El para¨ªso del d¨¦ficit
No s¨¦ si por influjo de las ¨²ltimas modas en pol¨ªtica exterior; el caso es que la econom¨ªa espa?ola presenta ¨²ltimamente muchos parecidos con la de EE UU, salvando las distancias, claro. Algunos pensar¨¢n que esto es estupendo, pero descuiden, nuestra renta per c¨¢pita sigue siendo la mitad; gastamos, en porcentaje del PIB, tambi¨¦n casi la mitad en educaci¨®n; dedicamos un tercio de lo que dedican ellos a I+D; tenemos el doble de tasa de paro, etc¨¦tera. Los parecidos son otros: EE UU se ha convertido en el para¨ªso del d¨¦ficit (d¨¦ficit gemelos los llaman ellos, refiri¨¦ndose al d¨¦ficit p¨²blico y al de la balanza de pagos, que ascienden aproximadamente al 5% del PIB), y Espa?a, en lo que respecta a la balanza de pagos, lleva el mismo camino.
El nivel de deuda no presenta problemas de solvencia, pero eleva el riesgo ante futuras subidas de tipos
Esta semana publicaba el Banco de Espa?a la balanza de pagos de noviembre, con un d¨¦ficit por cuenta corriente acumulado desde comienzos del a?o de casi 20.000 millones de euros, un 62% superior al del mismo periodo del a?o anterior. Esta cifra representa un 2,7% del PIB estimado para 2003, porcentaje que, sum¨¢ndole una previsi¨®n razonable para diciembre, puede aumentar al 3,3% para el conjunto del a?o, casi un punto porcentual m¨¢s que en 2002. Hay una diferencia positiva importante, sin embargo, con EE UU: mientras all¨ª el d¨¦ficit tiene su origen en el sector p¨²blico, aqu¨ª ¨¦ste presenta unas cuentas equilibradas y es el sector privado el responsable del d¨¦ficit.
A nivel macroecon¨®mico, el origen y significado de estos d¨¦ficit es el mismo: se gasta m¨¢s de lo que se ingresa, por lo que hay que endeudarse apelando al ahorro for¨¢neo. Desde luego, la tentaci¨®n es elevada, teniendo en cuenta que los tipos de inter¨¦s, gracias a nuestra integraci¨®n en el euro, han ca¨ªdo hasta hacerse negativos en t¨¦rminos reales. Ello explica que la deuda de las familias haya pasado del 31,9% del PIB a finales de 1995 al 57,2% en el tercer trimestre de 2003, y la de las sociedades no financieras, del 47,3% al 80%.
?Es eso malo? Pues, depende. Si el endeudamiento se destina a adquirir activos que, por un lado, sean razonablemente seguros y, por otro, produzcan un rendimiento con el que hacer frente desahogadamente a las cargas financieras actuales y futuras, entonces no hay problema. Pero si ¨¦se no es el caso, estamos ante una situaci¨®n comprometida. En todo caso, como recordaba esta semana un alto cargo del Banco de Espa?a, aunque los niveles alcanzados por la deuda no presenten problemas de solvencia, s¨ª que aumentan considerablemente los riesgos ante futuras subidas de tipos de inter¨¦s, pues las familias y las empresas ver¨ªan aumentadas de forma importante sus cargas financieras, reduci¨¦ndose su capacidad para consumir e invertir, lo que puede dar al traste con la recuperaci¨®n que acaba de iniciarse. ?Que cu¨¢l es la probabilidad de que tarde o temprano suban los tipos de inter¨¦s? Pues mucha, teniendo en cuenta que se encuentran en m¨ªnimos hist¨®ricos.
Hay otros datos en la balanza de pagos igualmente preocupantes, concretamente en la cuenta financiera. Las inversiones directas del exterior en Espa?a siguen cayendo a marchas forzadas por tercer a?o consecutivo (-35% hasta noviembre sobre igual periodo del a?o anterior). Esta ca¨ªda era explicable en 2001 (-23%) y en 2002 (-28%), dado que ¨¦se era su comportamiento a escala internacional, pero no durante el pasado a?o, cuando este tipo de inversi¨®n empez¨® a recuperarse. Parece que lo de la deslocalizaci¨®n va en serio, y en serio deber¨ªamos tomarnos nosotros tambi¨¦n el problema.
?ngel Laborda es director de Coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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