A Dios lo que es de Dios

En las cartas que el te¨®logo alem¨¢n Dietrich Bonhoeffer escribe a su amigo Eberhard Bethge en 1944 desde la secci¨®n militar de la c¨¢rcel de Berl¨ªn-Tegel donde estaba preso por haber atentado de pensamiento, palabra y obra contra el nazismo y el F¨¹hrer, le anuncia la llegada de una "¨¦poca totalmente irreligiosa" que ya no necesita de la hip¨®tesis de Dios. En un clima as¨ª, aboga por una interpretaci¨®n no religiosa del cristianismo, que renuncie a hablar de Dios de forma metaf¨ªsica, a pensarlo en clave de absoluto e infinito y a situarlo fuera del mundo. Esa interpretaci¨®n lleva a descubrir a Dios en la debilidad y la impotencia, en el sufrimiento y la cruz, no en la omnipotencia.

Seis d¨¦cadas despu¨¦s es el fil¨®sofo italiano Gianni Vattimo (1936, Tur¨ªn) quien retoma la idea de Bonhoeffer y defiende en este sugerente libro un cristianismo no religioso, si bien desde nuevas bases y desde tradiciones distintas. Vattimo, que en su ¨¦poca de estudiante aprendi¨® del pensador neotomista Jacques Maritian a desconfiar de algunos dogmas de la modernidad, se reencuentra ahora con el cristianismo a trav¨¦s de Nietzsche y Heidegger, los cr¨ªticos m¨¢s radicales de la modernidad. ?No resulta esto parad¨®jico trat¨¢ndose de dos pensadores anticristianos? En absoluto, cree el fil¨®sofo italiano. Con el anuncio de la muerte de Dios, Nietzsche no est¨¢ haciendo una profesi¨®n de ate¨ªsmo, sino mostrando que no hay un fundamento ¨²ltimo. En realidad no niega la existencia de Dios. Lo que ha muerto, para ¨¦l, es el "Dios moral", el Dios de la escol¨¢stica medieval y de la metaf¨ªsica, el "Dios de los fil¨®sofos", al que se refiriera Pascal. Heidegger, a su vez, se opone a la metaf¨ªsica objetivista en nombre de la libertad humana y cree que no es posible pensar la realidad como una estructura anclada en un fundamento ¨²ltimo. En consecuencia, tampoco puede unificarse el pluralismo actual en nombre de una verdad ¨²ltima. "Si Dios ha muerto y la filosof¨ªa ha tomado en consideraci¨®n que no puede captar con certeza el fundamento ¨²ltimo", argumenta Vattimo, "ha concluido tambi¨¦n la 'necesidad' del ate¨ªsmo filos¨®fico", y es posible creer de nuevo en Dios, escuchar su palabra y tomar en serio la Biblia, libro que, a su juicio, la metaf¨ªsica racionalista ha ido negando poco a poco. S¨®lo una filosof¨ªa "absolutista", concluye, cree sentirse autorizada para negar la experiencia religiosa.

Vattimo critica con especial

severidad la imagen del Dios totalmente otro que ofrece buena parte de la filosof¨ªa moderna de la religi¨®n, por considerar que est¨¢ muy cerca del Dios del Antiguo Testamento y conserva muchos de los rasgos del Dios violento de las religiones naturales. En definitiva sigue siendo el viejo Dios de la metaf¨ªsica, que muy poco tiene que ver con el Dios encarnado en Jesucristo. La cr¨ªtica se dirige en concreto a la amplia influencia ejercida por L¨¦vinas y a la deconstrucci¨®n de Derrida.

La filosof¨ªa de la religi¨®n cristiana de Vattimo no transita por los caminos trillados del pensamiento moderno, que entiende la filosof¨ªa de la historia como una interpretaci¨®n secularizada de la idea judeo-cristiana de la salvaci¨®n, sino por otros que la modernidad ha descuidado: la teolog¨ªa de la historia del monje calabr¨¦s Joaqu¨ªn de Fiore; los disc¨ªpulos espirituales de ¨¦ste, entre los que cita a Novalis, Schleiermacher y Schelling; Dostoievski, a quien llama "el pensador cristiano m¨¢s fiel al Evangelio", con su parad¨®jica elecci¨®n de Cristo incluso contra la verdad; el anuncio de la muerte de Dios de Nietzsche, que coincide con el relato evang¨¦lico de la crucifixi¨®n y radicaliza la paradoja del novelista ruso; la ontolog¨ªa del acontecer de Heidegger frente a la metaf¨ªsica del ser; los estudios antropol¨®gico-religiosos de Ren¨¦ Girard, con quien coincide en que si existe una "verdad divina" en el cristianismo ¨¦sta consiste en el desvelamiento de los mecanismos violentos de lo sagrado, que caracterizan al Dios metaf¨ªsico. Es ¨¦sta una filosof¨ªa que tiene bastante de autobiogr¨¢fica. Ah¨ª radica quiz¨¢ parte de la riqueza y del atractivo del libro de Vattimo.

Estamos ante una concepci¨®n posmoderna de la fe, que nada tiene que ver con la aceptaci¨®n de los dogmas r¨ªgidos del catolicismo oficial, y ante una imagen de la Iglesia como comunidad de creyentes que escucha y pone en pr¨¢ctica el mensaje cristiano, al decir del propio autor. Es la Iglesia de "despu¨¦s de la cristiandad".