Apoteosis 'gospel'

Conviene despejar una inc¨®gnita, de buen comienzo: con una historia tan m¨ªnima y delgadita como previsible, un protagonista mentiroso cr¨®nico (el bailar¨ªn Gooding Jr.) y una cantante de moda (Knowles), para cuyo palmito y espectacular voz parece construida la pel¨ªcula, The fighting temptations se dir¨ªa un producto oportunista, de esos que aspiran a recaudar lo m¨¢ximo posible explotando su principal apuesta (la chica cantante), y a otra cosa. Incluso el hecho de emparejarla con un gal¨¢n tan improbable como Gooding Jr. (si hay algo que decididamente no funciona aqu¨ª es la qu¨ªmica entre los dos protagonistas) parecer¨ªa abonar la tesis de la avidez recaudadora como ¨²nica preocupaci¨®n de sus responsables.

Pero, sin embargo, hay otras cosas que, por fortuna, no s¨®lo salvan la apuesta, sino que hacen de The fighting temptations un musical m¨¢s que solvente, imprescindible para cualquier amante de la m¨²sica.

Una es la fotograf¨ªa (gentileza de Affonso Beato, el espl¨¦ndido operador portugu¨¦s que ya trabaj¨® con Almod¨®var). Y otra, por sobre todas las cosas, la m¨²sica: impagable colecci¨®n de temas en los que el gospel se mezcla con el rhythm and blues, el hip hop o el soul, en la que las actuaciones de iglesia tienen un destacad¨ªsimo papel. Por las im¨¢genes del filme desfilan voces tan incre¨ªbles como las de la reverenda Shriley Caesar, las de los Blind Boys of Alabama, The O'Jays, Faith Evans, T-Bone, Mary Mary y un largo etc¨¦tera, sin olvidar a la propia Beyonc¨¦. No es un filme para p¨²blicos cinematogr¨¢ficamente exigentes, pero s¨ª es una segura recomendaci¨®n para todo amante de la m¨²sica que el filme recrea. Es decir, conviene olvidarse de la historia para dejarse llevar por la vigorosa, extraordinaria m¨²sica negra, esa cima incontestable del arte popular de ¨¦ste y del pasado siglos.