Recetas para esquivar el gueto
Los responsables de una escuela con la mitad de sus alumnos inmigrantes aceptan responder a las preguntas que unos supuestos padres espa?oles plantean sobre los posibles inconvenientes de inscribir a su hijo en ese centro
Prueba de fuego. Pongamos que una pareja llega, se sienta en la salita de la directora, Mar¨ªa Teresa Feu, y la secretaria y profesora de ingl¨¦s en la escuela, Mar¨ªa Cobos, y pregunta a ambas:
-?Qu¨¦ ventajas puede ofrecerle esta escuela a mi hijo?
El colegio Monjoia es el ¨²nico en Sant Bartomeu del Grau, pueblo de 1.142 habitantes a una hora y media de Barcelona en coche. La f¨¢brica textil daba trabajo a todo el municipio hasta que cerr¨® el pasado junio. El centro p¨²blico m¨¢s cercano se encuentra a 11 kil¨®metros y el privado, a 12. Teresa Feu y Mar¨ªa Cobos se prestan encantadas a la prueba.
- Lo primero que quiero preguntarle -contesta la directora- es si ustedes tienen algo contra los inmigrantes. Porque aqu¨ª hay 117 ni?os, desde los tres a los 12 a?os, y la mitad de ellos, algo m¨¢s de la mitad, el 54%, son hijos de inmigrantes; la mayor¨ªa, marroqu¨ªes y algunos argentinos.
"Estas escuelas tendr¨ªan que estar mimadas por el Gobierno. Y no es as¨ª"
"A veces nos han llamado racistas los padres de aqu¨ª, y los marroqu¨ªes tambi¨¦n"
"No se puede ser tolerante si no se sabe lo que es convivir con otra cultura"
"Lo importante no es que lleven pa?uelo, sino que tengan formaci¨®n suficiente para escoger"
- Nada en contra. Pero tememos que, si hay ni?os que no saben hablar catal¨¢n o espa?ol, perjudique la ense?anza de nuestro hijo.
- Nuestra obsesi¨®n es que el nivel del alumno no baje. Y por eso mezclamos a los ni?os en muchas actividades. Y al mezclarse con ni?os de otra edad, los peque?os aprenden otras cosas y los mayores, al ayudar a los peque?os, desarrollan estrategias. Compartir la educaci¨®n con inmigrantes es preparar al ni?o para una sociedad de mestizaje. Es empezar a entender el mundo actual.
- ?Pero no va esto camino de convertirse en un gueto?
- Hacemos todo lo posible para que no lo sea. Y trasladamos nuestros servicios al resto del pueblo. Tenemos cursos de formaci¨®n de madres marroqu¨ªes. De padres, no, porque si hay padres de Marruecos presentes, ellas no asisten a las reuniones. Quer¨ªamos que vieran los ni?os que la madre pod¨ªa hacer cosas como gimnasia de mantenimiento, aunque ellos se re¨ªan; no se imaginaban a las madres haciendo gimnasia.
Ahora hay un curso de comunicaci¨®n para aprender el catal¨¢n. Quer¨ªamos ense?ar espa?ol porque parece que abre m¨¢s puertas, pero la madre quer¨ªa aprender catal¨¢n para entenderse con sus hijos. Constantemente hacemos cosas para evitar el aislamiento, para que ni el pueblo ni la escuela se conviertan en un gueto.
- Tendr¨¢n ustedes muchos problemas a la hora de integrar culturas tan distintas, ?no?
- A finales de los ochenta, con el primer ni?o que lleg¨® de Marruecos, no dejaba de llorar. Llamamos al padre porque cre¨ªamos que as¨ª el ni?o no llorar¨ªa. En lugar de eso, el padre le peg¨® delante de nosotras y le dijo: "?C¨®mo puedes llorar cuando te he comprado ropa nueva?". Desde entonces hemos aprendido mucho. Al principio, en las entrevistas habl¨¢bamos con los padres hasta que descubrimos que las que se ocupaban del ni?o eran las madres. Pero ellas no hablan nuestro idioma. As¨ª que pedimos traductora y nos entrevistamos con las madres.
