Encerrados fuera de la mina

Una sala de reuniones del Ministerio de Econom¨ªa se ha convertido en el albergue improvisado de seis mineros. Tres representantes sindicales de UGT y otros tres de CC OO de la mina La Camocha (Gij¨®n) permanecen encerrados desde el pasado lunes en la sede del mininisterio para reivindicar una salida al conflicto laboral que atraviesan. La empresa Mina La Camocha lleva dos meses sin abonar los salarios a los 250 trabajadores a su cargo, adem¨¢s de los complementos a m¨¢s de 300 prejubilados. Los representantes sindicales llegaron el lunes al ministerio para reunirse con el secretario de Estado de Energ¨ªa, Jos¨¦ Folgado. El encuentro concluy¨® de forma insatisfactoria y los sindicalistas optaron por quedarse hasta obtener una respuesta.

"Nos encontramos en un estado de excepci¨®n", asegura Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa, secretario general de la federaci¨®n minera de UGT, uno de los seis encerrados. Fern¨¢ndez y sus compa?eros se quejan del trato recibido en Econom¨ªa. Desde la noche del lunes, se han quedado sin calefacci¨®n y sin red el¨¦ctrica, s¨®lo con la iluminaci¨®n general de la habitaci¨®n. De esta forma, no pueden cargar los tel¨¦fonos m¨®viles, por lo que la comunicaci¨®n con el exterior resulta complicada. La conversaci¨®n con este peri¨®dico se ha realizado a trav¨¦s del ¨²nico tel¨¦fono con suficiente bater¨ªa.

Camino al aseo

Los seis dirigentes sindicales est¨¢n custodiados por dos guardas de seguridad que se cercioran de que sus pasos dentro del ministerio s¨®lo se encaminen al aseo m¨¢s cercano. Toda la planta donde se ubica la sala de reuniones ha sido cerrada, seg¨²n relatan. "Nos tratan como terroristas", sentencia Mino Garc¨ªa, secretario de la federaci¨®n minerometal¨²rgica de CC OO.

El secretario de Estado de Energ¨ªa, Jos¨¦ Folgado, se ofreci¨® ayer a dialogar con los sindicatos y con la empresa, pero rehus¨® intervenir en el conflicto "bajo presi¨®n". Folgado a?adi¨® que es la empresa de La Camocha la responsable del conflicto laboral, una afirmaci¨®n que comparte Mino Garc¨ªa. No obstante, los sindicatos piden la mediaci¨®n del ministerio, ya que cada a?o otorga a la empresa 15,7 millones de euros en subvenciones a cambio de que ¨¦sta responda a sus compromisos, entre ellos los laborales. "Ni siquiera exigimos una reuni¨®n con Folgado. S¨®lo que se nos d¨¦ una fecha para una reuni¨®n tripartita entre la empresa, el Gobierno y los sindicatos", subraya Garc¨ªa.

La Camocha es una mina asturiana dedicada a la explotaci¨®n de carb¨®n. Emplea a 250 trabajadores de forma directa, a los que adeuda el salario de dos meses. Tambi¨¦n ha dejado de pagar un complemento a m¨¢s de 300 prejubilados, correspondiente al 22% del sueldo que cobraran en el momento de retirarse. Los empleados llevan tres a?os sin convenio colectivo.

La Uni¨®n Europea concede unas ayudas a la miner¨ªa que distribuyen los Gobiernos de cada pa¨ªs. En el caso de La Camocha, las subvenciones duplican la media de otras empresas, seg¨²n recalc¨® ayer Jos¨¦ Folgado. Los trabajadores reivindican que el Ejecutivo garantice el buen uso de esas ayudas para sostener la empresa. El encierro se prolongar¨¢, aseguran, hasta que encuentren una soluci¨®n a sus demandas. Su protesta se vio ayer reforzada por la manifestaci¨®n de un grupo de empleados de La Camocha ante la sede del PP en Oviedo.

Un portavoz del Ministerio de Econom¨ªa asegur¨® ayer que los sindicalistas est¨¢n recibiendo buen trato y que no intentar¨¢n desalojarlos. Para este departamento, la actitud de los seis encerrados "es un abuso de confianza". El ministerio ofreci¨® a los encerrados caf¨¦ por la ma?ana y un bocadillo a la hora del almuerzo que rechazaron.

Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez y Mino Garc¨ªa discrepan del ministerio respecto al trato recibido. Se quejan de la incomunicaci¨®n y de la escasa disposici¨®n al di¨¢logo. "Hemos tenido dificultades para hacer llegar medicaci¨®n a algunos compa?eros que la necesitan", explicaba Fern¨¢ndez. Varios responsables de UGT intentaron ayer por la ma?ana sin ¨¦xito acceder al edificio donde permanecen encerrados. El acceso les fue denegado, as¨ª como la posibilidad de dejarles tabaco y una radio, seg¨²n relata Pedro Castillejo, de UGT. El ministerio tampoco permiti¨® a la prensa entrar en el edificio, m¨¢s vigilado de lo habitual.