El ¨¢rea de la M-30 que ser¨¢ soterrada oculta 100 enclaves arqueol¨®gicos
El Gobierno protegi¨® en 1993 el subsuelo del Manzanares entre El Pardo y Getafe
Las m¨¢quinas excavadoras que intenten soterrar la M-30, a la altura del Manzanares, se topar¨¢n, adem¨¢s de con yacimientos paleontol¨®gicos y arqueol¨®gicos de "inter¨¦s cient¨ªfico excepcional", con un escollo legal. Todo el r¨ªo, entre El Pardo y Getafe, est¨¢ protegido desde hace 11 a?os por su "excepcional" valor hist¨®rico, reconocido internacionalmente desde hace m¨¢s de siglo y medio. Los museos de Madrid, fundamentalmente el de Ciencias Naturales y el Municipal, guardan numerosas muestras de los hallazgos all¨ª realizados: mamuts, tortugas gigantes o villas romanas.
El ¨¢rea afectada por la protecci¨®n legal incluye, entre otras, el paseo del Marqu¨¦s de Monistrol, el puente de Segovia, el paseo de Extremadura y de la Ermita del Santo, las calles de Sep¨²lveda, de Antonio Lopez y del General Ricardos, ¨¢reas afectadas por el soterramiento de la M-30 que proyecta el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n.
A finales de 1993, siendo presidente regional el socialista Joaqu¨ªn Leguina, el Gobierno de la Comunidad aprob¨® un decreto (113/1993, de 25 de noviembre) que declaraba "bien de inter¨¦s cultural (BIC), en la categor¨ªa de zona arqueol¨®gica", un tramo del r¨ªo que fue denominado "Terrazas del Manzanares, en el t¨¦rmino municipal de Madrid".
Esta declaraci¨®n, que est¨¢ en vigor y que es la m¨¢xima protecci¨®n legal que se puede dar a un yacimiento, impide cualquier obra en la zona afectada si el Gobierno no la desprotege antes (descatalogaci¨®n, en argot administrativo).
Seg¨²n reflejaron los t¨¦cnicos de la Comunidad en la redacci¨®n del decreto de 1993, "la extensi¨®n incluida dentro de la zona arqueol¨®gica de las Terrazas del Manzanares, incoada BIC, se debe a que en ella se localizan m¨¢s de un centenar de yacimientos, tanto arqueol¨®gicos como paleontol¨®gicos, muchos de ellos conocidos y estudiados desde antiguo y otros recientemente".
Grandes vertebrados
La Direcci¨®n General de Patrimonio, cuando inco¨® el expediente, se mostr¨® muy clara a la hora de valorar los yacimientos: "En las primeras d¨¦cadas del siglo XIX se empezaron a encontrar restos f¨®siles de grandes vertebrados en los alrededores del casco urbano (puente de Toledo), haci¨¦ndose m¨¢s frecuente este tipo de hallazgos a lo largo de los a?os, dando lugar a una lista de yacimientos que pon¨ªan de manifiesto la importancia del ¨¢rea de Madrid dentro de la paleontolog¨ªa y la prehistoria, no s¨®lo espa?ola, sino internacional", se?ala el decreto.
El Gobierno regional dej¨® escrito en 1993 que "especial impacto en los c¨ªrculos cient¨ªficos internacionales [del siglo XIX] caus¨® la publicaci¨®n de los hallazgos del cerro de San Isidro, pasando a ser uno de lo sitios cl¨¢sicos profusamente citados en todas las publicaciones sobre el paleol¨ªtico europeo". En 1863, en el cerro de las ?nimas, tambi¨¦n pr¨®ximo a San Isidro, se descubrieron industrias paleol¨ªticas, que fueron publicas por la Sociedad Geol¨®gica Francesa. "A partir de entonces, el inter¨¦s que suscitaron los descubrimientos fue imparable, cre¨¢ndose una serie de instituciones cient¨ªficas para canalizar los trabajos en la zona". Las Terrazas del Manzanares, siempre seg¨²n el Gobierno regional, pueden "considerarse como una de las zonas m¨¢s ricas en vestigios del pasado m¨¢s remoto del hombre y de la era terciaria".
