"La globalizaci¨®n ha marginado al artista"
Si uno se propone escoger al te¨®rico m¨¢s representativo del arte contempor¨¢neo griego, es posible que acabe vagando en medio de un desierto al que quiz¨¢ por sorpresa haya regresado alg¨²n despose¨ªdo de su malograda di¨¢spora. Lo escribieron los romanos, "Graecia capta ferum victorem cepit...", la Grecia conquistada conquist¨® al b¨¢rbaro conquistador. Porque para demostrar el lugar central que Grecia ha tenido en el desarrollo del arte del siglo XX se han de recorrer ampliamente los museos de todo el mundo, aunque nada de lo que encontremos contenga su esencia. Puede que sea ¨¦ste el destino de las grandes civilizaciones. "Imposible saber todo lo que le debemos a Grecia, todos nosotros somos a¨²n colonia de ella porque, salvo las ciegas fuerzas de la naturaleza, todo lo que en la vida de la Humanidad evoluciona es de origen griego", escribi¨® el historiador ingl¨¦s Maine. ?Qu¨¦ dir¨ªa Ferran Adri¨¤, al que en Estados Unidos se le tiene por uno de los m¨¢s influyentes artistas contempor¨¢neos de "¨²ltima generaci¨®n",
"Ahora el comisario es el que impone al artista una historia, una voz. Es un caso de ventrilocuismo"
si supiera que el pa¨ªs que acogi¨® las primeras olimpiadas de la historia, en el a?o 776 antes de Cristo, document¨® como primer ganador a un velocista, Koroivos, genial y delgad¨ªsimo cocinero de la cercana Elis?
Christos M. Joachimides (Atenas, 1934) desconoce la an¨¦cdota, pero explica que ha o¨ªdo hablar de El Bulli y que tiene much¨ªsima curiosidad por probar algunos de sus platos "minimalistas". Fil¨®sofo, historiador del arte y prestigioso cr¨ªtico, Joachimides ha ejercido como comisario independiente en Berl¨ªn, desde 1958, y durante los ¨²ltimos treinta a?os ha focalizado sus investigaciones en el terreno de la pintura ligada a los movimientos sociales y al arte conceptual europeo, en ese sentido que le damos a la pintura como sabidur¨ªa.
Cae la noche. Joachimides nos recibe en su acogedor despacho, en una c¨¦ntrica calle de la capital griega. En este momento privilegiado del d¨ªa, el griego busca un c¨®mplice en una botella de buen Sem¨¦li. No parece un hombre de argumentaciones especiosas ni de relativismos o cavilaciones dial¨¦cticas, eso que se llam¨® con desprecio "sofisma". Joachimides es expansivo, un hombre cabal, un no¨®crata que cree en esa especie de dictadura de la aptitud que naturalmente excluye la altaner¨ªa de ciertos artistas y curadores.
PREGUNTA. A lo largo de la modernidad, el artista era el art¨ªfice de algo que la obra le dejaba hacer. Esa idea rom¨¢ntica ha desaparecido. Hoy los curadores se han interpuesto entre la obra y el artista. ?No le parece que el comisario es una figura con demasiada influencia en el entorno art¨ªstico?
RESPUESTA. Sin duda. En los ¨²ltimos a?os hemos asistido a la degeneraci¨®n del papel de curador y a c¨®mo ¨¦ste utiliza el arte y al artista para meterse en una especie de aventura te¨®rica o para promocionar su carrera. Mire, viajo constantemente y le aseguro que cada vez m¨¢s veo exposiciones intencionadamente banales. Hubo un tiempo en que la acci¨®n del artista reflejaba la idiosincrasia y las circunstancias particulares que le permit¨ªan hacer aquella obra. Hubo un tiempo en que d¨¢bamos al artista la prioridad de presentar ¨¦l mismo lo que estaba haciendo, ¨¦l mismo era el narrador de su propia historia, ¨¦l o ella ten¨ªan su propia voz. Ahora el comisario se la impone, es un caso de ventrilocuismo y de una evidente situaci¨®n de desamparo del artista.
P. Tambi¨¦n se podr¨ªa argumentar que gracias al trabajo de algunos curadores, la sociedad y el p¨²blico que acude a los museos o a los grandes acontecimientos art¨ªsticos puede o¨ªr las voces de otras culturas, algunas marginadas.
R. Pero ¨¦se es otro tema. Le pondr¨¦ s¨®lo un ejemplo. Lo vimos en Kassel, en la Documenta XI de Okwui Enwezor. En ella, el artista tuvo que hacer lo que quer¨ªa el comisario. Enwezor ten¨ªa un discurso, definir -dec¨ªa- el grado de compromiso del artista con el presente, las condiciones en que las obras procesan ideas en un mundo en constante transici¨®n y en donde el proyecto occidental parece ya concluido; la globalizaci¨®n y sus "descontentos". Pues bien, todas las obras estaban ah¨ª para encajar en ese discurso. El mensaje preexiste a la obra, condiciona la lectura libre que ha de hacer el p¨²blico. Esto para m¨ª es claramente una perversi¨®n.
