El esc¨¢ndalo del esc¨¢ndalo

De todo este coro loco de voces destempladas que gritan "?Al traidor!" (y Carod R. no lo es) se crea un esc¨¢ndalo y se tapan otros. Los verdaderos: que el centro de espionaje (CNI) tenga topos en Esquerra y los mozos de escuadra est¨¦n trufados de los mismos agentes que en Irak; que sigan a Carod, filmen y graben sus entrevistas, se las pasen al Gobierno y ¨¦ste las infiltre al peri¨®dico m¨¢s af¨ªn a su partido es mucho m¨¢s grave; es lo grave de todo este asunto. Muestra un Estado policial; y ese Estado no act¨²a contra los etarras a los que descubre, sino contra el que va a pedirles paz.

Recuerda las operaciones del anticomunismo, cuando los perseguidos eran aparentemente los que hablaban con los comunistas: y se desmontaba una izquierda pensante y dialogante que se opon¨ªa a la guerra fr¨ªa y a la que pod¨ªa ser ardiente. No es casual que las voces unificadas de la pol¨ªtica se lancen a la caza del zorro con trompas, caballos, jaur¨ªas y ojeadores, mientras el pa¨ªs est¨¢ afligido por el aumento del paro -estad¨ªsticas de ayer-, el crecimiento del precio de la vivienda -cifras de cada d¨ªa- y todo el peso negativo del a?o anterior, cuando estamos en plena campa?a electoral de antes de la campa?a electoral, que es otra anomal¨ªa de la an¨®mala democracia.

Los dos grandes rivales -el "derbi" dicen los que no saben lo que esa palabra y aquel lord significan: incluyo la segunda acepci¨®n del Diccionario- act¨²an de consuno en este esc¨¢ndalo: los de Aznar, para ladrar contra la coalici¨®n catalana y culpar al PSOE, dividirlo, utilizar su miedo y su inseguridad; los de Zapatero, para huir de la contaminaci¨®n del antiterrorismo, arma de Estado policiaco. Y caen sobre un p¨²blico que tiene psicolog¨ªa de contemplador de f¨²tbol con residuos de taurino. Si Aznar es el Nixon de Watergate, aqu¨ª nadie le echa -impeachment- del Gobierno.

?El error de Carod R? No saber que el pa¨ªs es as¨ª; creer que, viajando sin escolta, la polic¨ªa no sabr¨ªa d¨®nde iba; creer que una idea honrada de que se puede convencer a ETA de una tregua y una discusi¨®n l¨®gica pueden hacerle ceder en el crimen (para eso ya est¨¢ Imaz) y tener el desd¨¦n suficiente como para no pensar que iba a pesar sobre la campa?a, sin conseguir nada. Errores como para no recomendarle como pol¨ªtico. Pero puede ser muy m¨ªo el error: puede que, cabeza de lista en las elecciones generales, sea diputado en Cortes, votado por una buena mayor¨ªa catalana, y que su aspiraci¨®n le permita salir de la Generalidad por su propio pie.