"El nazismo es una fuente inagotable de literatura", afirma Luis Manuel Ruiz
El escritor publica la novela 'La habitaci¨®n de cristal', que sit¨²a en el Berl¨ªn de 1933
Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973) acaba de publicar la novela La habitaci¨®n de cristal (Alfaguara). El escenario hist¨®rico por el que se mueven los personajes es inquietante: Berl¨ªn, a?o 1933. Los nazis ultiman su asalto al poder. Se hacen evidentes, con la persecuci¨®n de sus opositores, los primeros indicios de la matanza con la que Hitler culminar¨¢ su trayectoria. En ese mundo de sombras hay alguien que busca un antiguo espejo italiano. Y llega a asesinar a quien se interponga. El inspector Andreas Menz, un personaje marcado por la abulia, se encarga de la investigaci¨®n.
"Quer¨ªa hacer un homenaje a los t¨®picos de la novela policiaca. Y ¨¦ste es mi homenaje personal al polic¨ªa arrinconado por un pasado oscuro, por un rifirrafe con las autoridades y, en este caso, por su incuria y abulia", comenta Ruiz. El inspector Andreas Menz vegeta en La habitaci¨®n de cristal en un despacho al que s¨®lo llegan los casos que desechan los inspectores m¨¢s eficientes. Su puesto en la polic¨ªa criminal de Berl¨ªn no es m¨¢s que una recompensa otorgada por salvar la vida al k¨¢iser Guillermo durante la I Guerra Mundial.
"Los personajes vagos me encantan. Les llega todo un poco como regalado. No se enteran mucho de la historia. Me interesaba tambi¨¦n que no fuera un personaje muy en¨¦rgico. No quer¨ªa un h¨¦roe al uso. Los perdedores son literariamente m¨¢s agradecidos", explica Ruiz, cuya obra incluye las novelas El criterio de las moscas (1998), S¨®lo una cosa no hay (2000) y Obertura francesa (2002). Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. S¨®lo una cosa no hay obtuvo el Premio Internacional de Novela en la Feria de Francfort de 2001.
El Berl¨ªn de los a?os treinta es un escenario recorrido a menudo por el cine y la literatura. "El Berl¨ªn de esos a?os me interesa. Se ha convertido en un icono como la Roma de Ner¨®n o el Chicago de los a?os veinte. El momento ca¨®tico que vivimos de violencia soterrada, de mezcla de ideolog¨ªas y de razas, se presta a reflejarlo en ese espejo", afirma.
Cine expresionista
Berl¨ªn es un territorio en el que se confunden el bien y el mal, donde las calles parecen tener la textura sombr¨ªa del cine expresionista. "No parto de ninguna experiencia vital. Utilizo fuentes literarias y cinematogr¨¢ficas. El cine expresionista se asocia con el circo, los enanos, lo monstruoso, lo deforme...", asevera.
El inspector Menz comprueba c¨®mo en torno a los espejos se suceden asesinatos, robos y desapariciones. Algunos expertos le explican el car¨¢cter m¨¢gico que para los antiguos tuvieron los espejos. Las viejas tradiciones jud¨ªas hablan incluso de un espejo que Dios otorg¨® al rey Salom¨®n para que se convirtiera en el m¨¢s sabio de los hombres. El rey de los jud¨ªos pod¨ªa atisbar el futuro en ese instrumento. "La historia del espejo me serv¨ªa para representar una serie de cosas, para construir la trama... Se me junt¨® el tema del espejo con el tema del doble, netamente alem¨¢n. Y se me ocurri¨® juntar los dos. Los espejos nos remiten a Borges, a la idea de la identidad perdida", dice el autor de S¨®lo una cosa no hay. "Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa escriba una historia de los espejos, una antolog¨ªa de los espejos con trozos de novelas que hablan de espejos y personajes que est¨¢n vinculados a ellos. Hay montones", agrega Ruiz.
Los nazis estuvieron obsesionados por la b¨²squeda de objetos m¨¢gicos que supuestamente daban un poder formidable a sus due?os. "Hay una forma de actuar irracionalista en los nazis. Por ejemplo, con la b¨²squeda del arma secreta de Hitler. El nazismo es una fuente inagotable de literatura. Hay much¨ªsimos libros sobre Hitler: es casi un subg¨¦nero. Biograf¨ªas de torturadores y torturados. No s¨¦ qu¨¦ hay en el ambiente cultural o ideol¨®gico de la actualidad que mira al nazismo. El nazismo se ha convertido en una especie de territorio m¨ªtico", a?ade el novelista.
"La habitaci¨®n de cristal es una novela de diversi¨®n, una especie de circo. No he pretendido hacer novela hist¨®rica como testimonio hist¨®rico. He intentado jugar con los iconos culturales. Mi novela exige desde el principio que no se la tome en serio. Juego con una serie de historias que para muchas personas pueden ser muy serias. En cualquier caso, jugar con esto ayuda a convertirlo en recuerdo", concluye Ruiz.
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