P. La funci¨®n del arte ser¨ªa dejarnos en un interrogante. Me imagino que para el comisario debe de haber alguna manera de mediar entre el p¨²blico y la obra.
R. Le contar¨¦ mi experiencia. En Outlook he querido hacer todo lo contrario, resituar y reafirmar al artista como la figura central del discurso, que es como decir colocar el arte en el centro de inter¨¦s. Pienso que el arte ha sido paulatinamente arrinconado. Parto de que cada exhibici¨®n es, de alguna manera, una decisi¨®n personal de su comisario. Y cuando uno ve cientos y cientos de piezas y artistas de todo el mundo, a veces ha de acometer decisiones, digamos, crueles. Se tratar¨ªa de mostrar en esa selecci¨®n, con criterios est¨¦ticos bien definidos, c¨®mo el arte de nuestro tiempo se expresa y d¨®nde se asoma. A partir de ah¨ª, el comisario asume su responsabilidad e impulsa los est¨ªmulos para el debate. La gran cantidad de bienales y eventos art¨ªsticos que hay no hacen m¨¢s que traumatizar y pervertir el proceso est¨¦tico. Ya no hablamos de la confrontaci¨®n entre grupos art¨ªsticos. Toda esa basura de la globalizaci¨®n no ha hecho m¨¢s que marginar al artista. Puede que la globalizaci¨®n sea buena para la econom¨ªa, pero no para el arte. El creador ha de dialogar con la realidad y comprometerse con el aqu¨ª y ahora. Y el compromiso del comisario independiente ha de ser poner todos esos testimonios en conjunto, darles un sentido y comunicarlos. El arte actual es herm¨¦tico y dif¨ªcil para el gran p¨²blico. Hay demasiada burocracia en los despachos de los museos. Y es nuestra responsabilidad moral no convertir el arte en popular sino hacerlo m¨¢s sensual
P. Un gran sector de la cr¨ªtica y de los historiadores se han ido desembarazando de la idea de que para triunfar en el arte es necesario estar en las grandes metr¨®polis, Par¨ªs, Berl¨ªn, Nueva York...
R. Existe una nueva centralidad en la periferia. Emergen otras ciudades que est¨¢n ganando en importancia y son m¨¢s vitales que las grandes metr¨®polis. Yo mismo pude comprobarlo en M¨¦xico DF. All¨ª encontr¨¦ una tremenda energ¨ªa, buen¨ªsimos artistas y exposiciones de interesant¨ªsimas colecciones. Hay un cambio total de paradigma, hay muy buenas galer¨ªas y coleccionistas j¨®venes, esto es totalmente nuevo. Ocurre lo mismo en Atenas. Esto hace cinco a?os era imposible.
P. Quiz¨¢ por ello el arte est¨¦ cumpliendo una funci¨®n social y de conocimiento, que acerca al p¨²blico a lugares donde se desarrollan otra serie de conflictos que no son los de los grandes centros econ¨®micos.
R. Es evidente, pero insisto, creo que el principal problema para el artista es que no se han desarrollado los circuitos para el di¨¢logo. Las oportunidades son escas¨ªsimas. Y ahora, en Albania, Bulgaria o Tayikist¨¢n, los comisarios han descubierto lo m¨¢s ex¨®tico, en una palabra, que un artista de all¨ª es m¨¢s fashion. Esto ha sido m¨¢s evidente justo despu¨¦s de la extinci¨®n del socialismo sovi¨¦tico. No es que est¨¦ en contra de estas actitudes, al contrario, lo encuentro incluso divertido que un artista, por ejemplo, de Kazajst¨¢n, se convierta de repente en alguien muy conocido. Pero tambi¨¦n es una forma de banalizar la figura del artista.
P. ?C¨®mo valora la presencia del joven arte griego en esta edici¨®n de Arco?
R. Creo que es incre¨ªblemente importante y una buena oportunidad no s¨®lo para las galer¨ªas griegas de mostrar los trabajos de sus artistas, tambi¨¦n porque ser¨¢ posible asistir a otro tipo de manifestaciones y exhibiciones que habr¨¢ paralelamente a la feria. Es interesante para nuestro pa¨ªs porque es una forma de lanzar puentes de comunicaci¨®n, lo que es absolutamente necesario.
P. En Catalu?a muchos artistas se quejan de que no han podido sacudirse la influencia de T¨¤pies, para ellos es como un estigma que les ha impedido crecer y hacer cosas diferentes. ?Ocurre lo mismo en Grecia con Jannis Kounellis?
