Misi¨®n en Guant¨¢namo para el Capit¨¢n Am¨¦rica
El h¨¦roe de c¨®mic acude a vigilar los derechos de los detenidos
Nueva misi¨®n para el Capit¨¢n Am¨¦rica. Ha sido contratado por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos para supervisar el juicio de un escritor iran¨ª, nacionalizado estadounidense, encarcelado injustamente en la base naval de Guant¨¢namo (Cuba). En el n¨²mero 22 de ediciones Marvel, el supersoldado visita Guant¨¢namo. All¨ª se encontrar¨¢ a un grupo de militares del Ej¨¦rcito de Estados Unidos con muy pocas ganas de colaborar y con escasas simpat¨ªas hacia la legalidad internacional y los derechos de los detenidos.
?sa es la ficci¨®n. La realidad es a¨²n un poco m¨¢s dura y compleja. El pasado diciembre se cumplieron dos a?os del traslado de sospechosos de terrorismo a Guant¨¢namo, pero los cerca de 660 detenidos siguen como el primer d¨ªa: incomunicados, sin derecho a abogado y sin que EE UU les haya formulado una acusaci¨®n.
"Con el debido respeto, se?or, no est¨¢ dentro de mis ¨®rdenes intimidar a los prisioneros de guerra durante sus horas de rezo", le dice el Capit¨¢n Am¨¦rica al coronel Boyle cuando este ¨²ltimo intenta que acose a los presos retenidos en la base naval estadounidense. "Soldado", le grita el coronel, "me importan un carajo los sentimientos de los combatientes enemigos [t¨¦rmino inventado y creado por la Administraci¨®n de Bush para referirse a los detenidos], ?le queda claro?".
El Capit¨¢n Am¨¦rica naci¨® para el c¨®mic en marzo de 1941. Ve¨ªa la luz nueve meses antes del ataque japon¨¦s a Pearl Harbour. Sus autores quer¨ªan crear un s¨ªmbolo que ganase y triunfase sobre el mal. "B¨¢sicamente", dijeron entonces sus creadores, Jack Kirby y Joe Simon, "busc¨¢bamos un primer villano contra el que luchar, y Hitler fue ese villano". As¨ª ocurri¨®. El Capit¨¢n Am¨¦rica golpeaba con su pu?o al hombre que condujo al mundo al holocausto en los a?os cuarenta en la portada del n¨²mero de aquel mes.
A Steve Rogers - as¨ª es como se llama en el mundo real el superh¨¦roe norteamericano- se le dot¨® de un traje con los colores de la bandera americana de la libertad -rojo, azul y blanco- y un redondo e indestructible escudo.
Desde entonces, el llamado centinela de la libertad se ha mantenido alerta. Sobrevivi¨® a la guerra fr¨ªa y lleg¨® intacto al fat¨ªdico 11 de septiembre de 2001. El d¨ªa en que cambi¨® Am¨¦rica. Aquel d¨ªa, el superh¨¦roe tambi¨¦n mut¨®. Se quit¨® su m¨¢scara y revel¨® su identidad al mundo: Steve Rogers. Tambi¨¦n se desprendi¨® de su uniforme y se visti¨® de civil. Y rodilla en tierra se puso a desescombrar la zona cero. "Pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga y afrontaremos cualquier adversidad para asegurar la supervivencia de nuestra libertad", pronunciaba el supersoldado americano. Acept¨® la lucha contra el terrorismo que proclam¨® el presidente George W. Bush. Y se puso a la tarea. Ahora su misi¨®n va m¨¢s all¨¢ de lo puramente militar.
Como el mundo, son muchos los cambios que ha sufrido el sector del c¨®mic tras el 11-S. "El impacto de los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York fue brutal para el c¨®mic", cuenta Enrique Bordes, arquitecto y especialista del g¨¦nero. Ha tenido que adaptarse. Ha tenido que evolucionar. "Me parece muy positivo que el Capi se quite la m¨¢scara y luche por los derechos de los detenidos en Cuba", expresa Bordes. "Pero, sinceramente, tengo mis dudas", finaliza. Quedan dos n¨²meros m¨¢s de aventuras en Guant¨¢namo. Ellos dir¨¢n.
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