La presencia
Uno escucha la palabra "recreo" y se le llena la boca de bocadillo de mortadela, la memoria de juegos perdidos y el coraz¨®n de nostalgia. Pero a ciertos pedagogos, esas evocaciones les deben irritar enormemente porque cambiaron "recreo" por "segmento de ocio", "pizarra" por "panel vertical de aprendizaje" y "sal¨®n de actos" por "sala de usos m¨²ltiples". Este empe?o de no llamar a las cosas por su nombre llega al extremo de denominar "clases presenciales" a aquellas que incluyen la presencia del maestro y que se distinguen de las "no presenciales" en que estas otras son a distancia o con ordenador, algo que est¨¢ consiguiendo cierto predicamento en Estados Unidos por parte de padres que piensan que como la casa de uno no hay nada. Esperamos que el tiempo d¨¦ alguna luz sobre c¨®mo educar a los hijos. De momento, por huir de una educaci¨®n cruel e inaceptable, los hemos condenado a vivir en un eterno universo infantiloide. Y en ¨¦sas estamos cuando aparece un deslumbrante documental franc¨¦s, Ser y tener, fruto del talento del director Nicolas Philibert, que narra el paso de un a?o en una escuela rural a la que asisten ni?os de cuatro a diez a?os, hijos de campesinos, en un aula ¨²nica, guiados por la "presencia" de un maestro entregado. Monsier Lopez, as¨ª se llama este hijo de andaluz, ense?a a los ni?os con severidad afectuosa la magia de las letras que se juntan para formar palabras, y el poder de los n¨²meros, que cuentan lo que poseemos y lo que nos falta. Esta pel¨ªcula habla de la dureza de aprender, del esfuerzo que se necesita para ser aquello que les fue negado a tus padres; habla del humorismo genial de los ni?os, pero tambi¨¦n de esa infinita tristeza que a veces les hace llorar sofocados por una pena muy negra. Habla de la presencia insustituible del maestro, de la paciencia que requiere su oficio. Hay que verla. Es urgente. En ella se aprecia la serenidad que necesita un ni?o para crecer y no esta acumulaci¨®n de ocupaciones extraescolares, conocimientos dispersos y est¨ªmulos a los que est¨¢n sometidos. Esta peque?a joya, que ha sido un ¨¦xito de p¨²blico en Francia, muestra el tesoro que puede ser un buen maestro, al que se llama de usted, al que los padres respetan, que puede cambiarnos la vida.
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