El Depor sale de la espesura

En medio de la espesura que lo atenazaba ¨²ltimamente, el Deportivo hall¨® al fin el claro que iluminase su f¨²tbol. Retorn¨® el Valer¨®n de las actuaciones de gala, Trist¨¢n vivi¨® la mejor tarde en meses y Luque prolong¨® su formidable estado de forma. Sobre los v¨¦rtices de ese tri¨¢ngulo, el Depor levant¨® un partido con algunos momentos notables, un choque que devolvi¨® la alegr¨ªa a un estadio que ya empezaba a descorazonarse por los grises contornos de su equipo. El grupo de Javier Irureta acab¨® abrumando a un Zaragoza muy pobre de recursos, en el que s¨®lo se salvaron los detalles de Savio, un futbolista que pareci¨® transitar en una ¨®rbita inalcanzable para todos los dem¨¢s.

El l¨²cido desempe?o del Depor tuvo el m¨¦rito de sobreponerse a un comienzo infausto, en el que la fatalidad arroj¨® los peores presagios sobre el cuadro local. El partido acababa de arrancar cuando el palo escupi¨® un remate muy bien orientado de Valer¨®n. En la jugada siguiente, Savio bot¨® una falta sobre el ¨¢rea del Depor con una rosca insidiosa, y la pelota entr¨® por el segundo palo tras hacer una carambola entre Valer¨®n y Generelo. Contra lo que pudo vaticinarse en el primer momento, el gol tuvo un efecto estimulante para el Deportivo, que abandon¨® ese aire suficiente que suele lastrarle en esta clase de partidos. El equipo supo estar a la altura en un momento delicado. Un tercer tropiezo consecutivo en Riazor habr¨ªa convocado truenos y borrascas. El Depor lo entendi¨® y se carg¨® de energ¨ªa para acometer la tarea. A continuaci¨®n aparecieron los futbolistas. En primer lugar, Valer¨®n. El Flaco tuvo una tarde hiperactiva y, como la inspiraci¨®n le acompa?¨®, fue ganando en atrevimiento seg¨²n avanzaban los minutos. Nunca dud¨® en conducir la pelota y encarar a todos los contrarios que fuese preciso cuando las posiciones de ataque de su equipo eran poco claras. Y en cuanto ve¨ªa el hueco, descargaba uno de esos pases que parecen contener la m¨¢s sencilla y geom¨¦trica esencia del f¨²tbol.

A Valer¨®n no le falt¨® compa?¨ªa para fundar el consorcio que decidi¨® el partido. Luque fue su mejor pareja. Cada vez m¨¢s instruido en los secretos de la banda, ha mejorado mucho f¨ªsicamente y su velocidad de arrancada resulta imparable. El gol del empate fue una muestra del cat¨¢logo de Valer¨®n y Luque. El primero busc¨® un pase por dentro hacia el v¨¦rtice del ¨¢rea. Luque pis¨® el acelerador, lleg¨® antes que nadie y sirvi¨® a Trist¨¢n para que remachase. El delantero fue el m¨¢s beneficiado de la productividad del equipo en la media punta y la banda izquierda. Sin hacer un partido brillante, Trist¨¢n caz¨® dos goles y se march¨® con la satisfacci¨®n de los v¨ªtores que le dedic¨® Riazor, tan severo con ¨¦l en otras ocasiones.

El Deportivo tuvo que esperar al segundo tiempo para desequilibrar el partido. Mostr¨® ciertas dudas tras el empate, cuando aflor¨® esa pulsi¨®n conformista que tanto desespera a veces a su gente. Pero Valer¨®n y Luque no cejaron. Y la segunda parte del Depor result¨® incontestable de principio a fin. El Zaragoza acab¨® totalmente descompuesto. En el comienzo hab¨ªa parecido un equipo bien aseado, con la guinda de un Savio que rememor¨® sus mejores a?os. Pero el empuje del Depor lo fue achicando, y acab¨® como simple testigo de la tarde en que Riazor vio de nuevo la luz.