Noche grande del maestro Valderrama

Don Juan Valderrama vivi¨® anoche emocionado y feliz el homenaje conjunto de los flamencos y de la Junta de Andaluc¨ªa. Con el Palacio de Congresos de Madrid lleno a rebosar de invitados, el venerable maestro recibi¨® ovaciones y ol¨¦s, se hizo mil fotos, se puso el sombrero "de medio lao", tuvo fuerzas para cantar con dignidad y sentido un par de tercios por tarantas con su compa?ero de fatigas Juan Habichuela al toque, se sofoc¨® lo suyo con tanta bulla (seg¨²n cont¨® al final su compa?era de 50 a?os, Dolores Abril, tiene una angina de pecho), y vio al final c¨®mo la nonagenaria Pilar L¨®pez se arrancaba a bailar por buler¨ªas en el patio de butacas justo delante de ¨¦l.

Hubo tanta emoci¨®n como l¨ªo: present¨® irreverente Juan Luis Cano, se interpret¨® grabado el himno de Andaluc¨ªa con la gente cantando bajito y puesta en pie (se celebraba el d¨ªa de la regi¨®n, 28-F, por anticipado), habl¨® desde el atril el consejero de Presidencia, Gaspar Zarr¨ªas (que aguant¨® estoico todas las acometidas verbales de Cano y pidi¨® consenso para reformar el Estatuto), y luego empez¨® el cante.

Los flamencos hicieron un tema por barba: igual que en su disco colectivo Tributo flamenco a Don Juan Valderrama (BMG Ariola) pero con la enorme dificultad de salir en fr¨ªo. Miguel Poveda ense?¨® con la milonga La rosa cautiva que el cante que se hace en tierras del Tripartit es hoy el mejor de Espa?a; Montse Cort¨¦s estuvo brillante por tientos; Arc¨¢ngel llen¨® de fantas¨ªa y buen gusto La novia de Reverte; Guadiana y Ni?o Josele dejaron una muy correcta sole¨¢ por buler¨ªa; Potito y El Paquete no llegaron a templarse en los fandangos de Huelva; El Pele pele¨® valeroso con El emigrante en versi¨®n buler¨ªas; la voz rozada y sabia de Carmen Linares llen¨® de matices la malague?a con la ronde?a; El Cigala cant¨® como siempre a dos voces pero se apag¨® enseguida y Jos¨¦ el Franc¨¦s cant¨® otro emigrante pero esta vez en formato pasodoble.

El resultado final era lo de menos. Lo importante era estar all¨ª, poner el coraz¨®n, como dijo Carmen Linares, y agradecer al maestro "por haber dedicado su vida al flamenco". Y al final, el maestro no lo pudo evitar: subi¨® al escenario, Juan Habichuela se templ¨® por tarantas, y su voz dulce y octogenaria cant¨®: "Subir y bajar la cuesta /trasnochar y madrugar y ganar poco jornal / eso no me trae a cuenta / y yo a la minica no voy m¨¢s".