Un asesino oculto durante 500 a?os
Un profesor italiano descubre al responsable de la conjura contra los Medici
La historia del Renacimiento italiano, y tal vez de Europa, estuvo a punto de dar un vuelco el 26 de abril de 1478, S¨¢bado Santo, junto al altar de Santa Mar¨ªa del Fiore. La catedral de Florencia acog¨ªa a la brillante y turbulenta nobleza local, encabezada por el indiscutible hombre fuerte de la peque?a y poderosa Rep¨²blica, Lorenzo de Medici, llamado El Magn¨ªfico, y su hermano menor, Giuliano. En el momento culminante de la misa, cuando el sacerdote elevaba el c¨¢liz con el pan consagrado, los hermanos Pazzi, el arzobispo Salviati y otros conjurados sacaron los pu?ales que ocultaban y se arrojaron sobre los Medici.
Giuliano muri¨® con 19 heridas en el cuerpo. Lorenzo fue herido en un brazo, pero consigui¨® huir. El Magn¨ªfico se salv¨®, y con ¨¦l la potencia florentina. El perdedor evidente fue el papa Sixto IV, que no pudo cumplir su plan de hacerse due?o de toda la Italia central.
Un libro para descifrar mensajes secretos ha sido la clave para descubrir al conspirador, el duque de Urbino
Aquellos hechos son conocidos como la conjura de los Pazzi. Los dos hermanos, Francesco y Jacobo, y el arzobispo Salviati fueron ahorcados, enterrados y, despu¨¦s, desenterrados por la multitud, que adoraba a Lorenzo, y arrojados al r¨ªo Arno. Un joven pintor, llamado Leonardo da Vinci, tom¨® apuntes de la ejecuci¨®n.
?Qui¨¦n organiz¨® la conjura? Siempre se hab¨ªa pensado en Francesco della Rovere, Sixto IV, un papa belicoso y expansionista. Poco antes del fat¨ªdico S¨¢bado Santo hab¨ªa retirado a los Medici la administraci¨®n del patrimonio pontificio, y hab¨ªa enviado cartas a los Pazzi, arist¨®cratas y enemigos de Lorenzo, incit¨¢ndoles a la conjura contra los Medici. Sixto IV quer¨ªa anexionarse Imola, y quiz¨¢ un buen pedazo del territorio florentino, para dar terrenos a sus familiares e incrementar su poder. ?Fue ¨¦l el aut¨¦ntico cerebro del plan? No. Constituy¨® una pieza m¨¢s, important¨ªsima, en la operaci¨®n dise?ada por un hombre fuera de toda sospecha. Un hombre que durante 526 a?os permaneci¨® ajeno al asunto.
El detective que desentra?¨® el misterio se llama Marcello Simonetta y trabaja como profesor de Historia y Literatura del Renacimiento en la Universidad Wesleyan de Connecticut, Estados Unidos. Todo comenz¨® con el descubrimiento de un peque?o manual firmado por Cecco Simonetta, lejano antepasado del profesor y canciller de la familia Sforza en Mil¨¢n. El libro, editado en el siglo XV, ense?aba a los diplom¨¢ticos a descifrar el c¨®digo utilizado en los mensajes internacionales secretos. Con ese manual, el profesor Simonetta se aplic¨® a descifrar una carta que hab¨ªa hallado en el archivo privado Ubaldini, en Urbino. Era un mensaje enviado por el duque de Urbino a sus embajadores en Roma, dos meses antes de la conjura de los Pazzi.
A Federico da Montefeltro, duque de Urbino, valiente, astuto y refinad¨ªsimo, patr¨®n de pintores como Berruguete y Piero della Francesca, se le consideraba mod¨¦lico como estadista. Su corte era una de las m¨¢s lujosas y cultas de la pen¨ªnsula. Y su diplomacia se complementaba a la perfecci¨®n con la desarrollada por los Medici.
Nadie sab¨ªa, hasta que el profesor Simonetta descifr¨® la carta, que el duque de Urbino fue quien decidi¨® acabar con los Medici para elevar a Urbino al nivel de los grandes poderes peninsulares, y que fue ¨¦l quien atrajo hacia la conjura al Papa y al rey de N¨¢poles, Fernando de Arag¨®n.
La supervivencia de Lorenzo El Magn¨ªfico frustr¨® sus planes. El jefe de los Medici viaj¨® a N¨¢poles y convenci¨® al rey Fernando de que a nadie conven¨ªa que el Papa acumulara m¨¢s poder. Sin el apoyo napolitano, Sixto IV desisti¨® y tuvo que hacer las paces con Lorenzo. Pero nadie denunci¨® al duque de Urbino. El m¨¢ximo responsable de la conjura, y gran perdedor, call¨® y guard¨® su secreto. Hasta ahora.
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