Un sabio de la tierra, el mar y el aire
Una gran exposici¨®n reivindica la figura del ingeniero, matem¨¢tico y f¨ªsico Esteve Terradas
"El hombre m¨¢s extraordinario que he conocido". As¨ª defini¨® Albert Einstein a Esteve Terradas (1883-1950), uno de los cient¨ªficos espa?oles m¨¢s importantes del siglo XX, y as¨ª parecen revelarlo las fotograf¨ªas de este sabio desconocido para muchos. La mirada de Terradas es extraordinariamente viva, y sus ojos casi dejan traslucir el rumor de un cerebro siempre en acci¨®n. Hasta el 14 de marzo, la Escuela de Ingenier¨ªa y Arquitectura La Salle, en el barrio de Pedralbes, dedica 1.000 metros cuadrados de exposici¨®n a recoger las cruciales aportaciones de esta poli¨¦drica figura en los campos de las matem¨¢ticas, la f¨ªsica, la arquitectura, el transporte terrestre, la aviaci¨®n, la oceanograf¨ªa y la telefon¨ªa.
Albert Einstein dijo de ¨¦l: "Es el hombre m¨¢s extraordinario que he conocido"
El espacio, dividido en ocho bloques, recoge la ingente labor de Terradas a trav¨¦s de fotograf¨ªas, v¨ªdeos, planos, extractos de prensa, dibujos, art¨ªculos personales y la reproducci¨®n de algunas infraestructuras creadas por ¨¦l. As¨ª, el visitante puede conocer los pormenores de su trabajo para construir distintas obras: la segunda l¨ªnea de metro de Barcelona, que uni¨® la plaza de Catalunya y Hostafrancs; la red de ferrocarriles secundarios de la Catalu?a interior; la primera central de tel¨¦fonos autom¨¢tica de Espa?a; sus estudios sobre las corrientes marinas, y la construcci¨®n de pistas de aterrizaje y h¨¦lices de avi¨®n. "Esta exposici¨®n rinde, por fin, un homenaje al hombre que moderniz¨® este pa¨ªs", sostiene Vladimir de Semir, responsable del Comisionado de Cultura Cient¨ªfica del Ayuntamiento de Barcelona.
De Semir explica que iniciativas como ¨¦sta "ayudan a recuperar figuras cruciales de ¨¢mbito cient¨ªfico y t¨¦cnico que han sido capitales para entender la forma en que vivimos hoy, y que pertenecen a nuestro pasado cultural tanto como los mejores pintores o escritores". Como creador y primer presidente de Endesa en 1944, y del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (INTA) dos a?os antes, Terradas mantuvo contactos con la dictadura franquista, "aunque ¨¦l no era simpatizante del r¨¦gimen. Se fue de Espa?a y despu¨¦s volvi¨®, y vivi¨® esa ¨¦poca, como tantos", subraya De Semir.
Recordado por muchos por sus clases, tuvo una brillante carrera docente: fue nombrado catedr¨¢tico a los 24 a?os, y como profesor de automovilismo en la Escuela del Trabajo obligaba a los estudiantes a montar y desmontar un coche centenares de veces hasta transformarlos en los mejores mec¨¢nicos. Adem¨¢s, fue de los primeros en comprender que la investigaci¨®n y la Universidad deben ir unidas y fich¨® como profesores para la Escuela del Trabajo a profesionales de las f¨¢bricas Hispano-Suiza, Siemens y Compa?¨ªa Terrestre y Mar¨ªtima. Terradas desempe?¨® tambi¨¦n un papel determinante en la difusi¨®n de la cultura, la t¨¦cnica y la ciencia: fund¨® la secci¨®n de Ciencias del Institut d'Estudis Catalans, y durante su vinculaci¨®n con la Mancomunitat de Catalunya, puso en marcha cursos monogr¨¢ficos que atrajeron a Catalu?a a distintas personalidades: el f¨ªsico Arnold Sommerfeld, el matem¨¢tico Tullio Levi-Civita, y el mismo Einstein, de cuyas teor¨ªas Terradas fue uno de los principales difusores en Espa?a.
Lo cierto es que Terradas personifica al hombre renacentista, al que todo le interesaba y de todos aprend¨ªa: excelente fot¨®grafo, mel¨®mano, viajero, pol¨ªglota -Eugeni d'Ors dec¨ªa que los alemanes encontraban "excesivamente perfecto" su alem¨¢n-, era capaz de aprenderse de memoria 300 p¨¢ginas cada d¨ªa. Lector incansable "de libros que me consuelan en las horas amargas", seg¨²n escribi¨®, Terradas certific¨® con su ingente labor que el ¨²nico motor posible es el conocimiento: "Confiemos en nuestro esfuerzo, en la voluntad de saber, sin desfallecimiento y con fe. ?Es preciso navegar!", ley¨® en su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales en 1933.
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