Los filmes de Rohmer y Loach son acogidos con indiferencia
'Triple agente' da una lecci¨®n de historia y 'Ae fond kiss' trata la intransigencia religiosa
Acab¨® pr¨¢cticamente el festival, a excepci¨®n de la pel¨ªcula belga de clausura, que se proyectar¨¢ a concurso esta noche despu¨¦s de conocerse los premios. Dos grandes nombres, Eric Rohmer y Ken Loach, han sido los encargados de cerrar la competici¨®n. Ambas pel¨ªculas han sido recibidas con aplausos, que no ovaciones, dividiendo a la audiencia entre los entusiastas y quienes consideran ambos filmes un tanto d¨¦j¨¤ vus.
Esta edici¨®n ha estado protagonizada por personajes femeninos fuertes
Es evidente que ambos directores tienen estilo y personalidad propios. Nada puede asombrar, pues, que Triple agente, la de Rohmer, sea una pel¨ªcula b¨¢sicamente hablada, en la que no conviene perder una frase, ni que Ae fond kiss, el intraducible t¨ªtulo de Ken Loach, vuelva a tratarse de un tema social, en este caso la intransigencia religiosa, tanto musulmana como cat¨®lica. Ni que las dos pel¨ªculas sean obras de madurez, interesantes, de las que hay que ver. Eso es bueno, aunque ninguna de ellas haya sido una sorpresa. Loach y Rohmer son cineastas necesarios, y sus trabajos son siempre recibidos con esperanza, que no defraudan.
Rohmer cuenta en Triple agente una historia inspirada en un hecho cierto, pero con personajes y situaciones de ficci¨®n, la de un ruso blanco, general zarista, que vive refugiado en el conflictivo Par¨ªs del Frente Popular, junto a su esposa, una artista griega. Cuando ¨¦sta entabla amistad con unos vecinos comunistas, comienza a preguntarse sobre las actividades pol¨ªticas del marido, a¨²n amigo de los soviets, visitante de ministerios nazis y agente secreto, ?pero de qui¨¦n? El complejo mundo diplom¨¢tico que rode¨® la guerra de Espa?a, la exaltaci¨®n del nazismo y finalmente la Segunda Guerra Mundial, culmin¨® en el sorprendente pacto germano-sovi¨¦tico de no agresi¨®n, algo que escap¨® a las previsiones del astuto triple agente de la pel¨ªcula. Una lecci¨®n de historia que va m¨¢s all¨¢ de la etapa a que se refiere y que, en definitiva, sugiere que nada es lo que parece y que nadie es quien dice, s¨ªntesis que expres¨® en la rueda de prensa la principal productora del filme, ante la ausencia, por enfermedad, de Eric Rohmer. Quiz¨¢ lo m¨¢s sorprendente de su intervenci¨®n fuera el reconocer que no hab¨ªa encontrado en Francia financiaci¨®n suficiente para la pel¨ªcula, y que ¨¦sta s¨®lo fue posible gracias a la coproducci¨®n con Italia, Grecia, Rusia y Espa?a (Alta y Tornasol).
Ae fond kiss, de Ken Loach, con gui¨®n de su habitual colaborador Paul Laverty, propone la historia de amor entre un muchacho paquistan¨ª cuyo matrimonio con una prima ha sido ya organizado por sus familias, y una muchacha escocesa, profesora de m¨²sica en un colegio cat¨®lico. No les dejar¨¢n en paz. Si a ¨¦l no le permiten abandonar la tradici¨®n familiar, a ella la expulsar¨¢n del colegio, donde la vida privada de los maestros cuenta tanto o m¨¢s que su talento profesional. Una mara?a social les envuelve, suprimiendo su libertad. En Ae fond kiss, como en las dem¨¢s pel¨ªculas de Loach, la buena intenci¨®n se da por hecho, al igual que el buen hacer de sus protagonistas, en este caso, Atta Yaqub y Eva Birthistle, quien, como tantas otras actrices que hemos visto en este festival, tiene sensibilidad, coraje, incluso llega a conmover.
Esta edici¨®n de Berl¨ªn ha estado protagonizada por personajes femeninos fuertes, y el jurado no lo tendr¨¢ f¨¢cil para dar el premio a la mejor actriz. Hay que recordar que est¨¢ presidido por Frances McDormand, y que forman parte de ¨¦l la italiana Valeria Bruni Tedeschi, la iran¨ª Samira Makhmalbaf y la et¨ªope Maji-da Abdi. Los tres hombres del jurado son el norteamericano Dan Talbot, el italiano Gabriele Salvatores y el alem¨¢n Peter Rommel. No lo tienen f¨¢cil, no.
Pero en esta disquisici¨®n no figurar¨¢ seguramente la banalidad taiwanesa 20, 30, 40, de la actriz, cantante y directora Sylvia Chang, en la que, junto a otras dos famosas cantantes asi¨¢ticas, interpreta las peripecias amorosas de tres mujeres de las edades que el t¨ªtulo se?ala (aunque sobre el personaje de la propia Chang, la de cuarenta a?os, la productora advierte que representa menos edad, lo que no es evidente ni mucho menos necesario). Comedieta con atisbos dram¨¢ticos (el terremoto que de vez en cuando sacude Taipei, con la misma debilidad que tienen las turbulencias sentimentales de las protagonistas). La pel¨ªcula no pasar¨¢ a la historia, aunque deja la molesta sensaci¨®n de habernos hecho perder el tiempo. Pero no hay por qu¨¦ asustarse, ya que es bien dif¨ªcil que 20, 30, 40 se estrene en nuestras latitudes. Siempre es un consuelo.
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