?Por qu¨¦ est¨¢ satisfecho el ministro Michavila?

Recientemente he le¨ªdo en este diario que el ministro Michavila se declara muy satisfecho con la situaci¨®n de la justicia; en concreto, en cuanto al n¨²mero de asuntos resueltos por juzgados y tribunales, as¨ª como al volumen de asuntos pendientes. Seguramente m¨¢s de dos millones de asuntos pendientes no significan nada, como nada dice dicha cifra respecto de la duraci¨®n de las causas que se resuelven.

Quiz¨¢ un ejemplo real, nada extraordinario, deje mucho m¨¢s clara cu¨¢l es la verdadera situaci¨®n.

El d¨ªa 12 de febrero recib¨ª un telegrama, casi por casualidadya que donde iba dirigido no tiene nada que ver con mi domicilio, en el que me dec¨ªan que deb¨ªa personarme en unas oficinas judiciales el d¨ªa 14 para un asunto de mi inter¨¦s.

Personada en la fecha indicada en dichas oficinas, descubro con estupor que el asunto que requer¨ªa mi inter¨¦s era citarme como testigo para el d¨ªa 15 de febrero de 2005.

S¨ª, han le¨ªdo bien, 2005. Seg¨²n los datos que me han facilitado, se trata de una causa incoada en el a?o 2002 por el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 16 de Madrid.

Lo que todav¨ªa nadie me ha explicado es por qu¨¦ se gasta el dinero p¨²blico en mandar un telegrama exclusivamente para requerir mi presencia en una oficina p¨²blica.

Puestos a realizar un gasto tan innecesario, ?no ser¨ªa razonable que el telegrama contuviera la citaci¨®n y no se me obligara a perder casi medio d¨ªa de trabajo para recibir una notificaci¨®n?, notificaci¨®n que, por otro lado, puede realizarse por cualquier otra v¨ªa m¨¢s c¨®moda para el ciudadano, m¨¢s barata, igualmente eficaz y con las mismas garant¨ªas.

En el mejor de los casos, y aplicando a los plazos los criterios actuales de ese juzgado, es posible, casi me atrevo a afirmar que es probable, que en junio de 2006 haya sentencia.

Y yo me pregunto: ?por qu¨¦ est¨¢ satisfecho el ministro Michavila?