Una alarma tan cierta como antigua

La C¨¢mara de Comercio de Valencia, avalada por un informe del Instituto de Econom¨ªa Internacional de la Universitat de Val¨¨ncia, ha sacudido esta semana el felicitario estado de opini¨®n que predica y fomenta el partido que gobierna la Generalitat. Seg¨²n la mencionada corporaci¨®n, y sucintamente dicho, los sectores m¨¢s caracter¨ªsticos y exportadores de la econom¨ªa valenciana est¨¢n o se abocan a una "importante crisis", debido tanto a la competencia de los pa¨ªses emergentes -China, Corea, la Europa Central y del Este, etc¨¦tera- como a las propias deficiencias estructurales. La gravedad del diagn¨®stico es tal que se prev¨¦n numerosos cierres y fusiones de empresas, a las que se les alienta para que tomen conciencia del problema y se apresten a solucionarlo. El sindicato UGT-PV, m¨¢s severo, conmina al Consell para que afronte el reto y defina la debida estrategia.

Pero el partido que gobierna la autonom¨ªa no tiene el cuerpo para crisis ni para malas noticias. Espa?a va bien, el Pa¨ªs Valenciano va incluso mejor y todos juntos iremos con flores a Mar¨ªa. Es el breviario del PP. Si los responsables pol¨ªticos suelen ser renuentes a la cr¨ªtica, y no digamos a la autocr¨ªtica, en tiempo de elecciones los gobernantes no admiten otro discurso que no sea apologista. Todo lo que no sean flors i violes es desahogo de aguafiestas. No obstante, el consejero de Econom¨ªa, Hacienda y Empleo, Gerardo Camps, tan circunspecto a menudo, se ha sentido obligado a reprobar el informe aludido. A su juicio, la econom¨ªa valenciana crece a buen ritmo y cualquier alarma en este sentido est¨¢ injustificada. Si hay alguna nube en el horizonte -la revalorizaci¨®n del euro sobre el d¨®lar, por ejemplo- es coyuntural y pronto se despejar¨¢.

Es posible que esta r¨¦plica oficial conforte a la mayor parte de la feligres¨ªa conservadora, tan propicia a dejarse anestesiar por el dictamen de la autoridad, y hasta es probable que el mencionado informe agote su eficacia junto a la pila de los muchos que lo precedieron denunciando id¨¦nticos d¨¦ficit y fallas de nuestra urdimbre productiva. Da la impresi¨®n de que haya ca¨ªdo en tierra bald¨ªa el aleccionamiento de los profesores Aurelio Mart¨ªnez Esteve, Jordi Palafox, Mart¨ªnez Serrano, Garc¨ªa Reche o Soler Marco, entre otros de la misma y l¨²cida camada universitaria, nunca objetados, que sepamos, por las cabezas mejor amuebladas del PP ind¨ªgena, como puedan ser el eurodiputado Manuel Garc¨ªa Margallo o el portavoz parlamentario Vicente Mart¨ªnez Pujalte. ?Tambi¨¦n suscriben ¨¦stos la buena salud de nuestra econom¨ªa?

Ya que el debate pol¨ªtico y electoral ha sido proscrito en los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n y rehuido en los medios privados, quiz¨¢ fuese procedente sustituirlo por una confrontaci¨®n pol¨¦mica -en TV, prensa y radio- sobre las flaquezas estructurales que amenazan cap¨ªtulos tan decisivos, entre otros, como el calzado, el juguete, la cer¨¢mica, la iluminaci¨®n o el textil, del que, parad¨®jicamente, el presidente Francisco Camps asegur¨® d¨ªas atr¨¢s que se convertir¨ªa en el motor de la econom¨ªa valenciana. (?En qu¨¦ estar¨ªa pensando?) Y sin olvidar la agricultura. Ser¨ªa un modo pedag¨®gico de instruir al vecindario acerca de los repetidos d¨¦ficit que constituyen la utilizaci¨®n intensiva de mano de obra, escaso capital humano, baja capitalizaci¨®n empresarial, salarios inferiores, minifundismo y, en suma, baja productividad y desindustrializaci¨®n. Alifafes, en suma, que nos predeterminan la decadencia si no se les remedia

En contrapunto al informe que glosamos y la crisis que airea, resulta llamativo constatar la nader¨ªa del discurso pol¨ªtico por estos pagos y en estos fastos electorales. Tanto el de derecha como el de izquierda. Pero si bien al PP le conviene no hacer olas d¨¢ndole p¨¢bulo al conflicto y a las carencias, la oposici¨®n viene obligada a tirar de la manta y ser algo m¨¢s que el eco de Madrid. Otra cosa ser¨¢ que las Carme Alborch, Leire Paj¨ªn, Isaura Navarro y dem¨¢s candidatos m¨¢rtires al Congreso est¨¦n para estos trotes o quieran entrar al trapo, como ser¨ªa el caso del socialista Jordi Sevilla. Por fortuna nos queda el presidente cameral Arturo Virosque que est¨¢ aguantando gallardamente el tipo.