Libreros, los sastres de las letras
Siempre he cre¨ªdo que aquello que ha imprimido el car¨¢cter cultural que se le reconoce a Barcelona ha sido, y es, el libro. Los libreros, los impresores, los editores y los autores son la base sobre la que nuestra ciudad ha cimentado su capitalidad cultural. Barcelona, capital hist¨®rica de la edici¨®n, acoger¨¢ en 2005 el A?o del Libro y la Lectura, cita que ya cuenta con un consejo promotor constituido hace pocos d¨ªas en un acto solemne en el Sal¨® de Cent del Ayuntamiento y al que ya se han adherido m¨¢s de 160 personas, organismos e instituciones relacionadas con el mundo del libro. Coincidiendo con el cuarto centenario de la publicaci¨®n del Quijote, la ciudad quiere convertirse en una gran fiesta de los libros a la que todos, sin excepci¨®n, estamos invitados. Se trata de una oportunidad ¨²nica con la que dar un espaldarazo importante al fomento de la lectura, especialmente entre los m¨¢s j¨®venes. Apostando por el libro, Barcelona apuesta por el futuro. Y en este sentido, situando el libro en el centro de nuestra cotidianidad para acabar haciendo de la nuestra una ciudad de lectores, el papel de los libreros es fundamental.
Las librer¨ªas de Barcelona, oasis de quietud y saber ajenos al ajetreo urbano, tienen un papel vital en este reto, en el que hace a?os que trabajan nuestras bibliotecas, cada vez m¨¢s y mejores. Hurgar bajo la piel del paisaje literario de Barcelona nos permite encontrar decenas de librer¨ªas -grandes y peque?as, centenarias y reci¨¦n nacidas, de viejo y de fondo- que muestran, orgullosas, escaparates repletos de libros. En algunas pervive todav¨ªa un hecho diferencial que creo que es de justicia reivindicar. ?Qu¨¦ tienen en com¨²n Documenta, ?ncora y Delf¨ªn, Laie, La Central y Jaimes? Para quienes las conocen, la respuesta es clara: comparten una pasi¨®n, la literatura y el ensayo, y est¨¢n en manos de unos libreros que s¨ª mezclan, y c¨®mo, el trabajo con el placer. Al igual que las bibliotecas, las librer¨ªas son espacios que preservan y difunden el conocimiento. La labor de los libreros es, en este sentido, fundamental si queremos que Barcelona siga siendo una ciudad de letras, lectora y de lectores. Y es que comprar un libro ha de continuar siendo algo m¨¢s que pagarlo.
La industria del libro, el principal sector cultural del pa¨ªs y la fuente del desarrollo de otros surgidos posteriormente, hace a?os que se muestra inagotable. Miles de t¨ªtulos aterrizan cada a?o en las librer¨ªas provocando que la oferta -los libros- tenga muy pocos d¨ªas para convencer a la demanda -los lectores-. El aluvi¨®n de novedades es de tal envergadura que ¨¦stas, en pocas semanas, han de dejar su sitio para que puedan exponerse otras, que a su vez tendr¨¢n que seducir r¨¢pidamente al lector si no quieren convertirse en material de devoluci¨®n. Esta tiran¨ªa obliga a las librer¨ªas -todas, sin excepci¨®n, hijas de la cultura- a primar la novedad editorial. En este contexto, entrar en una librer¨ªa que se resiste a ser mera expendedora de ejemplares sigue siendo un privilegio.
Escaparates que responden a un criterio de excelencia hecho por el propio librero esconden las librer¨ªas con alma: las de fondo, amplio pero selectivo, con libros siempre disponibles porque no siempre entramos en ellas para comprar y s¨ª para curiosear. Perderse entre t¨ªtulos, recorrer estanter¨ªas llenas de libros como quien recorre una ciudad descubriendo sus secretos es uno de los grandes placeres que nos regalan estas librer¨ªas. Al frente de ellas, libreros que, antes que nada, son lectores. Lectores y sastres de las letras: nos escuchan, asesoran, aconsejan, ayudan y recomiendan t¨ªtulos que, una vez le¨ªdos, encajan como s¨®lo lo hace un traje hecho a medida.
Dicen, y dicen bien, que no existe libro sin lector. Sin lector y, a?adir¨ªa, sin librero. En sus manos, en sus lecturas y recomendaciones, la ciudad delega parte de este apasionante reto convencida de que puede contar con su complicidad y entusiasmo. Por eso me complace reivindicar su trabajo y que ocupen un lugar destacado en el A?o del Libro y la Lectura 2005, as¨ª como en eventos de nuevo cu?o, como el Sal¨® del Llibre, que Barcelona dibuja para su futuro m¨¢s inmediato.
[M¨¢s informaci¨®n sobre el A?o del Libro, en Quadern]
o de Barcelona.
Ferran Mascarell es regidor de Cultura del Ayuntamient
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