El bobo
Ay, los deseos. A veces se cumplen. A veces uno se encuentra con la vida que so?¨®: viajes, hoteles, gente que te escucha... Lo piensas en la sala de embarque de un aeropuerto, despu¨¦s de o¨ªr por los altavoces que el vuelo se retrasa por aver¨ªa del avi¨®n. Tu vecino, un experto en el puente a¨¦reo, te dice: "No, no hay aver¨ªa; el retraso es por la huelga de celo". Ah. Entonces, compras una revista, un perfume o miras el m¨®vil. Pero, sobre todo, te quedas mirando al vac¨ªo. Sientes que se te pone cara de gilipollas resignado. Resignado por el tiempo que vas a perder en la vida en las salas de embarque, por el tiempo que perder¨¢s en el hotel intentando averiguar c¨®mo funciona la ducha, maldiciendo a los dise?adores que te hacen sentir un idiota cuando caes en la cuenta de que, para que salga el agua, simplemente debes situarte debajo de la alcachofa y que, para que se levanten las persianas, s¨®lo har¨¢ falta que se haga de d¨ªa y lo har¨¢n autom¨¢ticamente. Y sabes que luego saldr¨¢s de la habitaci¨®n y una serie de personas amables te estar¨¢n esperando en recepci¨®n, y tendr¨¢s que ser simp¨¢tico, porque en esta vida ya no basta con ser amable; si eres un personaje p¨²blico, tienes que ser simp¨¢tico, contar an¨¦cdotas y divertir a los que te invitan para que no te pongan a caldo en cuanto abandones la ciudad. Y sabes que volver¨¢s a la habitaci¨®n del hotel con la sensaci¨®n de haber hablado m¨¢s de la cuenta, comido m¨¢s de la cuenta y decepcionado a tu p¨²blico. Te acostar¨¢s y, cuando est¨¦s a punto de dormirte, dir¨¢s "?d¨®nde co?o se apaga la luz?", e ir¨¢s dando a todos los interruptores consiguiendo que se accione el hilo musical, que venga la camarera y que se encienda la tele. La tele. Te quedar¨¢s hasta las tantas viendo una pel¨ªcula absurda y al d¨ªa siguiente descubrir¨¢s que le diste al canal de pago. No dormir¨¢s porque la cama es dura, las s¨¢banas, r¨ªgidas, y tendr¨¢s fr¨ªo porque no sabes c¨®mo se apaga el aire. Y esa cara de bobo infeliz se parecer¨¢ a la de Bill Murray en Lost in traslation, que, sin apenas mover un m¨²sculo de la cara, ha sabido representar magistralmente a ese hombre moderno al que se le han cumplido todos los deseos. Al bobo solitario.
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