Ling¨¹¨ªstica aplicada
Goebbels dec¨ªa que bastaba con repetir una mentira mil veces para que se convirtiera en verdad. Y, hoy, el conflicto de Irak le da otra vuelta de tuerca a la idea: la omisi¨®n de una evidencia por tiempo suficiente es la manera de que esa evidencia desaparezca, al menos del mapa informativo.
Los portavoces autorizados repiten con regularidad de metr¨®nomo que la autoridad norteamericana en Bagdad quiere proceder al traspaso de soberan¨ªa antes del 1 de julio a un Gobierno debidamente constituido, porque a Washington le urge retirar las tropas de forma que el goteo de bajas no sea un problema para la reelecci¨®n del presidente George W. Bush en noviembre. Pero Gobierno debidamente constituido no quiere decir, en ning¨²n caso, democr¨¢ticamente elegido. El nuevo Ejecutivo, en cambio, ser¨ªa de representaci¨®n censitaria, t¨ªpica del Antiguo R¨¦gimen, co-optado a partir de asambleas de notables, tribales o regionales, y con el grado de legitimidad justo para que no resultara inc¨®modo al ocupante. Su funci¨®n se centrar¨ªa en redactar una Constituci¨®n que incluyera lo esencial de un tratado de defensa con Estados Unidos, que diese la cobertura de invitadas a unas tropas que hoy son de ocupaci¨®n. Y esas tropas se retirar¨ªan, entonces, a un n¨²mero de bases en el pa¨ªs, para garantizar el respeto a los intereses de Washington, pero reduciendo la fricci¨®n mortal del contingente con la resistencia nativa.
Cuando los norteamericanos hicieron eso mismo en Vietnam, ceder protagonismo al Ej¨¦rcito de Saig¨®n, el periodista franc¨¦s Jean Lacouture bautiz¨® el intento de amarilleamiento de los cad¨¢veres, es decir, traslado del costo en bajas al ej¨¦rcito subalterno. A eso se refiere el comandante en jefe de las fuerzas de la coalici¨®n, general Ricardo S¨¢nchez, cuando reconoce que las tropas norteamericanas permanecer¨¢n "no meses sino a?os" en Irak (18 de febrero, EL PA?S).
S¨®lo una vez que ese Gobierno de transici¨®n hubiera cumplido su cometido ancilar, se celebrar¨ªan elecciones populares y directas, y aunque la poblaci¨®n chi¨ª (un 60%) obtuviera en ellas una mayor¨ªa de legisladores similar a la que tiene en el pa¨ªs, y un Gobierno salido de las urnas quisiera ejercer una soberan¨ªa plena sin guerreros-custodio occidentales, el tratado ya estar¨ªa ah¨ª y no ser¨ªa tan f¨¢cil de denunciar sin probables consecuencias.
Todo este plan topa, sin embargo, con la exigencia del l¨ªder espiritual chi¨ª, el gran ayatol¨¢ Al¨ª al Sistani, de que no haya Gobierno sin elecciones previas, y como el estado de guerra cuasi civil, adem¨¢s de contra el ocupante, que vive Irak, no parece que permita que haya votaciones antes de junio, no ser¨ªa imposible que la pretensi¨®n norteamericana de barra libre en Irak descarrilara y a Bush se le complicasen las presidenciales.
Los t¨¦rminos b¨¢sicos sobre los que opera hasta hoy la omisi¨®n o modificaci¨®n de elementos clave de significado son: soberan¨ªa, que se producir¨ªa s¨®lo a la medida que fuera compatible con la indefinida presencia de las tropas; Gobierno, que ser¨ªa un equipo de extracci¨®n intervenida en origen y restringida en su composici¨®n; tratado de defensa, sobre lo que reina un deliberado vac¨ªo informativo; y retirada, que no ser¨ªa a las casernas de EE UU, sino a un complejo de bases convenientemente repartidas por el territorio iraqu¨ª.
Si, contrariamente a todo ello, se procediera desde el principio -sin prejuzgar cu¨¢ndo- a elecciones libres y un Gobierno elegido, aparte de ser probable hijo de un pandem¨®nium de kurdos, ¨¢rabes sun¨ªes, ¨¢rabes chi¨ªes, turcomanos, cristianos nestorianos y caldeos, estuviera dispuesto a firmar un acuerdo para el mantenimiento de las tropas, la cosa ser¨ªa muy distinta. Entonces s¨ª habr¨ªa que empezar a creer que la intervenci¨®n norteamericana contemplaba alg¨²n tipo de desarrollo democr¨¢tico en el pa¨ªs.
Lo m¨¢s probable es, sin embargo, que el magma de la resistencia formado por sun¨ªes nost¨¢lgicos de Sadam; ¨¢rabes, en general, ¨¢vidos de soberan¨ªa; chi¨ªes defensores de alguna versi¨®n del Ir¨¢n isl¨¢mico y terroristas de Al Qaeda, que quieren que todo el territorio se convierta en un arma de destrucci¨®n masiva, pero de s¨ª mismo, impida que se consolide una u otra versi¨®n de un Irak pol¨ªticamente estable, con embri¨®n de democracia o sin ella. Y el corolario de semejante sarracina ser¨ªa la ominosa caja de pandora que ha abierto la intervenci¨®n militar de Washington y sus ac¨®litos.
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