Democracia y elecciones en Oriente Medio
Al igual que se va probando manifiestamente que en Irak no hab¨ªa temibles armas de destrucci¨®n masiva, tambi¨¦n se est¨¢ demostrando que la invasi¨®n de Irak nada ten¨ªa que ver con introducir la democracia en Oriente Medio. El proceso pol¨ªtico dirigido en Irak por la fuerza ocupante dej¨® enseguida de hablar de "democracia" para sustituirla por "Gobierno representativo", y planific¨® un "traspaso de la soberan¨ªa" en la que, de hecho, el Gobierno iraqu¨ª permanece bajo control norteamericano a trav¨¦s de un mecanismo de selecci¨®n de los representantes iraqu¨ªes basados en la cooptaci¨®n y el caciquismo local. Entretanto, conced¨ªa patente de corso a los kurdos, centraba la represi¨®n en los ¨¢rabes sun¨ªes y malinterpretaba el quietismo shi¨ª, desatendiendo a una figura capital como es Al¨ª Sistani, deduciendo que no eran hostiles a la ocupaci¨®n.
En la visi¨®n tan simplista de las dif¨ªciles alquimias pol¨ªticas y religiosas del Oriente Medio, EE UU no valor¨® -e incluso probablemente ni se inform¨® de ello- que Sistani es el principal mary¨¤ de los cuatro que existen en todo el universo de los 150 millones de shi¨ªes que hay en el mundo. La cualificaci¨®n de mary¨¤ es la m¨¢s alta autoridad moral y espiritual shi¨ª, lo que le convierte en "fuente de imitaci¨®n". Es decir, su inteligencia y sabidur¨ªa no s¨®lo en las fuentes sagradas, sino tambi¨¦n en la filosof¨ªa y todas las ciencias exactas, le convierten en una figura carism¨¢tica e infalible. Pero ¨¦l no lidera un partido pol¨ªtico ni tiene aspiraciones personales en ese sentido; ¨¦l es un gu¨ªa para la comunidad shi¨ª. Tampoco defiende un modelo que una clero religioso y Estado, siguiendo el paradigma jomeinista. Lo que defiende es una Constituci¨®n iraqu¨ª elaborada sin interferencias externas, y un Gobierno independiente y soberano, constituido por pol¨ªticos y no hombres de religi¨®n, que respete los principios isl¨¢micos. As¨ª, de pronto, los americanos descubren que los shi¨ªes quieren elecciones directas y el fin de la ocupaci¨®n, y que, en ese sentido, la posici¨®n que tome Sistani en relaci¨®n a c¨®mo se desarrolle el "traspaso de la soberan¨ªa" marcar¨¢ sin duda el futuro de la situaci¨®n en Irak. Y es ahora, despu¨¦s de un a?o de improvisaciones y errores, cuando descubren la fuerza de Sistani, que se convierte en el gran quebradero de cabeza para Paul Bremer y sus jefes de Washington, en un momento en que est¨¢n muy desesperados por "traspasar la soberan¨ªa" a los iraqu¨ªes, pero de acuerdo con sus particulares reglas del juego, que Sistani no comparte.
Es decir, se trata de transferir una autoridad nominal directamente elegida por Bremer (el Consejo de Gobierno provisional) a otra aprobada por ¨¦l a trav¨¦s de una elecci¨®n indirecta, lo cual ni implica democracia ni soberan¨ªa real. Por otro lado, ante la propia necesidad electoral de la Administraci¨®n de Bush (la ¨²nica v¨¢lida frente a la inferiorizaci¨®n de los pueblos de Oriente Medio determinados a no saber lo que son elecciones libres) por declarar que la ocupaci¨®n se ha acabado y las tropas se retiran, se est¨¢ pensando en un marco en que de facto continuar¨¢ la ocupaci¨®n militar, centrando la atenci¨®n en la retirada de unos 25.000 hombres. El inter¨¦s por organizar este escaparate procede tambi¨¦n de la necesidad de lograr un aparente fin de la ocupaci¨®n para poder verdaderamente lanzar la privatizaci¨®n en Irak, frenada por el car¨¢cter ilegal de la situaci¨®n iraqu¨ª. Por ello han recurrido tambi¨¦n a la, hasta hace poco "irrelevante", ONU para lograr cobertura legal y apaciguar a Sistani. El problema es que una gran parte del staff onusiano no quiere verse implicado en un proceso que es visto, y con raz¨®n, por la inmensa mayor¨ªa de ¨¢rabes y musulmanes como neocolonial, con el descr¨¦dito casi irrecuperable que ello le conllevar¨ªa en toda la regi¨®n.
