La OMC tiene prisa
La organizaci¨®n quiere cerrar la agenda comercial de Doha el 1 de enero de 2005
El director general de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), Supachai Panitchpakdi, hizo ayer un dram¨¢tico llamamiento a la negociaci¨®n en el curso de este a?o para firmar el 1 de enero de 2005 el acuerdo de liberalizaci¨®n comercial alcanzado en la Ronda de Doha, cuyo par¨®n fue patente con el fracaso de la conferencia ministerial celebrada por la citada instituci¨®n el pasado mes de septiembre en Canc¨²n. Ministros y expertos temen que las elecciones presidenciales de EE UU en noviembre pr¨®ximo frustren la posibilidad de alcanzar un pacto.
La reactivaci¨®n propuesta ya fue abordada por el director de la OMC el pasado jueves, durante un coloquio con expertos internacionales. Panitchpakdi cree que algunos ministros utilizan la negociaci¨®n de acuerdos comerciales bilaterales o regionales como excusa para mantener la pasividad respecto de la Ronda de Doha. "Parece como si los ministros prefirieran decirle a sus electores que est¨¢n trabajando duro en diversos acuerdos comerciales bilaterales, en lugar de progresar en un acuerdo multilateral", explic¨® el director de la OMC.
Con todo, no son los acuerdos bilaterales, o regionales los que explican las dificultades. Es cierto, seg¨²n los expertos, que la existencia de 90 acuerdos de ese tipo fuera de la jurisdicci¨®n de la OMC est¨¢n en camino de negociaci¨®n o van a entrar en vigor durante 2004. "No veo que una cosa tenga que ver con la otra. Se puede decir, tambi¨¦n, que si firmas un acuerdo bilateral est¨¢s preparando al pa¨ªs para un acuerdo multilateral", explic¨® Youssuf Butros Ghali, ministro de Comercio de Egipto, en un coloquio. Ministros como Luiz Fernando Burlan, titular de Desarrollo e Industria y Comercio de Brasil, suscriben esta idea de complementariedad. "Nuestro acuerdo bilateral con Argentina en el sector del autom¨®vil es positivo. Permite a los argentinos fabricar accesorios y decidir si es m¨¢s conveniente ensamblar los coches all¨ª o en Brasil", explic¨® Burlan.
Quiz¨¢ el problema, tanto en Doha como en Canc¨²n, es la manera en que se abordan estas negociaciones. El relato del ministro egipcio Butros Ghali no puede ser m¨¢s gr¨¢fico. "Recuerdo en Doha que el asunto de la liberalizaci¨®n, el comunicado que pon¨ªa negro sobre blanco la idea, se abord¨® la noche anterior al d¨ªa que terminaba la reuni¨®n. Los pa¨ªses pobres, al leer el documento elaborado por los pa¨ªses desarrollados, dijeron: ?qu¨¦ hay de bueno para nosotros en este planteamiento de la globalizaci¨®n comercial? A alguien se le ocurri¨® titular el comunicado con la idea de que la globalizaci¨®n favorec¨ªa a los pa¨ªses en v¨ªa de desarrollo. Eso fue todo. Y se firm¨®". Insisti¨® el ministro egipcio en que las negociaciones de Canc¨²n sufrieron un proceso muy parecido. "Todo se deja para ¨²ltimo minuto", dijo.
Richard Levin, presidente de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, se juega los cuartos por que este a?o no se podr¨¢ avanzar en la negociaci¨®n. "La Administraci¨®n de Bush no mover¨¢ un dedo para sacar adelante la agenda porque hay elecciones en noviembre pr¨®ximo y no quiere correr riesgos con sus electores", se?al¨® a este peri¨®dico. ?Por qu¨¦ ha dado marcha atr¨¢s en las barreras comerciales de la industria de acero europea? "Porque perdi¨® la batalla legal. No tuvo otra salida", replica Levin.
?Existe alguna alternativa a la firma de un acuerdo multilateral para concretar la agenda de liberalizaci¨®n de Doha? Hay quien piensa que s¨ª. Dani Rodrik, profesor de la John Kennedy School of Government, de la Universidad de Harvard, cree que se deber¨ªa abandonar la noci¨®n de un acuerdo comercial total a trav¨¦s de un ¨²nico protocolo. "En el pasado era razonable cuando se trataba de rebajar tarifas arancelarias. Pero hoy es poco realista. ?Por qu¨¦ no segregar el tema de la agricultura y negociarlo aparte, para que no entorpezca temas como los servicios?", apunta.
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