La torre Windsor cambia de piel con 2.000 almas dentro
El rascacielos, de m¨¢s de cien metros, se moderniza y adapta a las normas contra incendios sus 17.500 metros de fachadas
Los rascacielos madrile?os tambi¨¦n hacen sus deberes. Ahora le ha tocado a uno de los m¨¢s veteranos, el edificio Windsor, en el cruce de las calles de Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde y Orense. Tiene un cuarto de siglo. Se yergue a m¨¢s de cien metros de altura en el conf¨ªn sur del pol¨ªgono Azca. Al caer la tarde, sus fachadas destellan la incandescencia del bronce hirviente y el oro que surgen del horizonte. Ahora, la torre emprende un cambio completo de su piel: 17.500 metros cuadrados de vidrio y aluminio, que cubre sus cuatro fachadas. Cada m¨®dulo ser¨¢ sustituido; cada rinc¨®n, innovado.
La reforma, que durar¨¢ a?o y medio, se hace con sus 2.000 inquilinos dentro. Ha sido acometida "para satisfacer normas contra incendios, inexistentes cuando el rascacielos fue construido", explica Jes¨²s Guardiola, portavoz de la empresa propietaria del edificio, Aus¨®n Inmobiliaria.
Nuevos m¨®dulos, de tonos achampanados, ser¨¢n adheridos a los antiguos desde plataformas deslizantes
El proyecto y la direcci¨®n de la reforma corresponden a los arquitectos ??igo Ortiz y Enrique Le¨®n, que proyectaron la torre Mapfre en Barcelona y el edificio Sanitas en Madrid, entre otras construcciones. De los ingenieros destacan Antonio Carri¨®n y los de la firma Proteyco.
La transformaci¨®n hab¨ªa sido perge?ada en el comienzo del verano de 2001. Para aplicarla, a finales de agosto pasado, una pluma gigantesca asentada a pie de calle iz¨® hasta su c¨²spide otra gr¨²a, de 18 metros de porte y 40 de brazo, en una operaci¨®n de la que no se recordaba precedente en Madrid. Desde ella se realizar¨¢n algunas de las importantes tareas que, a partir de ahora, van a ser desplegadas.
Seg¨²n explica Enrique Le¨®n, la nueva etapa incluir¨¢ el acristalamiento de las j¨¢cenas almohadilladas de hormig¨®n, con v¨¦rtices curvos, que definen su l¨ªnea de asentamiento en la planta tercera del edificio. Todos y cada uno de los m¨®dulos de cristal y los petos de aluminio que dibujan sus cuatro fachadas ser¨¢n sustituidos por otros de tonalidad achampanada. La operaci¨®n se efectuar¨¢ desde plataformas unidas a un sistema de m¨¢stiles basado en las j¨¢cenas y adherir¨¢ los nuevos m¨®dulos encima, para retirar luego, y desde dentro del edificio, los antiguos. Una nueva escalera de incendios, entubada en una vistosa envoltura plateada, se adosar¨¢ exenta sobre la fachada a la calle de Orense. Un sistema de carriles a lo largo de los recuadros modulares permitir¨¢ el discurrir de g¨®ndolas guiadas para la limpieza exterior. Adem¨¢s, las dos plantas retranqueadas del ¨¢tico, donde se hallan cajas de sus catorce ascensores, quedar¨¢n acristaladas, a?ade Enrique Le¨®n.
La reforma comprende tambi¨¦n la adaptaci¨®n de todo el mobiliario a la resistencia al fuego, as¨ª como el redise?o de la circulaci¨®n interior y el de los cableados, con la derivaci¨®n parcial de ¨¦stos, que discurrir¨¢n encajados en paralelo junto a la nueva escalera tubular, la tercera contra incendios con la que contar¨¢ la torre. El rascacielos dispondr¨¢, adem¨¢s, de nuevo acceso desde Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde mediante una pasarela ajardinada.
