M¨¢s madera
La hemos visto mil veces. Un polic¨ªa veterano, corrupto, curtido en mil batallas, racista, hom¨®fobo y descre¨ªdo, patrulla junto a un joven novato con nuevas ideas, al que le cuesta sobrevivir en la jungla de los continuos pagos de favores, de los trueques entre confidentes de pasado criminal y fuerzas de la ley. Dark blue, otra peli de polis, de las que ni matan ni engordan, ni molestan ni dejan poso.
Basada en un texto de James Ellroy, la historia no se acerca ni en sue?os a la hondura y negrura de otras obras del autor de L. A. Confidential. Pero, sobre todo, la direcci¨®n de Ron Shelton (especializado en cine deportivo con cintas como Los b¨²falos de Durham o Los blancos no la saben meter) no puede estar m¨¢s lejos de la garra, la intensidad y el estilo de gente como Curtis Hanson o Sydney Lumet (Serpico), que lograron obras maestras con materiales semejantes. En demasiados momentos, Dark blue parece m¨¢s un correcto episodio de una serie policiaca de los ochenta que un largometraje con pretensiones comerciales.
DARK BLUE
Direcci¨®n: Ron Shelton. Int¨¦rpretes: Kurt Russell, Scott Speedman, Brendan Gleeson, Ving Rhames. G¨¦nero: policiaco. EE UU, 2002. Duraci¨®n: 118 minutos.
Al guionista David Ayer, autor de Training day (otra de polic¨ªa corrupto que gu¨ªa los pasos de un pardillo), le ha faltado esta vez el acompa?amiento a su escritura, simplemente apa?ada pero con posibilidades. Antoine Fuqua, sin ser nada del otro mundo, tiene muchos m¨¢s recursos que Shelton, y comparar a Scott Speedman y Kurt Russell con Ethan Hawke y Denzel Washington (que gan¨® su segundo Oscar por Training day) es perder el tiempo. Adem¨¢s, Ayer ha sucumbido a la utilizaci¨®n de vulgares reiteraciones, dirigidas a espectadores con pocas ganas de escurrirse el cerebro. "Luego preguntas por qu¨¦ bebo tanto", comenta en voz baja a no se sabe qui¨¦n la mujer del personaje de Russell, con ¨¦ste en otra habitaci¨®n.
Dark blue est¨¢ ambientada en Los ?ngeles, en abril de 1992. El tel¨®n de fondo son las revueltas callejeras surgidas por la paliza recibida (y grabada) por el negro Rodney King a manos de la polic¨ªa. Un infernal ambiente que ni Ayer ni Shelton saben utilizar del todo. As¨ª se llega a un final que deb¨ªa haber sido negr¨ªsimo tal y como se hab¨ªa desarrollado la historia, pero que es rimbombante (esos discursitos en p¨²blico son un delirio), poco cre¨ªble y de un color gris blanquecino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.