Alberto M¨¦ndez recupera la posguerra en 'Los girasoles ciegos'

"Contar que todav¨ªa alguien recuerda" ha sido la intenci¨®n de Alberto M¨¦ndez (Madrid, 1941) en Los girasoles ciegos (Anagrama), su primer libro de ficci¨®n, que gira en torno a la amarga idea de la derrota, con el tel¨®n de fondo de la posguerra espa?ola. Apadrinado por su editor, Jorge Herralde, M¨¦ndez, narrador novel de 63 a?os de edad, present¨® esta colecci¨®n de relatos en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid.

"No hablo aqu¨ª de la derrota de los vencidos", aclar¨® M¨¦ndez, "sino de la derrota de todo un pa¨ªs, la derrota colectiva de quienes vivieron con miedo el silencio de estas historias. Por eso, el libro pretende ser, tambi¨¦n, un homenaje a la memoria de nuestros padres".

Los girasoles ciegos cuenta cuatro de esas calladas historias de la posguerra. Un capit¨¢n del ej¨¦rcito de Franco que el mismo d¨ªa de la victoria renuncia a ganar la guerra y deserta; un joven poeta, v¨ªctima del terror, que se esconde con su compa?era y su hijo, eligiendo la muerte; un preso en la c¨¢rcel madrile?a de Porlier, y un di¨¢cono que se oculta "tras el fascismo apost¨®lico" son los protagonistas de estos relatos. En ellos, el lenguaje se esgrime con precisi¨®n de escalpelo para reflejar alternativamente la perplejidad, la inmadurez o la soledad de los personajes ante esa realidad hostil.

"No estamos ante un autor nuevo, silvestre o ingenuo", afirm¨® Jorge Herralde al destacar la "excelente calidad" de este primer libro de M¨¦ndez, que incluye un texto finalista del Premio Internacional de Cuentos Max Aub 2002.

Alberto M¨¦ndez es licenciado en Filosof¨ªa y Letras y ha trabajado durante d¨¦cadas en la industria editorial. Durante el franquismo fue uno de los fundadores de la editorial Ciencia Nueva, cerrada

en los a?os sesenta por el entonces ministro Manuel Fraga.

El ruido de la memoria

Datos hist¨®ricos y an¨¦cdotas de testigos directos alimentaron la escritura de Los girasoles ciegos, un t¨ªtulo que alude a la "confusi¨®n desasosegada" de esa ¨¦poca. "Todo lo que cuento lo he o¨ªdo", confes¨® M¨¦ndez. "Son historias verdaderas, aunque los nombres y los sitios hayan sido cambiados y la imaginaci¨®n haya enriquecido los detalles. Las he escrito con el olor y el ruido de la memoria de otros".

"La historia del fusilado que sali¨® de la tumba", precis¨®, "es la de un hombre apellidado Alegr¨ªa, con quien trabaj¨¦ hace a?os en Grijalbo; el coronel de Franco que se pas¨® al bando republicano horas antes de la victoria tambi¨¦n existi¨®. Yo lo convert¨ª en capit¨¢n".

Alberto M¨¦ndez siente que con este libro ha "ajustado cuentas con la posguerra". Pero existe, afirma, un "deber de memoria". Una convicci¨®n que refleja con claridad parte del fragmento de Carlos Piera que M¨¦ndez ha elegido como p¨®rtico de su primer libro: "En Espa?a no se ha cumplido con el duelo, que es, entre otras cosas, el reconocimiento p¨²blico de que algo es tr¨¢gico y, sobre todo, de que es irreparable".