El Atl¨¦tico se engrasa
Torres y Nikolaidis tumban a un Sevilla muy fr¨ªo y mantienen a los rojiblancos en la zona alta
Ni el Sevilla ni el Atl¨¦tico son un prodigio de imaginaci¨®n. Les gustan las cosas claras y los guiones sin tachaduras ni improvisaciones. Los sevillanos se dedicaron a esperar el fallo, que los hubo y graves, de la defensa rojiblanca y a esperar agazapados su oportunidad, bien arropaditos y sin prisas hasta casi el final. Y el Atl¨¦tico a darle la pelota a Ibagaza para ver qu¨¦ se le ocurr¨ªa o a meter balones largos a la carrera de Torres. Tambi¨¦n a cruzar centros al ¨¢rea para que los cazase Nikolaidis. A los madrile?os les qued¨® m¨¢s lucido su papel, en el que adem¨¢s de los protagonistas habituales, Ibagaza y Torres, se sumaron a las letras grandes en los t¨ªtulos de cr¨¦dito Aguilera y Nikolaidis.
ATL?TICO 2 - SEVILLA 1
Atl¨¦tico: Juanma; Gaspar, Simeone, Garc¨ªa Calvo, Sergi; De los Santos; Aguilera (Santi, m. 79), Ibagaza (Musampa, m. 90), Nano (Jorge, m. 70); Nikolaidis y Torres.
Sevilla: Esteban; Alves (Hornos, m. 74), Javi Navarro, Alfaro, David; Redondo (Carlitos, m. 84), Mart¨ª, Torrado, Reyes; Anto?ito; y Silva.
Goles: 1-0. M. 42. Torres remata un centro de Aguilera tras una jugada de Ibagaza con Nikolaidis. 2-0. M. 71. Nikolaidis cabecea una falta lanzada por Ibagaza. 2-1. M. 76. Reyes, de penalti.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Amonest¨® a De los Santos, Reyes, Javi Navarro, Nikolaidis, Torres y Garc¨ªa Calvo.
48.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
Aguilera no est¨¢ en su mejor momento. De hecho, esta puede ser su ¨²ltima temporada. Pero conserva la cualidad de entenderse bien con los que saben jugar. Lo ha hecho durante muchos a?os. As¨ª, mientras el Atl¨¦tico explotaba sin demasiado ¨¦xito la banda izquierda, con Nano y Sergi mareando a Alves pero luego centrando demasiado lejos de la l¨ªnea de fondo, Aguilera apenas participaba en el juego. El veterano interior ya no conduce la pelota. Pero en cuanto le gui?¨® un ojo a Ibagaza surgi¨® la primera pared que desconcertaba a los centrales sevillanos. Y, al segundo gui?o, le puso un bal¨®n de gol en la bota a Fernando Torres. Una jugada que comenz¨® con un ca?o de Ibagaza, que cambi¨® el juego hacia Nikolaidis. El griego vio el desmarque de Aguilera y el madrile?o meti¨® la pelota rasa para que Torres s¨®lo tuviera que empujar. Y estuvo muy cerca de repetir el truco ya en el segundo tiempo tras recibir un pase de Torres y dar un gran servicio a Nikolaidis.
Y es que Nikolaidis, el peque?o griego guerrillero, no s¨®lo es un incordio para la defensa rival, o una efectiva distracci¨®n para abrirle huecos a Torres. Adem¨¢s tiene la suficiente habilidad t¨¦cnica para retener la pelota de espaldas, los ojos preparados para luego pasarla a las bandas y un excelente salto de cabeza. Sus remates, teniendo en cuenta que el recurso atacante de los rojiblancos m¨¢s recurrente son los centros llovidos desde las bandas pero a la altura de tres cuartos de campo, fueron de las pocas se?ales de peligro que emiti¨® el Atl¨¦tico. De hecho, su primer aviso fue a los dos minutos de partido, en el 28 estuvo muy cerca de marcar con un testarazo fuerte que se march¨® pegado al palo, y en el 65 remat¨® en plancha tambi¨¦n m¨¢s all¨¢ de los tres palos. En el 71, por fin, consigui¨® que la pelota llegase hasta la red.
El Sevilla, mientras, de tanto aguardar su oportunidad se qued¨® fri¨®. Anto?ito y Reyes intercambiaban sus posiciones entre la media punta y la izquierda y de su conexi¨®n con Dar¨ªo surgieron las pocas oportunidades de su equipo. Aunque una de las mejores fuera del central Pablo Alfaro, al que Juanma le sac¨® a bocajarro un cabezazo ya en el segundo tiempo. Apretado por el reloj y el marcador, el conjunto andaluz intent¨® conservar m¨¢s la pelota y que Torrado y Mart¨ª asumiesen m¨¢s responsabilidades que la de cortar el juego rojiblanco. Lo consiguieron, pero s¨®lo a medias. Toc¨® m¨¢s el Sevilla y merode¨® el ¨¢rea rival, pero tampoco descuido su m¨¢s que cuidada retaguardia. Nada de locuras. Jug¨® con m¨¢s gente por delante de la pelota, aunque sin excesos, y acumul¨® m¨¢s minutos de posesi¨®n. Ni Alves, que fue el primer cambio de Caparr¨®s, el t¨¦cnico del Sevilla, ni Redondo, hicieron nada por la banda derecha. As¨ª, que todo el peligro era cosa de los balones a la espalda de la defensa que llegaban a Anto?ito, Reyes y Dar¨ªo. Ninguno de los tres, adem¨¢s, estuvo particularmente acertado. Tampoco la caballer¨ªa ligera de circunstancias que puso Caparr¨®s en los ¨²ltimos minutos del encuentro -Carlitos y Hornos- revolucion¨® al conjunto sevillano.
El Atl¨¦tico, sin deslumbrar y dej¨¢ndose llevar por la inercia en el segundo periodo, gan¨® por segunda semana consecutiva en el Calder¨®n y conserva un puesto de privilegio en la clasificaci¨®n. La m¨¢quina se va engrasando.
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