²sica a m¨ª me gusta entenderla como comunicaci¨®n, como algo que se hace para el p¨²blico y que se disfruta en compa?¨ªa", asegura.
Por eso tambi¨¦n este pianista, que adem¨¢s es director de orquesta y buen compa?ero de formaciones de c¨¢mara, se aleja de esos colegas suyos que ¨²nicamente dan recitales en solitario, como Sokolov o Pollini. Zacharias disfruta tanto con su Orquesta de C¨¢mara de Lausana, o siendo el principal director invitado en Gotteborg, que el a?o que viene casi no tocar¨¢ solo. "Se me hace cada vez m¨¢s duro. La m¨²sica es una cosa de grupo", afirma.
Entre los cl¨¢sicos, Zacharias se rinde ante Mozart y Schubert. Del primero ha elegido para hoy dos rond¨®s, dos fantas¨ªas y la Sonata n¨²mero 14 en do menor, piezas dram¨¢ticas intensas, expresivas y, quiz¨¢, parad¨®jicamente, las menos clasicistas del compositor. "?l lo consigue todo en la m¨²sica, lo ligero, lo dram¨¢tico, lo barroco, es la generosidad total". De Schubert, de quien Zacharias interpret¨® la integral de sus sonatas tambi¨¦n en el ciclo que se abre hoy, el pianista destaca sus tiempos. "Es diferente a sus predecesores, nunca tiene una direcci¨®n marcada, hay que elegir, pero entonces el int¨¦rprete tiene que salvar las trampas que le da esa libertad", dice. Adem¨¢s te ayuda a madurar: "Los int¨¦rpretes crecemos con Schubert, es un compositor del que nunca me aparto".
Pero no s¨®lo de cl¨¢sicos vive Zacharias. Tambi¨¦n se ha ganado su prestigio con compositores barrocos como Scarlatti y con otros m¨¢s contempor¨¢neos como Ravel, un compositor al que hab¨ªa abandonado en los ¨²ltimos tiempos, pero que ha decidido recuperar. "Hago Scarlatti s¨®lo para demostrar el placer que se puede sentir con la variaci¨®n eterna y sin fin que tienen sus piezas peque?as. Es agua y champ¨¢n, es el puro placer, el esp¨ªritu del juego", asegura. Y para disfrutarlo con todo su burbujeo, Zacharias defiende las versiones sin instrumentos de la ¨¦poca. "Yo tengo un clave en casa y lo toco, pero el p¨²blico no resiste m¨¢s de cuatro sonatas con un clave; sin embargo, con un piano de cola moderno se le puede exprimir de una manera m¨¢s profunda y nadie se duerme si tocas 24 sonatas suyas. Tocar con instrumentos de ¨¦poca es una restauraci¨®n, sencillamente, no es revolucionario. Adem¨¢s, el int¨¦rprete aparece cuando traslada las piezas de otro tiempo al presente".
Ravel le recuerda sus or¨ªgenes. "En 1975 lo toqu¨¦ en el teatro de la Zarzuela, despu¨¦s de ganar el premio del concurso que lleva su nombre. Es el franc¨¦s m¨¢s clasicista, era de un virtuosismo disciplinado. Adem¨¢s, con ¨¦l rindo homenaje a quien fue mi maestro durante cuatro a?os, Vlado Perlemuter, que este a?o cumple 100. As¨ª tambi¨¦n, de paso, me paro a pensar despu¨¦s de 30 a?os de carrera, por d¨®nde quiero seguir, para eso necesito recordar mis or¨ªgenes, aunque realmente me siento muy a gusto con lo que hago ahora".
Novedades y variantes
Ver y escuchar el piano de Christian Zacharias hoy en Madrid ser¨¢ un lujo que no se repetir¨¢ el a?o que viene en ninguna parte, seg¨²n dice ¨¦l mismo, ya que no dar¨¢ recitales solo. Con ¨¦l se abre un nuevo ciclo de Grandes Int¨¦rpretes con novedades y variantes. A Zacharias le seguir¨¢ el h¨²ngaro Zolt¨¢n Kocsis, el 5 de febrero, con obras de Beethoven, Schubert, Bart¨®k, Kurt¨¢g y Liszt. El ruso Grigori Sokolov ha elegido dos sonatas de Beethoven para su actuaci¨®n del 16 de febrero. Luego llega Andras Schiff que, despu¨¦s de su ¨¦xito en el teatro de la Zarzuela con la integral de Bach para piano, tocar¨¢ obras de Haydn y Beethoven.
El 20 de abril debuta Nelson Freire con Beethoven y, atenci¨®n, los 24 Preludios de Chopin, obra maestra del repertorio. Una combinaci¨®n camer¨ªstica ser¨¢ la siguiente cita, el 3 de mayo, con el Cuarteto Borodin y Elisabeth Leonskaja interpretando a Shostak¨®vich, Schumann y Franck. Despu¨¦s, otra grande, Maria Jo?o Pires, que llegar¨¢ el 24 de mayo acompa?ada de Ricardo Castro para interpretar piezas para dos pianos de Schubert y Chopin.
La primera parte del ciclo se cierra el 23 de junio con un aut¨¦ntico acontecimiento, un recital del tenor peruano Juan Diego Fl¨®rez, acompa?ado al piano por Vicenzo Escalera, con piezas de Rossini, Bellini y Donizetti, adem¨¢s de Mozart y Gluck. El ciclo se reanuda el 19 de octubre con otra novedad, Nikolai Lugansky, que har¨¢ Chopin y Prokofiev, y acaba el 16 de noviembre con la presentaci¨®n de otro pianista de moda, el franc¨¦s Pierre-Laurent Aimard, que interpretar¨¢ obras de Debussy, Ligeti y Beethoven.
Babelia
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