Guillermo Prados, directivo de PRISA

Guillermo Prados, de 44 a?os, director general de Operaciones de Prisa Internacional, falleci¨® el pasado viernes, 6 de febrero, en Panam¨¢, donde asist¨ªa a una reuni¨®n en la que participaban directivos del grupo procedentes de Espa?a, Miami y Latinoam¨¦rica. Acababa de presentar una brillante exposici¨®n, sobre las perspectivas econ¨®micas de las empresas de PRISA fuera de Espa?a, cuando se sinti¨® mal inesperadamente. Conducido de urgencia por sus compa?eros hasta un hospital cercano, falleci¨® poco despu¨¦s como consecuencia de un infarto.

Sus restos mortales llegaron ayer por la ma?ana a Madrid, gracias a la eficaces gestiones de la Embajada espa?ola en Panam¨¢, del Ministerio de Exteriores de ese pa¨ªs y de Iberia.

Guillermo Prados y L¨®pez de Argumedo hab¨ªa nacido en Madrid, el 29 de marzo de 1959, y estaba casado con Mar Huidobro. El matrimonio tuvo dos hijas: Marta, de 11 a?os, y Paula, de 9. Era licenciado en Derecho por la Universidad Complutense (1982) y master en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas por ICADE (1985).

Su carrera profesional comenz¨® en 1983 en la empresa Sintel, como auditor jefe y jefe de Organizaci¨®n y M¨¦todos. Entre 1988 y 1990 desempe?¨® el cargo de director de Organizaci¨®n y M¨¦todos en Gonvarri Industrial, de donde pas¨® a Ediciones del Prado como director financiero. En 1990 se incorpor¨® al Grupo PRISA para ser el director financiero de la empresa de gesti¨®n publicitaria GDM, en la que m¨¢s tarde ser¨ªa subdirector general y director general de Operaciones. En 2001 se incorpor¨® al equipo fundador de Prisa Internacional como director general de Operaciones. En este tiempo ha contribuido a desarrollar y consolidar las empresas internacionales de PRISA, entre ellas el Grupo Latino de Radio (GLR), que incluye cadenas de emisoras en Chile, M¨¦xico, Costa Rica, Panam¨¢, Colombia, Miami y Par¨ªs; Progresa-M¨¦xico, editora de la revista Rolling Stone en ese pa¨ªs, y las empresas adquiridas al Grupo Gar¨¢fulic en Bolivia (tres peri¨®dicos y una cadena de televisi¨®n), entre otras sociedades.

Todos sus compa?eros recordaremos su bondad extrema, su cari?o latente, la eficacia de su trabajo, su gusto goloso, la ¨²ltima tarta de la que disfrut¨®, pero tambi¨¦n su generosidad para compartir el ¨²nico batido de chocolate en la desastrosa sala de tr¨¢nsitos del aeropuerto de Miami, las sonrisas con las que empez¨® su exposici¨®n del viernes, su confianza total en el equipo que le arropaba, al que defender¨ªa hasta el agotamiento frente a cualquier sinraz¨®n que pudiera cuestionarlo; c¨®mo se divirti¨® con los chistes del pen¨²ltimo almuerzo, su esp¨ªritu colaborador, su tolerancia y su fe, su tranquilidad transmisible, su rigor en la gesti¨®n... Una mezcla inmensa de vibraciones alentadoras se queda aqu¨ª aunque ¨¦l se haya ido.-