R. Es curioso, pero por lo que me cuenta, Kounellis ha ejercido una influencia totalmente contraria en el arte actual griego, ¨¦l ha sido, si me permite, el "padrino", antes que el padre, no ha habido la necesidad de "matarlo", en el sentido freudiano de la expresi¨®n, porque ha sido tremendamente generoso. Por otra parte, los padres son importantes, Polke, Beuys, Kippenberger, para entender hoy al artista. Sin esos padres, la creaci¨®n actual no ser¨ªa la que es. Incluso antes de que todos esos artistas empezaran a hacer v¨ªdeo -hablo de Aernout Mik, Sam Taylor Wood, Francis Alys o Pierre Huyghe- exist¨ªa un camino trazado para ellos.
P. Usted no ha trabajado pr¨¢cticamente en su pa¨ªs. ?C¨®mo encontr¨® Atenas durante estos meses, mientras realizaba la selecci¨®n para
Outlook?
R. Descubr¨ª algo muy especial. Desde que llegu¨¦ de Berl¨ªn y comenc¨¦ a trabajar, conoc¨ª a muchos artistas que dec¨ªan que no quer¨ªan ir a trabajar a Berl¨ªn. ?Atenas de repente era fresca, nueva! ?Quiero ir all¨¢! ?Qu¨¦ est¨¢ pasando en Atenas, en Tesal¨®nica? Fue el artista el que me hizo de gu¨ªa para conocer este fen¨®meno, y lo viv¨ª como una aut¨¦ntica sorpresa. F¨ªjese en las ¨²ltimas cuatro documentas. Cualquier cosa que se presentase en Kassel era igual, quinientas o seiscientas mil personas la visitaban. La Documenta ha conseguido aislarse de las ideas importantes sobre arte, actualmente es un evento, el ayuntamiento organiza las bases tur¨ªsticas tres a?os antes sin preguntar los contenidos, porque da igual, el macroevento se organizar¨¢ y vendr¨¢n cientos de personas. Se trata de un fen¨®meno importante, sospechoso e incluso peligroso, la separaci¨®n del hecho art¨ªstico y del evento.
P. Pero los ciudadanos est¨¢n ¨¢vidos de cultura, hacen colas para ver exposiciones, se multiplican los centros de arte, crece el turismo cultural. ?Usted cree que el p¨²blico sabe discernir entre el arte realmente importante y la
disneylandizaci¨®n
de macroeventos y bienales?
R. Detesto las bienales. Hoy es Mr. Cameron y pasado ma?ana Mr. Johnson. Y los artistas siempre se repiten. Yo hablo por mi experiencia, las exposiciones que yo hago nunca viajan, las hago para una ciudad espec¨ªfica y con unos artistas que explican cosas que ocurren en ella, porque cada presentaci¨®n de una obra de arte depende del continente donde se la enmarca. Por cierto, no tengo conocimiento de que en Espa?a haya habido o haya bienales, y eso me alegra mucho.
P. El pr¨®ximo oto?o se organizar¨¢ una en Sevilla, con soporte econ¨®mico privado pero en un recinto p¨²blico, en la Cartuja. El comisario es Harald Szeemann.
R. ?C¨®mo no, Szeemann est¨¢ en todas partes. Su ¨²ltima bienal en Venecia era incre¨ªblemente mala. Claro que la de Bonami no era mejor. Szeemann fue una persona important¨ªsima en el desarrollo del arte contempor¨¢neo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero su problema no es que se haya hecho mayor, creo que es una cuesti¨®n de calidad, de pensamiento. Por otra parte, respeto mucho a personas de envergadura intelectual como Catherine David, la directora de la Documenta X. Yo me sit¨²o en las ant¨ªpodas de ella, pero la respeto porque es una mujer tremendamente consecuente y persistente. Y eso se puede aplicar al trabajo de otras personas. La labor que hizo Mar¨ªa Corral en la colecci¨®n La Caixa fue pionera. Creo que se deben encontrar alternativas a las administraciones.
P. ?Conoce bien el arte espa?ol?
R. Suficiente. Me gusta Juan Mu?oz, es una pena que haya muerto tan joven. Tambi¨¦n me interesa la obra de Eul¨¤lia Valldosera. Y entre todas las ciudades, me quedo con Barcelona y con el Macba, es un centro ejemplar. Para m¨ª, Barcelona es un sue?o.
ARCO 2004
Lugar:
IFEMA. Parque Ferial Juan Carlos I. Madrid. Pabellones 7 y 9.
Fechas y horarios:
Abierto al p¨²blico el jueves 12, de 14 a 21. Viernes 13, s¨¢bado 14, domingo 15 y lunes 16, de 12 a 21.
Precio de las entradas:
Jueves 12, entrada general: 19 euros (estudiantes, 13 euros). Del viernes 13 al lunes 16, general: 23 euros (estudiantes, 16 euros).
Contenidos:
274 galer¨ªas, de las que 91 son espa?olas y 183 extranjeras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.