Matrimonio de la humanidad

Pero lo que yo quer¨ªa contar en esta columna chismosa es que la gente no me llama porque piensan que estoy ocupada. Tengo el s¨ªndrome Candice Bergen, que dec¨ªa que cuando se qued¨® viuda de Louis Malle no la llamaba nadie porque pensaban que tendr¨ªa mucha gente para consolarla. As¨ª que cuando son¨® el tel¨¦fono ayer tarde es que me tir¨¦ literalmente a descolgarlo. Era Carmen Linares, que me dec¨ªa que quer¨ªa mandarme un disco, y me lo dec¨ªa con verg¨¹enza, como es ella, que parece que pide permiso hasta para cantar. Desde aqu¨ª te lo digo, Linares: no te acabas de enterar de que eres la reina. El disco se llama Territorio flamenco. Viene desde Carmen cantando Se equivoc¨® la paloma hasta Rancapino con B¨¦same mucho. La mujer de Rancapino le dec¨ªa: "Rancapino, que te van a matar los puristas". Qu¨¦ ladren los puristas en sus rincones, despu¨¦s de escuchar a Arc¨¢ngel cantar La bien pag¨¢ y a Miguelito Poveda Cuesta abajo he llegado a la conclusi¨®n de que a los flamencos les sienta bien cualquier canci¨®n que les eches. Pero no es el ¨²nico regalo que he recibido, tambi¨¦n me lleg¨® un paquete-bomba, el libro de amor-odio que Anna Caball¨¦ ha escrito sobre Umbral. Dice que Umbral siente verg¨¹enza sobre su origen y cuenta datos biogr¨¢ficos que el escritor, al parecer, cambia o esconde. En un momento dado dice (m¨¢s o menos) que soy como una especie de pupila de Umbral, pero que me falta un hervor. Pero yo qu¨¦ le he hecho a esa t¨ªa acad¨¦mica. Lo mirar¨¦ por el lado bueno: si a los quince a?os alguien me hubiera dicho que iba a salir en un libro junto a Umbral me hubiera sentido en la cumbre. Como estoy ahora. Sola como una perra.