- ?No se vuelcan m¨¢s ustedes en la ense?anza de los ni?os inmigrantes?
- Hemos sido acusadas de racistas por ambas partes. Algunos padres de aqu¨ª nos han dicho que tratamos mejor a los marroqu¨ªes, y otros de Marruecos nos dicen que tratamos a sus hijos como esclavos. Pero nos volcamos en todos por igual.
- Desde que empezaron a matricular a tantos inmigrantes, ?cu¨¢ntas familias del pueblo han retirado a sus hijos de este colegio?
- S¨®lo una. Y que hayan dejado de matricular en la escuela, dos familias.
- El tener un 54% de inmigrantes, ?a cu¨¢ntos profesores extra les da derecho?
- A dos y medio.
- ?Y es suficiente con dos maestros y medio?
- Es suficiente si los maestros tienen la disposici¨®n y la formaci¨®n necesaria para trabajar en este ambiente. Las escuelas no podemos quedarnos con un maestro que funciona muy bien si no tiene aprobadas las oposiciones. Y as¨ª no se puede formar un equipo. Y a veces no es que lo sustituya un funcionario, sino que te env¨ªan a otro maestro, tambi¨¦n sin oposiciones, que igual funciona muy bien o no. Pero tiene que iniciar un camino que el otro ya ten¨ªa. Estas escuelas tendr¨ªan que estar mimadas. Cuando el equipo funciona, no se puede desmontar con sana alegr¨ªa. Pero, claro, lo que estamos diciendo entra en colisi¨®n con la normativa del funcionariado.
- Reconocer¨¢n ustedes que si un porcentaje tan alto de la clase no domina ni el catal¨¢n ni el espa?ol, el nivel de aprendizaje de los ni?os no ser¨¢ homog¨¦neo...
- Pero el nivel no es homog¨¦neo en ning¨²n sitio.
- Ya, pero si no se habla el idioma, ser¨¢ menos homog¨¦neo.
- No tiene por qu¨¦. Piense en las escuelas rurales donde hay un maestro para distintos niveles y edades. Cuando el maestro explica algo a uno, el resto de la clase no est¨¢ sin hacer nada.
- Pero d¨ªganme: ?va a aprender el nuestro menos por el hecho de estar en un colegio con un 54% de inmigrantes?
- Depender¨¢ de su hijo y de ustedes, los padres. Cuando el cr¨ªo tiene deseo de aprender, uno se sorprende de lo r¨¢pido que puede aprender. Su hijo no va a tener una acumulaci¨®n de conocimientos, como a?os atr¨¢s, sino muchos recursos para moverse, una base para acceder a la informaci¨®n.
Muchos padres te dicen: "Cuando yo ten¨ªa siete a?os, divid¨ªa por dos cifras. Y mi hijo divide s¨®lo por una cifra". Ahora est¨¢n las calculadoras. El ni?o tiene que tener claro c¨®mo acceder a la informaci¨®n de los reyes godos y c¨®mo extraer la informaci¨®n; por tanto, tendr¨¢ que aprender a resumir, tiene que tener una buena comprensi¨®n lectora. No es tan importante que no sepa la fecha del descubrimiento de Am¨¦rica.
El a?o pasado trabajamos matem¨¢ticas con el ordenador y con los padres. Los padres vienen cinco semanas y trabajan con ellos en el ordenador. Cada padre o madre tiene a su cargo un grupo de tres ni?os, entre los cuales est¨¢ su hijo. Y era una maravilla. La especie humana est¨¢ programada para ense?ar, incluso sin formaci¨®n. Y hab¨ªa padres marroqu¨ªes y espa?oles ense?ando.
- ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, el momento en que ya se podr¨ªa ir esto de las manos si siguen llegando m¨¢s y m¨¢s ni?os inmigrantes?
