Historia, historieta y monumento
TVE-1 estren¨® el martes pasado la serie Memoria de Espa?a, asesorada por brillantes historiadores. Con car¨¢cter previo, el lunes fue objeto de un especial en La 2. Desde instancias oficiales se ha descrito el proyecto como "irrepetible". El esfuerzo se nota, pero el resultado es mucho m¨¢s dudoso. En principio resulta criticable el prop¨®sito de presentar la narraci¨®n del pasado como "una novela de aventuras"; adem¨¢s, la Historia es evocaci¨®n y no representaci¨®n dram¨¢tica. TVE, en su voluntad divulgativa, ha elegido este medio, pero de esta manera existe el problema de que un texto muy interesante se traduce en unas im¨¢genes que se parecen a El planeta de los simios pero no muy bien interpretado; en cambio, apenas aparecen los yacimientos prehist¨®ricos.
En mi opini¨®n, eso es un error que puede acentuarse a medida que se avance en el tiempo, con la consiguiente mayor disponibilidad de im¨¢genes atractivas. En el previo dio la sensaci¨®n, por ejemplo, de que se iba a superponer una especie de pantomima sobre el cuadro de Goya acerca de los fusilamientos de mayo de 1808. Por este procedimiento, el texto puede resultar erudito para los poco exigentes, mientras que a quienes tengan un cierto nivel de cultura la imagen les dar¨¢ un poco de verg¨¹enza.
Existe otro problema m¨¢s grave. Nietzsche describi¨® como Historia monumental la representaci¨®n que un pueblo hace de su propio pasado. Existe un sector de opini¨®n en Espa?a que considera que hay un peligro de desnacionalizaci¨®n y le atribuye a la Historia una funci¨®n de reconstruir el sentimiento de identidad de otros tiempos. La propia TVE ha polemizado de modo innecesario con las versiones ofrecidas de nuestro pasado por los nacionalismos perif¨¦ricos. Eso ha creado una prevenci¨®n inicial que se acent¨²a con el lenguaje empleado. Uno de los realizadores pretende que en la serie aparece "el embri¨®n de la Espa?a actual" (?era espa?ol el hombre de Atapuerca?). En plena campa?a electoral, en una serie que pretende rigor hist¨®rico, ?tiene sentido eludir el t¨¦rmino "nacionalidades" o "pluralidad" en Espa?a empleando tan s¨®lo "diferencias de sensibilidades y culturas"? ?Se debe alabar a secas el "constitucionalismo" o el texto de la Constituci¨®n vigente, que puede ser reformada y eso desea una parte de los espa?oles?
Ser¨ªa una l¨¢stima que, con tanto costo y asesoramiento tan v¨¢lido, el proyecto descarrilara. El peligro es claro y crecer¨¢ cuando la serie se acerque al siglo XX.
[Memoria de Espa?a logr¨® una media de 4.606.000 espectadores (23,6% de cuota)].
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