Deslocalizaci¨®n
Escucho una tertulia m¨¢s en una cadena de radio espa?ola. El tema: la deslocalizaci¨®n de la producci¨®n, o sea, el traslado de toda o parte de la actividad productiva de una empresa a pa¨ªses en los que los costes de producci¨®n son m¨¢s bajos. La pregunta clave, que ten¨ªa algo de ret¨®rica, la hace una tertuliana: "?Entonces, hay que implantar aqu¨ª el mismo sistema que el que tienen los chinos, seguir bajando los salarios?" . Uno de ellos pone el ejemplo de un peri¨®dico reci¨¦n creado que paga 453 euros a los redactores y 1.300 a los subdirectores. Por fin uno de ellos propone la nebulosa soluci¨®n de la "innovaci¨®n".
En primer lugar, me indigna que los tertulianos pongan el grito en el cielo precisamente ahora, cuando no es un problema nuevo. En segundo lugar, me alarma la inexorabilidad con la que se aborda la deslocalizaci¨®n. La pregunta, el ejemplo y la soluci¨®n, en que se basa la argumentaci¨®n de la tertulia, no van m¨¢s all¨¢ de pol¨ªticas empresariales concretas dentro de las actuales normas de la econom¨ªa de mercado. No s¨®lo los tertulianos, sino tambi¨¦n los gobiernos asumen esta inevitabilidad. Todav¨ªa es m¨¢s penoso que la hayan institucionalizado: la Consejer¨ªa de Industria, como pudimos leer en EL PA?S a lo largo de 2003, recomienda e incita a los empresarios del calzado a trasladar ciertas fases de la producci¨®n al este de Europa.
Se echa en falta que se realice, y no s¨®lo desde las iniciativas de los foros sociales mundiales, un agudo an¨¢lisis de las contradicciones de la libre inversi¨®n y del libre comercio. Y, sobre todo, es urgente que se contemple sin tapujos ni descalificaciones reaccionarias el intervencionismo del Estado en los asuntos que ata?en a los trabajadores, que, recuerdo, tambi¨¦n son ciudadanos. Antoine Prost, en sus Doce lecciones sobre la Historia, nos dice que para escudri?ar cu¨¢les son las causas de un fen¨®meno hist¨®rico hay que extirpar los antecedentes que creemos que son sus causas para saber si se habr¨ªa producido sin ellos.
Quiz¨¢ el responsable inmediato de la deslocalizaci¨®n sea el empresario, pero sin un librecambismo hip¨®crita, forjado y consagrado como ¨²nico sistema de intercambio posible, y sin la inhibici¨®n del Estado, el empresario no habr¨ªa visto el camino allanado para la deslocalizaci¨®n.
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