- Nosotros somos la ¨²nica escuela del pueblo. No podemos poner l¨ªmite. Pero la Administraci¨®n tiene que tener unas pol¨ªticas que ayuden a no provocar guetos, porque los guetos s¨®lo consiguen aislar. Es una pena que s¨®lo acepten a ni?os inmigrantes los centros p¨²blicos. Y, sin embargo, las escuelas concertadas, que se sostienen con fondos p¨²blicos, no contribuyen al bien social.
- ?Ustedes creen que va a cambiar la situaci¨®n con el Gobierno tripartito de la Generalitat?
- Esperamos que s¨ª. La Generalitat tiene que intentar que la responsabilidad de la educaci¨®n sea de todos. Porque los padres tienen derecho a escoger escuelas, pero las escuelas no pueden discriminar alumnos. Y todos sabemos que hay subterfugios para que el inmigrante no vaya a ciertos centros. Si aqu¨ª viene un marroqu¨ª y le digo: "Puede matricular a su hijo, pero se va a sentir en minor¨ªa; tal vez le convenga m¨¢s un centro donde haya m¨¢s marroqu¨ªes...", al final consigo que no lo matricule aqu¨ª.
- ?No han presenciado escenas racistas entre los ni?os?
- Hace poco, los cr¨ªos de 11 o 12 a?os estaban leyendo un libro que hac¨ªa referencia a otras culturas y un ni?o espa?ol se permiti¨® decir: "Todos los moros son una mierda". Resulta que era el ¨ªntimo amigo de Mohamed, un ni?o marroqu¨ª. Yo le dije: "?Es que Mohamed es una mierda?". Y me contest¨®: "Mohamed es diferente y s¨¦ que no es mala persona, pero los otros...". Le volv¨ª a preguntar: "?Y a todos los dem¨¢s los conoces para opinar as¨ª de ellos? ?No crees que habr¨¢ de todo como en todas partes?". Y al rato me dijo: "Pues es verdad".
- ?Hay o no hay racismo entre sus alumnos?
- Hace poco organizamos un acto con otros colegios de la comarca. Los ni?os de otras escuelas rurales sin inmigrantes se comportaron como unos aut¨¦nticos racistas. Repet¨ªan los t¨®picos de la sociedad. Y los de aqu¨ª, no.
- ?Qu¨¦ opinan sobre la ley francesa que proh¨ªbe llevar s¨ªmbolos religiosos en la escuela?
- Creo que se han quedado en la superficie. Lo importante no es que lleven pa?uelo, sino que tengan la formaci¨®n suficiente para escoger si lo quieren llevar o no. Aqu¨ª ten¨ªamos una ni?a con velo y el padre dijo que la ni?a vendr¨ªa siempre con velo y que, adem¨¢s, no tocar¨ªa la flauta como los dem¨¢s ni?os. Porque ve¨ªa que era un s¨ªmbolo f¨¢lico.
Decidimos que decirle que no pod¨ªa venir con pa?uelo era darle m¨¢s importancia de la que tiene. Y menos mal, porque al mes se puso de moda entre las ni?as del pueblo recogerse el pelo con un pa?uelo en forma de media luna, un pa?uelo s¨®lo un poco m¨¢s peque?o que el velo. Pero con lo de la flauta no transigimos. El padre no se la compr¨®, pero ella toca la flauta. Ella no puede sentirse distinta a nosotros. Eso s¨ª: creo que no le ha dicho al padre que toca la flauta.
[Para terminar de convencer a los supuestos padres remisos, la directora del centro, Teresa Feu, concluye:]
- La educaci¨®n no puede ser tan abstracta. Cuando no hab¨ªa inmigraci¨®n, todo el mundo era muy tolerante; y ahora hemos descubierto que somos m¨¢s racistas de lo que cre¨ªamos. No se puede ser tolerante si no se convive con la otra cultura. Y a los maestros nos hace avanzar y aprender.
Y su compa?era Mar¨ªa Cobos a?ade:
- Vemos al inmigrante como una botella vac¨ªa. Que no sabe nada y lo vamos a llenar. Y una persona nunca es una botella vac¨ªa. Podemos aprender mucho de ellos.
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