La cuesti¨®n est¨¢ en que la ¨²nica posible soluci¨®n pasa por un inmediato fin de la ocupaci¨®n, la retirada de las tropas norteamericanas sustituidas por una fuerza multinacional (con participaci¨®n de la Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica) bajo control absoluto de Naciones Unidas. Y a partir de ah¨ª, comenzar el proceso de pacificaci¨®n y reconstrucci¨®n que desembocase en elecciones directas, sin diktats coyunturales que exijan llevar a cabo lo imposible el 30 de junio pr¨®ximo. Y, lo que es muy importante, este proceso no se podr¨¢ llevar a cabo sin antes recomponer la reconciliaci¨®n nacional entre las diferentes comunidades que los norteamericanos han demolido con su pol¨ªtica de privilegios antidemocr¨¢ticos hacia los kurdos, respeto distante hacia los shi¨ªes y hostigamiento, incluso brutal, contra los sun¨ªes.
Por ello, hoy la verdadera democratizaci¨®n exige, adem¨¢s, reconciliaci¨®n nacional, lo que antes no hubiese sido necesario. El rencor y la sospecha van creciendo entre las tres diferentes comunidades, y esa perniciosa situaci¨®n la han creado los norteamericanos. Conscientes de esa posible deriva, pero buscando la manera de desresponsabilizarse a la vez que se empecinan en mantener el control de Irak, est¨¢n tratando de difundir la idea, a trav¨¦s de ese extra?o documento que en el momento oportuno ha encontrado la CIA, de que la guerra civil ser¨ªa responsabilidad de la estrategia de Al Qaeda. Pero en Irak nunca existi¨® conflicto intercomunitario, y si hoy hay grandes riesgos de ello, es por todo lo que ha ocurrido desde el 20 de marzo pasado.
En realidad, EE UU se encuentra en una muy dif¨ªcil situaci¨®n si quiere imponer su dominio sobre Irak. Si mantiene el criterio de levantar el organigrama institucional a trav¨¦s de la elecci¨®n indirecta por medio de los notables locales, se enfrenta a la reacci¨®n shi¨ª. Y si los shi¨ªes se suman a la resistencia, vivir¨¢n una terrible pesadilla. Si, por el contrario, hacen algunas concesiones improvisadas a los shi¨ªes, fuera de todo consenso y reconciliaci¨®n, la resistencia sun¨ª alcanzar¨¢ nuevas cotas de intensidad y se arrancar¨¢ el motor de la guerra civil. En todo ello, no hay el m¨¢s m¨ªnimo signo de inter¨¦s por la evoluci¨®n democr¨¢tica.
En el vecino Ir¨¢n se est¨¢ viviendo tambi¨¦n un momento pol¨ªtico intenso en el marco de las elecciones legislativas y, junto a factores de tipo interno, la situaci¨®n de incertidumbre y desestabilizaci¨®n que ha introducido la pol¨ªtica norteamericana en Oriente Medio, lejos de contribuir al avance democr¨¢tico, est¨¢ influyendo en su involuci¨®n. La actitud radical del sector ultraconservador iran¨ª contra la clase pol¨ªtica reformista, buscando recuperar a su favor y de manera antidemocr¨¢tica la composici¨®n del Parlamento, no ha sido ajena a la atm¨®sfera que ha creado una pol¨ªtica norteamericana que ha integrado a Ir¨¢n en el eje del mal y que mantiene un discurso hostil, defendiendo la necesidad de promover tambi¨¦n un "cambio de r¨¦gimen" en ese pa¨ªs. Sin duda, ha promovido la necesidad de controlar todas las instituciones por parte de la "vieja guardia" del r¨¦gimen.
Frente a ellos, el discurso occidental a favor de la democratizaci¨®n en la regi¨®n no ha integrado en ning¨²n momento a la clase pol¨ªtica reformista, verdadero potencial de la democratizaci¨®n en Ir¨¢n, de manera que no ha recibido ning¨²n apoyo definitivo externo (ojal¨¢ hubiesen logrado el apoyo que Sadam Husein recibi¨® en los a?os ochenta). En consecuencia, se encuentran muy solos para afrontar el ¨®rdago de los conservadores y muchos temen, a su vez, que un enfrentamiento radical promueva una desestabilizaci¨®n que ser¨ªa aprovechada por la CIA y la oposici¨®n mon¨¢rquica iran¨ª, que es un lobby muy bien situado en Washington, y que le inspira cu¨¢l es el futuro deseable para Ir¨¢n. El gran vencedor de esta situaci¨®n es el involucionismo pol¨ªtico y la frustraci¨®n cada vez mayor de una muy modernizada sociedad iran¨ª, que hab¨ªa depositado todas sus esperanzas en un cambio que los reformistas est¨¢n siendo incapaces de desarrollar en profundidad. Hace ya mucho tiempo que la opci¨®n norteamericana, y por supuesto israel¨ª, en la regi¨®n es la de los dictadores y no la de los dem¨®cratas independientes.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe e Isl¨¢mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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