'Et in Arcardia... USA'

Aparte de Borges, que se nos puso quisquilloso y nos habl¨® de eludir sobornos, ciudadan¨ªas tan dispares como Ginebra, Montevideo y Austin para, por fin, desembocar en Roma (me refiero, claro, al inolvidable poema 'La fama', dentro de La cifra, 1981), un poema, uno solo, puede cimentar la fama de un poeta. Dicho de otra manera, cada poeta tiene que tener "un" poema, como m¨ªnimo, y luego puede dedicarse a publicar una treintena de libros. Bien, A. R. Ammons (1926-2001) tiene este poema, Corsons Inlet, y los treinta poemarios publicados, obviamente incluido en el presente y magn¨ªfico volumen (p¨¢ginas 96-101) y, tambi¨¦n, muchos otros poemas que nos dan una idea de su individualidad, tambi¨¦n dicha singularidad, sin apartarse de la tradici¨®n whitmaniana, seg¨²n Harold Bloom. Ciertamente, Ammons, contempor¨¢neo de los componentes de la New York School (Ashbery et al.), reunidos en el Cedar Tavern del Village, s¨®lo comparte con ellos el canon bloomiano, algo a lo que nos referiremos m¨¢s adelante. Ammons, a pesar de su paisanaje dilatado en el Estado de Nueva York (su largo magisterio en la Universidad Cornell, de Ithaca, que hoy conserva sus papeles) es algo distinto. Dicho de otra manera, algo que nos aleja de Manhattan y nos hace viajar a su natal Carolina del Norte, con un paisaje tan americano -tan inmenso, visto con ojos europeos- como para sorprendernos tanto como Auden, en definitiva, europeo, se sorprendi¨® al tratar la poes¨ªa de Robert Frost (curiosamente, la introducci¨®n de esta obra nos ha devuelto a la relectura del Robert Frost de Auden). Un viaje metaf¨®rico porque, concretamente, Corsons Inlet geogr¨¢ficamente es un canal de Nueva Jersey, con parque adyacente y cruzado por un puente de autopista. Ammons, no obstante, pod¨ªa situar sus excelentes ruminaciones po¨¦ticas en cualquier otro lugar: "puedes hallar / en mis palabras / desv¨ªos de acci¨®n / como el borde ¨¢spero de la cala..." (p¨¢gina 97).

Desde C¨®rdoba, ciudad que

nos hace corregir a Lorca y nos lanza a que la a?adamos a su nostalgia granadina, nos llega este magn¨ªfico volumen, que se corresponde -como consta en la p¨¢gina de cr¨¦ditos- a una "expanded edition" de los poemas escogidos de un poeta prol¨ªfico y profusamente premiado. Concretamente, apuntamos nosotros, a la edici¨®n de 1986. Adem¨¢s, en las treinta y tantas p¨¢ginas introductorias se desvelan dudas importantes para el lector que accede por vez primera a Ammons. Por ejemplo, la identidad de "Ezra", ya en el primer poema incluido, que no se corresponde a Pound, antes a un compa?ero muerto en batalla (Ammons fue soldado en la Segunda Gran Guerra). Sin embargo, hay excesivo ¨¦nfasis introductorio en el Harold Bloom del Canon Occidental (que a nuestro entender deber¨ªa titularse "un canon occidental", el suyo) olvidando lo que es mucho m¨¢s interesante en Bloom (aunque no nos consta que haya llegado a nuestras solariegos lares traductores). Nos referimos a su The Anxiety of Experience (1973) donde, precisamente, en el primer apartado de la introducci¨®n, Bloom se sirve de tres versos (l¨ªneas) de Ammons a modo de ep¨ªgrafe. No obstante, estos poemas escogidos incluyen el poema dedicado a Bloom, El arco dentro y fuera (p¨¢ginas 166-168) con quien le un¨ªa una buena amistad (?qui¨¦n necesita pasarse por Cedar Tavern ante tales amigos?). En cualquier caso, como lectores, creemos que los traductores e introductores consiguen totalmente su prop¨®sito (que manifiestan en la p¨¢gina 20): "Nuestra intenci¨®n es, por tanto, poner en contacto a Ammons con su tradici¨®n y sus contempor¨¢neos". Lo consiguen, aunque un breve paso por Emily Dickinson, por no hablar de Melville poeta, tal vez habr¨ªa sido oportuno. Otro s¨ª es el ¨¦nfasis en el gusto de Ammons por las llamadas ciencias naturales. ?Y el brit¨¢nico Ted Hughes?

Finalmente, a pesar de una edici¨®n cuidada, apelar¨ªamos al gongorino esp¨ªritu cordob¨¦s para que nos ofrecieran en el futuro ediciones biling¨¹es como la presente pero m¨¢s c¨®modas, de p¨¢ginas enfrentadas; as¨ª como olvidar su modestia editorial, patente incluso en el nombre comercial, por lo que nos van a reducir a todos los autores a la min¨²scula de e. e. cummings. No, que no es eso y Ammons es A. R. Ammons, un poeta considerable. Y los tan denostados USA son desde hace ya m¨¢s de un siglo una aut¨¦ntica Arcadia, incluso para catalanes y cordobeses.