De chiste
Sabes aquel de que una de la oposici¨®n le dice a otro de la oposici¨®n: tengo una buena noticia y una mala noticia. La buena es que la Junta Electoral prohibi¨® una primera piedra con la que el PP quer¨ªa darse pisto en las teles. La mala es que el gobierno ha "acatado" la orden judicial transformando el acto en visita, con la que se hace todav¨ªa m¨¢s propaganda, en sus teles por supuesto.
Cuando Mercedes Sampietro defend¨ªa en los Goya la libertad de expresi¨®n y reclamaba a los pol¨ªticos, entre otras muestras de inteligencia, un poco de sentido del humor, probablemente no se refer¨ªa a las bromas pesadas estilo Berlusconi (cuernos a Piqu¨¦, insultos a eurodiputados, continuas salidas de tono...). Tampoco creo que propugnara el "simp¨¢tico" lanzamiento de moneda de Trillo a periodista, chanza que quiz¨¢ se permiti¨® porque era chica y no un caballero (por cierto, si en cada acto o rueda de prensa con conseller, ministro, subsecretario o candidato hubi¨¦ramos recaudado un euro, al cat¨¢logo de los muchimillonarios le faltar¨ªan hojas para incluir a los redactores y redactoras de medios p¨²blicos).
Las leg¨ªtimas y saludables ganas de re¨ªr nos tienden trampas. Por eso tantas veces nos arrepentimos de no haber reaccionado desaprobadoramente ante algunas "gracietas" cargadas de mala sombra. El jocoso coro de informadores alicantinos subrayando con sonoro regocijo la ocurrencia del ministro es un ejemplo. Y tantas otras festivas reacciones ante chistes pat¨¦ticos pero con disfraz jaranero pretendiendo camuflar la dureza del mensaje. Dime de qu¨¦ te r¨ªes... Con amargura recuerdo un burdo chascarrillo sobre la conveniencia de zurrarle a la esposa, interpretado en el escenario del Teatro Col¨®n de Buenos Aires por artistas de otro lado admirables: nada menos que Les Luthiers. Ellos patinaron y su p¨²blico se tronchaba, ya ves.
(?Sabes ese de cuando la Ley cay¨® con todo su peso sobre uno que dijo que la Justicia era un cachondeo, pero despu¨¦s no impidi¨® que inauguraran precipitadamente la Ciudad de la ¨ªdem, en Valencia, indudable acto electoralista, uno de los muchos que esa misma digna Justicia ha sido incapaz de evitar?)
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