Ryszard Kuklinski, esp¨ªa de la CIA en Polonia en la guerra fr¨ªa
Ryszard Kuklinski, ex oficial del Ej¨¦rcito polaco que sirvi¨® en secreto como uno de los esp¨ªas m¨¢s importantes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tras el tel¨®n de acero durante la guerra fr¨ªa, falleci¨® el martes en su patria de adopci¨®n, Estados Unidos, Ten¨ªa 73 a?os.
Durante algunos de los d¨ªas m¨¢s tenebrosos de la guerra fr¨ªa, cuando Mosc¨² intentaba defender su imperio de Europa del Este contra las crecientes demandas populares de libertad y democracia, el coronel Kuklinski proporcion¨® secretamente a Estados Unidos informaci¨®n important¨ªsima que puede haber evitado la invasi¨®n sovi¨¦tica de Polonia. Tambi¨¦n alert¨® a la CIA de los planes polacos de imponer la ley marcial para imponer medidas en¨¦rgicas contra Solidaridad, el movimiento disidente, en 1981. El 11 de febrero, George Tenet, director de la CIA, emiti¨® una declaraci¨®n p¨²blica en la que calificaba al coronel Kuklinski de "verdadero h¨¦roe de la guerra fr¨ªa, con quien todos tenemos una eterna deuda de gratitud".
Kuklinski, coronel del Ej¨¦rcito del Estado Mayor General polaco, que tambi¨¦n sirvi¨® de enlace con Mosc¨², estuvo nueve a?os espiando para la CIA desde Varsovia, en los a?os setenta y principios de los ochenta. Bajo el nombre en clave de Gull, se convirti¨® en uno de los agentes m¨¢s productivos. Eentreg¨® miles de documentos secretos y advirti¨® de los planes e intenciones del Pacto de Varsovia, la alianza militar dominada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que en aquel momento se enfrentaba a la OTAN.
Temiendo que hubiera sido descubierto, el coronel Kuklinski acab¨® pidi¨¦ndole a la CIA que le ayudara a escapar de Polonia y desert¨® en 1981, justo cuando se impuso la ley marcial que hab¨ªa predicho. La CIA estableci¨® en secreto al coronel Kuklinski y su familia en Estados Unidos, donde segu¨ªa viviendo encubierto en 1989, cuando cay¨® el comunismo en Europa del Este y Solidaridad ascendi¨® al poder en Polonia.
Pero no se le recibi¨® como un h¨¦roe en la Polonia reci¨¦n democratizada. Pasado el tiempo pudo finalmente regresar a Polonia, pero algunos polacos segu¨ªan pensando que hab¨ªa traicionado a Polonia, y no s¨®lo a un despiadado r¨¦gimen comunista. Lech Walesa, como presidente de Polonia entre 1990 y 1995, no perdon¨® jam¨¢s al coronel Kuklinski, aunque dijo que hab¨ªa "conseguido grandes cosas".
Nacido en Varsovia el 13 de junio de 1930, el coronel Kuklinski inici¨® su segunda vida como esp¨ªa en agosto de 1972, cuando escribi¨® un an¨®nimo a la Embajada de Estados Unidos en Bonn mientras viajaba en barco por el norte de Alemania. Como oficial militar, dec¨ªa que quer¨ªa hablar con otro oficial del Ej¨¦rcito para proponer una grandiosa conspiraci¨®n entre los ej¨¦rcitos polaco y estadounidense, en la que colaborar¨ªan para sabotear a los sovi¨¦ticos. Pero los estadounidenses enviaron a dos agentes de la CIA que se hac¨ªan pasar por oficiales del Ej¨¦rcito. Acabaron convenci¨¦ndole de que se quedara en su puesto y espiara para Estados Unidos, pero pas¨® un a?o hasta que le comunicaron que estaba tratando con la CIA.
A pesar de la vigilancia de los servicios polacos de seguridad, los m¨¦todos clandestinos de la CIA le permitieron comunicarse durante a?os eficazmente con los agentes estadounidenses sin ser detectado, y con el tiempo lleg¨® a facilitar m¨¢s de 35.000 p¨¢ginas de "informaci¨®n documental de inteligencia sovi¨¦tica de alto secreto".
Aunque la motivaci¨®n para muchos esp¨ªas de ambos lados del tel¨®n de acero fue la avaricia, parece que el coronel Kuklinski era uno de esos hombres excepcionales que espiaba para ayudar a liberar a su pa¨ªs del comunismo.
En septiembre de 1981, nueve a?os despu¨¦s de que hubiera empezado a facilitar informaci¨®n en secreto a la CIA, escribi¨® en una carta a un agente estadounidense que respond¨ªa por el nombre en clave de Daniel, que ten¨ªa una fe ilimitada en que estaba haciendo lo correcto.
Quiz¨¢ su mayor aportaci¨®n para Estados unidos lleg¨® en diciembre de 1980, momento en que Solidaridad se estaba convirtiendo en un problema pol¨ªtico tanto para los l¨ªderes polacos como para el Kremlin. El coronel Kuklinski advirti¨® a la CIA que Mosc¨² estaba a punto de invadir Polonia para aplastar a Solidaridad. La informaci¨®n lleg¨® a tiempo para que el Gobierno saliente de Carter advirtiera a Mosc¨², tanto en p¨²blico como en privado, que no hiciera ning¨²n movimiento militar contra Polonia. Al final, los sovi¨¦ticos no entraron.
En una declaraci¨®n sobre la muerte del coronel Kuklinski, Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional del presidente Carter, elogi¨® al coronel Kuklinski y afirm¨® que "decidi¨® ayudar a EE UUs a entender mejor la planificaci¨®n sovi¨¦tica".
En 1981 inform¨® a la CIA de los planes secretos del Gobierno de Polonia de imponer la ley marcial. Tambi¨¦n proporcion¨® informaci¨®n sobre los planes sovi¨¦ticos de contingencia para la guerra en Europa, sobre los detalles de los sistemas armament¨ªsticos sovi¨¦ticos avanzados. Pero a finales de 1981, el coronel Kuklinski se convenci¨® de que hab¨ªa sido traicionado cuando un mando superior del ej¨¦rcito polaco le dijo que una fuente de Roma hab¨ªa revelado que la CIA hab¨ªa conseguido los planes polacos de imponer la ley marcial. El coronel Kuklinski se puso r¨¢pidamente en contacto con la CIA y escap¨® al Oeste. El coronel Kuklinski fue condenado a muerte por el Gobierno comunista polaco en 1984. Visit¨® su patria natal en la primavera de 1998, por primera vez desde su huida, meses despu¨¦s de que un tribunal anulara sus cargos por traici¨®n. -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.