Amparo Soler: una gran editora y una gran mujer

"Aprendi¨® en la imprenta a hablar de literatura"

Elena Catena

La editora de origen valenciano Amparo Soler acaba de fallecer y, con ella, desaparece una testigo excepcional de m¨¢s de sesenta a?os de actividad editorial. Mujer valiente y generosa, de una serena y notable belleza, dotada de una singular capacidad de di¨¢logo, nunca eludi¨® el compromiso ni su responsabilidad gremial, incluso en los tiempos heroicos de la clandestinidad. "La dama de la edici¨®n", como era conocida entre sus compa?eros de profesi¨®n, constituy¨® uno de los s¨ªmbolos m¨¢s representativos de la edici¨®n tradicional, independiente y respetuosa con los autores y con la creatividad.

Hija de impresores (Tipograf¨ªa Moderna y, despu¨¦s, Gr¨¢ficas Soler), de quienes hered¨® su vocaci¨®n por el libro y su amor al trabajo, se inici¨® desde ni?a, en la Valencia resistente durante la Guerra Civil, en la correcci¨®n de originales, actividad que le llev¨® a conocer lo mejor de aquel tiempo: Max Aub, Ram¨®n Gaya, Le¨®n Felipe, Antonio Buero Vallejo, los redactores de La hora de Espa?a... Hacia 1945 fund¨® Ediciones Castalia, con cuya colecci¨®n de cl¨¢sicos, dirigida por Antonio Rodr¨ªguez Mo?ino, inici¨® la creaci¨®n de un valioso patrimonio altamente simb¨®lico, pues su cat¨¢logo ha logrado hacerse un lugar preferente en el conjunto de la edici¨®n espa?ola. Su obra tendr¨¢ continuidad y sus se?as de identidad se mantienen gracias a la labor de su hijo Federico Ib¨¢?ez.

Con estas l¨ªneas queremos rendir un homenaje a esta persona ejemplar, precursora de cuantas mujeres han venido incorpor¨¢ndose a la actividad editorial. Le fue concedido el lazo de la Orden del M¨¦rito Civil en 1976. Nunca desaparecer¨¢ de la memoria de quienes tuvimos el privilegio de conocerla y deber¨¢ permanecer como modelo para quienes accedan a esta dif¨ªcil profesi¨®n. Su familia, su cat¨¢logo editorial y su recuerdo constituyen su legado m¨¢s valioso.