Genaro Alas, que entre 1974 y 1979 fue, con el recientemente fallecido Pedro Casariego, principal arquitecto del Windsor, ha sido convocado ahora por la compa?¨ªa propietaria del inmueble para supervisar unas obras que van a costar 15 millones de euros, seg¨²n informa Jes¨²s Guardiola.
En la tarea, que ha movilizado a un centenar de especialistas, colaboran firmas como la constructora Fomento de Construcciones y Contratas; Alcot¨¢n, que tratar¨¢ las fachadas; Axin, que se har¨¢ cargo de las instalaciones; Crespo, de la electricidad, y Otis, de los ascensores.
La reforma del Windsor es considerada como una experiencia sin precedentes t¨¦cnicos en Madrid, ya que desde el primero al ¨²ltimo d¨ªa va a desplegarse con toda su actividad interior en funcionamiento: por sus instalaciones circulan diariamente unas 2.000 personas, igual n¨²mero de las que all¨ª laboran. En su mayor¨ªa pertenecen a la auditora Deloitte y al bufete Garrigues.
La gr¨²a que ahora corona el rascacielos, cuyo ¨¢pice se halla a unos 135 metros del suelo, se asienta en la planta 27 sobre una bancada construida para la ocasi¨®n dentro del per¨ªmetro del ¨¢tico; ha sido fundamentada en vigas cruzadas, encima del n¨²cleo de hormig¨®n del edificio. El contorno del coronamiento del rascacielos ha sido recubierto con redes y malla para evitar desprendimientos: el viento podr¨ªa gastar malas pasadas. La altura adentra un ¨¦mbolo de v¨¦rtigo en el est¨®mago cuando, desde all¨ª arriba, se mira hacia la calle. Precisamente, sobre la de Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde se ve un cobertizo de aluminio, de unos 40 metros de longitud, ah¨ª desplegado para guarecer a los viandantes que transitan la concurrida arteria madrile?a, contigua a unos grandes almacenes.
Hormig¨®n, aluminio y vidrio
El edificio Windsor, cuya construcci¨®n culmin¨® en 1979, fue el primer rascacielos de oficinas que se plante¨® en Madrid como "un sistema integrado de vidrio y aluminio". As¨ª lo define Enrique Le¨®n, madrile?o de 50 a?os que, con ??igo Ortiz, tambi¨¦n arquitecto, ideara el proyecto y asume la ejecuci¨®n de esta reforma. "En la memoria de los ciudadanos de Madrid, el Windsor se ha convertido ya en una referencia. Por ello, para reformarlo hemos tenido muy en cuenta sus caracter¨ªsticas originales", subraya. De las singularidades tect¨®nicas de esta torre, pionera de las del pol¨ªgono Azca, Genaro Alas y Pedro Casariego resaltaron las j¨¢cenas de hormig¨®n donde se apoyan los pilares met¨¢licos perimetrales del edificio.
Enrique Le¨®n no ve peligro alguno de que las futuras obras le hagan perder su primitiva personalidad: "Con el remate en vidrio en las dos plantas superiores hemos pretendido conseguir la continuidad del fuste de vidrio hasta la coronaci¨®n", remarca. "Se trata de hacer la adaptaci¨®n tecnol¨®gica al siglo XXI de este magn¨ªfico edificio", agrega. Con sus cinco s¨®tanos, la reforma integrar¨¢ sus bajos a la segunda planta de la red subterr¨¢nea del pol¨ªgono Azca, la menos congestionada de cuantas componen esta trama. Un montacargas satisfar¨¢ las crecientes necesidades de tramitaci¨®n de carter¨ªa y paqueter¨ªa que demanda un edificio tan ocupado.
Numerosas otras actuaciones dotar¨¢n de m¨¢s seguridad muebles, instalaciones y conductos, dise?ados hace 25 a?os, que hoy presentan limitaciones. Por ello, todas las puertas ser¨¢n adaptadas al sistema RF, de resistencia al fuego, y a los nuevos c¨¢nones de estanqueidad.
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