40 organizaciones laicas piden que se retire la religi¨®n de las escuelas

El manifiesto es sencillo: se pide que Espa?a derogue los acuerdos firmados con el Vaticano en 1979 (que en 1998 sirvieron de marco a Mariano Rajoy para la pol¨¦mica reforma del r¨¦gimen laboral de los profesores del obispado) y que la religi¨®n salga fuera del programa escolar. M¨¢s de 40 organizaciones lo han suscrito, entre ellas la Confederaci¨®n Estatal de Asociaciones de Padres de Alumnos (Ceapa), Izquierda Unida, el sindicato de la ense?anza STES o el de Estudiantes (SE). Ser¨ªa largo citar a todos, pero puede afirmarse que componen el atomizado puzzle en que se divide el movimiento laico en Espa?a.

Faltaban algunas piezas, aquellos que tradicionalmente han alzado su voz en favor de una educaci¨®n laica: el PSOE y las federaciones de ense?anza de CC OO y UGT. Los dos sindicatos afirmaron ayer compartir las reivindicaciones del manifiesto, pero el responsable en UGT, Jes¨²s Ram¨®n Copa, destac¨® que no quieren "entrar en estos momentos en una din¨¢mica de confrontaci¨®n" que podr¨ªa beneficiar a partidos pol¨ªticos de derecha justo en periodo preelectoral. Su hom¨®logo en CC OO, Fernando Lezcano, tambi¨¦n resalt¨® el acuerdo b¨¢sico con los planteamientos laicos que se promueven. Achac¨® su ausencia en la presentaci¨®n del manifiesto a "alguna objeci¨®n menor" en la redacci¨®n del mismo y a razones organizativas: no han tenido tiempo de consultar en la Comisi¨®n Ejecutiva.

El PSOE, que tambi¨¦n particip¨® en alguna reuni¨®n previa al manifiesto, reivindic¨® ayer su autonom¨ªa y expres¨® su respeto por todas las organizaciones firmantes. Pero record¨® que su posici¨®n sobre la religi¨®n en la escuela se limita a dejar la asignatura "voluntaria y no evaluable", es decir, de oferta obligatoria para los padres que quieran elegirla, pero sin influencia acad¨¦mica alguna. El manifiesto se leer¨¢ p¨²blicamente en febrero; en marzo, la campa?a por el laicismo en la escuela se presentar¨¢ en los centros educativos de la mano de Ceapa. Para mayo, pasadas las elecciones, aventuraron un acto estatal en Madrid.