Los t¨¦cnicos regionales dejaron claro en el decreto de protecci¨®n que la zona "abarca ambas m¨¢rgenes del r¨ªo Manzanares, cuyas terrazas han sido ocupadas por asentamientos humanos desde el paleol¨ªtico hasta nuestros d¨ªas, y donde los hallazgos pre y protohist¨®ricos tienen una continuidad especial casi continua, a?adiendo a eso que fueron tambi¨¦n el medio geogr¨¢fico donde en ¨¦poca terciaria se desarroll¨® la fauna hoy totalmente extinguida, de inter¨¦s cient¨ªfico excepcional".
El decreto de protecci¨®n acaba: "Tanto la posibilidad de reestudiar con m¨¦todos cient¨ªficos actuales yacimientos descubiertos hace varias d¨¦cadas y que parcialmente se conservan en zonas urbanizadas (Usera, Villaverde...), como el hallazgo de otros nuevos en ¨¢reas no afectadas por las edificaciones u obras de infraestructura vial", resulta "primordial frenar esta destrucci¨®n y conservar los ¨²nicos documentos materiales que hablan de nuestro pasado m¨¢s remoto y que s¨®lo la arqueolog¨ªa y la paleontolog¨ªa pueden descrifrar".
El portavoz socialista en la Asamblea, Rafael Simancas, anuncia que en "el pr¨®ximo pleno del Parlamento interpelar¨¢n sobre esta cuesti¨®n al Gobierno, que es el que debe proteger la integridad del patrimonio".
Simancas cree que la presidenta, Esperanza Aguirre, ha pactado ya eximir la construcci¨®n de la M-30, proyectada por Gallard¨®n, de declaraci¨®n de impacto. "Es el precio exigido por el alcalde para establecer una tregua. Pero ni el grupo socialista ni los ciudadanos est¨¢n dispuestos a pagar este precio", avanza. Anuncia que exigir¨¢n el cumplimiento de la ley por "v¨ªa pol¨ªtica, institucional y judicial". "Gallard¨®n debe cumplir la ley, como hacen el resto de los alcaldes del regi¨®n", dice.
Tres problemas, tres soluciones
El alcalde y ex presidente regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, siempre supo que su proyecto electoral estrella -el soterramiento de la M-30- conllevar¨ªa grandes problemas t¨¦cnicos. Por ello, cuando a¨²n era presidente en funciones y Esperanza Aguirre se hallaba en campa?a electoral, decidi¨® rodearse de los m¨¢s destacados profesionales con el fin de sortear posibles escollos. En primer lugar, fich¨® a Manuel Melis, el ingeniero que hizo posible el Metrosur, una infraestructura que pocos cre¨ªan que pod¨ªa hacerse. Por eso, a Melis le ha encargado el proyecto t¨¦cnico de soterramiento de la M-30.
El segundo grave problema que pod¨ªa hallar el enterramiento era la obligatoriedad de realizar una declaraci¨®n de impacto ambiental. Para intentar evitarlo, contrat¨® a una empresa, Evaluaci¨®n Ambiental, especializada en informes medioambientales. En su estudio, que pag¨® el Ayuntamiento, se avala eximir de declaraci¨®n de impacto las obras. ?stas son procedimientos administrativos que eval¨²an los posibles da?os de las grandes infraestructuras. Todo el proceso, que debe ser llevado a informaci¨®n p¨²blica, puede llevar m¨¢s de un a?o.
El tercer problema eran los informes arqueol¨®gicos. Como las Terrazas del Manzanares est¨¢n declaradas Bien de Inter¨¦s Cultural, Gallard¨®n orden¨® al consejero en funciones de Las Artes, Carlos Bazt¨¢n, crear una comisi¨®n de expertos que indicase el camino a seguir para no da?ar los yacimientos. La comisi¨®n, formada por tres expertos en paleontolog¨ªa y arqueolog¨ªa, s¨®lo se ha reunido una vez. Y, a¨²n, no se ha pronunciado.
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