Cinco d¨ªas sepultado entre ruinas

Mohamed Kalem, a sus 16 a?os, ten¨ªa ayer lista su tumba. Su padre contaba las horas para enterrarlo cuando un estruendo de alaridos y gritos de entusiasmo anunci¨® un milagro en la ciudad turca de Konya: Mohamed estaba vivo y en buen estado tras pasar cinco d¨ªas y 11 horas enterrado, sin comer ni beber, despu¨¦s de que un edificio de 11 plantas se le viniera encima y acabara con la vida de m¨¢s de medio centenar de personas.

El chaval se encontraba en la planta baja del edificio en el momento del derrumbe. Toneladas de escombros formaron una diminuta b¨®veda en la que Mohamed ha permanecido inm¨®vil m¨¢s de 130 horas. "Yo me dec¨ªa todo el rato 'van a venir a salvarme'. Gritaba sin cesar. Escuchaba a lo lejos su voz

"Hab¨ªamos perdido la esperanza y hasta ten¨ªamos preparada la tumba de Mohamed", dijo su padre

[de los equipos de rescate], que empez¨® a o¨ªrse m¨¢s y m¨¢s cerca", contaba el sobreviviente a la agencia de noticias Anatolia.

Normalmente, una persona puede sobrevivir hasta cuatro d¨ªas y medio sin agua. Pero a este muchacho le salv¨® el sue?o. "En lugar de resistir, Mohamed durmi¨® mientras estaba bajo los escombros. Eso le ayud¨® a sobrevivir porque su cuerpo no consumi¨® mucha energ¨ªa. Est¨¢ consciente y responde a las preguntas", explic¨® el doctor Riza Saribabci, m¨¦dico jefe del hospital Numune de Konya, en el centro del pa¨ªs. Durante su traslado al hospital, el adolescente narr¨® su odisea: "Ni beb¨ª ni com¨ª nada. No s¨¦ cu¨¢ntos d¨ªas he pasado bajo el edificio", dijo.

Omar Cevikbas, jefe del equipo de rescate, describi¨® el descubrimiento de Mohamed: "Vi un tubo que se mov¨ªa. Estaba muy emocionado. Empec¨¦ a excavar con cuidado bajo el tubo y vi un agujero al final. Hab¨ªa una habitaci¨®n. Y entonces vi los ojos de Mohamed". Y prosigue. "Le pregunto: '?Qu¨¦ est¨¢s haciendo aqu¨ª?'. Estaba aturdido, pero empec¨¦ a hablarle sin parar para mantenerlo consciente. ?l me pregunt¨® que por qu¨¦ no hab¨ªamos llegado antes. Dijo que cuando nos oy¨® trabajando encima de ¨¦l se puso a mover el tubo para llamar nuestra atenci¨®n".

Una vez fuera, el muchacho ha podido incluso dar detalles acerca de d¨®nde se encuentran las personas que contin¨²an desaparecidas, informaron los equipos de rescate. Entre ellos, la madre y la hermana del protagonista del milagro. Ahora, su padre tiene renacidas esperanzas de encontrarlos con vida. "?l me ha dicho que puede haber otros supervivientes. Puede que mi hijo mayor y mi mujer sigan vivos en alguna parte. Hab¨ªamos perdido toda esperanza y hasta ten¨ªamos preparada la tumba de Mohamed. A Dios gracias", relataba ayer Ahmet Kalem, padre del muchacho. Una esperanza contagiosa desde el hallazgo de ayer. "Sus palabras ser¨¢n la clave para nuestra investigaci¨®n. No sabemos si habr¨¢ m¨¢s supervivientes, pero ahora estamos m¨¢s esperanzados", asegura Murat Salim, miembro de los equipos de salvamento. Decenas de familiares de desaparecidos se arremolinan diariamente en torno a los escombros a la espera de noticias. La jornada de ayer supuso para ellos una inyecci¨®n de moral.

Desde el pasado lunes, 28 personas han sido rescatadas con vida. Otras 75 personas no han corrido la misma fortuna. Los equipos de rescate han ido encontrando cad¨¢veres con cuentagotas, desde que el lujoso edificio de la avenida de Kirkuk se desplomara hace una semana a las 20.30. Los moradores del edificio siniestrado y sus invitados celebraban la fiesta musulmana del Eid el Kebir, en la que, seg¨²n la tradici¨®n, las familias sacrifican y degustan un cordero, cuando el edificio qued¨® reducido a una pila de cinco metros de altura de escombros.

Seg¨²n las primeras valoraciones de los bomberos, el edificio se vino abajo por la deficiente calidad del hormig¨®n utilizado, que ten¨ªa mucha arena y poco cemento. La polic¨ªa ha detenido a los dos constructores del edificio, Vedat Kaya e Ismael Canlier, en relaci¨®n con el desplome. La baja calidad de las construcciones turcas es considerada frecuentemente la causa del elevado n¨²mero de muertos en los terremotos que azotan peri¨®dicamente el pa¨ªs. Pero hasta el momento han sido muy pocos los constructores y arquitectos condenados por la justicia. El juicio contra Kaya y Canlier tendr¨¢ lugar fuera de Konya, para proteger a los acusados de los enfurecidos habitantes de la ciudad.