La polic¨ªa teme una escalada violenta de la banda para tapar su debilidad
Aunque resulte parad¨®jico, hay lugares donde el silencio de los terroristas constituye una tortura para sus v¨ªctimas. No hay mejor ejemplo que Andoain, un pueblo de Guip¨²zcoa donde ETA ha golpeado con especial sa?a sin recibir a cambio ning¨²n castigo. Estanis Amuchastegi o Jos¨¦ Luis Vela, concejales socialistas, amigos de Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle y Joseba Pagazaurtundua, sus vecinos asesinados, sufren de forma peri¨®dica el acoso de los terroristas. Unas veces les queman el coche, otras les arrojan una botella incendiaria; en ocasiones les dejan una llave en el buz¨®n con una nota que avisa: "T¨² ser¨¢s el pr¨®ximo". Entre un ataque y otro, el silencio. Hace unos d¨ªas, Amuchastegi, sentado junto a sus escoltas, meneaba la cabeza y dec¨ªa: "Mucho est¨¢n tardando esta vez. A ver a qui¨¦n nos toca ahora...".
De la misma forma, los mandos antiterroristas consultados por este peri¨®dico temen al silencio de ETA m¨¢s que al aliento de un lobo. "S¨ª, est¨¢n sufriendo la peor crisis de su historia", vienen a decir al un¨ªsono, "pero la sensaci¨®n de debilidad hacia el exterior, junto con la posibilidad o la constataci¨®n de disensiones internas, llevan a posturas de falsa fortaleza que, en estos casos, suelen acarrear una escalada de violencia para demostrarlo. Incluso pueden recurrir a la comisi¨®n de atentados f¨¢ciles que, precisamente porque son m¨¢s f¨¢ciles de ejecutar, suelen ser tambi¨¦n los m¨¢s indiscriminados. Es algo as¨ª como la reacci¨®n de la fiera herida".
No obstante, los expertos de la Polic¨ªa y de la Guardia Civil est¨¢n de acuerdo en que la actual crisis de ETA es mucho m¨¢s profunda que las anteriores. Y la clave est¨¢, seg¨²n explican, en que "no se trata s¨®lo de una crisis militar -por utilizar su mismo lenguaje- sino que todas las estructuras de la llamada izquierda abertzale est¨¢n tocadas o desactivadas, desde los j¨®venes de la lucha callejera -tradicional cantera de terroristas- hasta lo que puede considerarse el plano pol¨ªtico-institucional".
Efectos de la ilegalizaci¨®n
"La izquierda abertzale", insisten las mismas fuentes, "ha perdido el control y la posibilidad de influir en los ayuntamientos y las Juntas Generales, manteniendo exclusivamente los esca?os del Parlamento vasco. Perdidas las retribuciones por el ejercicio de cargos representativos y las subvenciones institucionales, los responsables de Batasuna que antes estaban liberados y se pod¨ªan dedicar por entero a la pol¨ªtica tienen que dedicar ahora m¨¢s tiempo a luchar por su supervivencia econ¨®mica que a preparar otro tipo de iniciativas...".
Por si fuera poco, las fuentes antiterroristas consultadas perciben divisiones en el llamado frente carcelario. "Hay presos de ETA de los llamados duros", aseguran, "que est¨¢n empezando a plantearse salidas personales, algo que ellos mismos han rechazado durante a?os, y que adem¨¢s formulan cr¨ªticas muy duras hacia los actuales responsables de la banda".
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