"Aspiro a zanjar el problema del modelo de Estado"

Mariano Rajoy, el candidato del PP a la presidencia del Gobierno, no esconde que alimenta ambiciones propias, pero dice que no es el momento de confesarlas. Su escudo es la expresi¨®n "exactamente", con la que quiere reflejar el grado con que piensa aplicar las actuales pol¨ªticas del Gobierno Aznar. "Aspiro a zanjar en mi mandato el problema del modelo de Estado", admite, aunque ya "no tenemos el consenso con el PSOE y lo necesitamos".

Rajoy, a sus 48 a?os, se est¨¢ construyendo a marchas forzadas un liderazgo de cercan¨ªas (sus seguidores le gritan "Mariano"), con ideas de alguien cargado de sentido com¨²n. "Mi objetivo capital es crear en cuatro a?os dos millones de empleos y que al final, cuando me vaya, la gente diga que vive un poco mejor". Y de muestra saca su pasado reciente, de presidente de la Diputaci¨®n de Pontevedra entre 1983 y 1987. "Yo, que no soy tan viejo, llev¨¦ el tel¨¦fono a muchas aldeas gallegas e inaugur¨¦ la luz el¨¦ctrica. Recuerdo adem¨¢s que cuando el bar en el que se pon¨ªa el tel¨¦fono era de un socialista, en mi partido encima me montaban un pifostio".

"?Aburrido? Yo no soy un 'showman', s¨®lo soy un se?or que quiere ser presidente del Gobierno"

"Yo llev¨¦ el tel¨¦fono a muchas aldeas gallegas. Si el bar era de un socialista, mi partido me montaba un pifostio"

El 'Prestige'. "Es muy duro soportar que cien manifestantes me arruinen la fiesta de Reyes de mi hijo"

Tambi¨¦n aspira a crear un consejo audiovisual para poner coto a "ciertos desmanes" televisivos. "Ya he hablado con los responsables de Antena 3 y Tele 5 para decirles que espero que colaboren". ?Y con TVE? "No he hablado".

Por lo que dice, el resto de las pol¨ªticas de Rajoy se basan en el seguidismo, incluida la posici¨®n espa?ola en la Uni¨®n Europea o la presencia de tropas espa?olas en Irak. ?Va a introducir cambios en la pol¨ªtica econ¨®mica? "Voy a aplicar exactamente la actual pol¨ªtica del PP" ?Con las mismas personas? "Eso se habla despu¨¦s de las elecciones". Pero fue usted quien eligi¨® a Rato como n¨²mero dos de su lista. "Rodrigo es una persona de una val¨ªa insuperable y encima es mi amigo, pero estas cosas hay que hablarlas despu¨¦s del 14 de marzo".

Rajoy se cierra en banda a la hora de abordar equipos y personas, porque "estas cosas levantan muchas ampollas y s¨®lo traen problemas". Adem¨¢s, hay que ir con cuidado porque se trata de una situaci¨®n nueva. Hasta ahora, explica, en Espa?a los presidentes se presentaban a las elecciones hasta que perd¨ªan, y se consideraba que era tambi¨¦n una derrota de la generaci¨®n de los que formaban su Gobierno. "Ahora es distinto. Aznar se va porque le da la gana y deja a uno de su generaci¨®n al frente. El criterio para formar Gobierno ser¨¢ una f¨®rmula intermedia con algunos ministros actuales y otros de la generaci¨®n que nos sigue". A partir de ah¨ª, se cierra en banda. Nada sobre el recambio de Trillo o Cascos, dos de los seguros a sustituir, seg¨²n fuentes solventes del PP. Nada sobre la estrella ascendente de Zaplana y muy poco sobre la emergente de Gabriel Elorriaga, su jefe de campa?a electoral. "Es un t¨ªo muy listo, al que ya conoc¨ªa de mi etapa de ministro de Administraciones P¨²blicas, y era bueno hacer alg¨²n cambio en el partido". ?Y ve posible una ministra del Interior? "Perfectamente". Pero me estoy refiriendo a su amiga Ana Pastor, la titular de Sanidad. "Veo posible eso y lo contrario".

Rajoy, centrado en el presente, no entra en el futuro. "El objetivo es la mayor¨ªa absoluta para formar un Gobierno que no est¨¦ condicionado. Y todos los dem¨¢s partidos persiguen justamente lo contrario". ?La hip¨®tesis de una coalici¨®n con CiU? "Ni siquiera me la planteo". El candidato del PP afirma que no cree en las encuestas, igual que hizo en 2000 cuando fue jefe de la campa?a de la mayor¨ªa absoluta. S¨ª reconoce que, desde el 23 de enero, cuando empezaron a recibir los tracking (an¨¢lisis diario de la evoluci¨®n de voto), "el PP ha ido creciendo mientras el PSOE contin¨²a plano".

El candidato del PP hace la campa?a en un birreactor alquilado, un Citation Excel de nueve plazas, que es propiedad del empresario Alberto Cortina. Poco antes de partir, se produce un revuelo en el aeropuerto privado de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid) por la presencia de un fugaz Beckham, rodeado por un enjambre de maletas. Fue como una premonici¨®n, porque la jornada del mi¨¦rcoles se convirti¨® en un ba?o de masas, en la inmersi¨®n populista del candidato Rajoy.

Una foto con el l¨ªder

En un d¨ªa lleno de actos, la organizaci¨®n local del partido se hab¨ªa empleado a fondo en cada caso, pero Rajoy super¨® a todos de largo. La visita a una cooperativa de envasado de hortalizas en El Ejido (Almer¨ªa) fue el primer plato, y durante el tentempi¨¦ de despedida el candidato a presidente no pudo probar bocado por atender a la fila de los que le ped¨ªan una fotograf¨ªa dedicada. Dio satisfacci¨®n a todos con paciencia de artesano. "?C¨®mo no vas a hacerlo si lo ¨²nico que quieren del l¨ªder es una foto o un abrazo?", coment¨® luego.

De ah¨ª, con la caravana empujada por el despliegue de la Guardia Civil, al teatro de Roquetas de Mar, donde la aspirante a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, Te¨®fila Mart¨ªnez ("conmigo tendr¨¦is", es su soniquete), calent¨® el acto. Rajoy se lanz¨® a deg¨¹ello contra Zapatero y cuando dijo que los socialistas "no saben lo que van a hacer con Espa?a", tres mujeres de una edad se lanzaron al escenario para cubrirlo de besos.

De vuelta en el avi¨®n, la cita es en San Pedro del Pinatar, final de la primera etapa de la vuelta a Murcia. Rajoy, consumado aficionado, ten¨ªa que entregar al ganador el jersey amarillo. "A las tres de la tarde, llegada al aeropuerto de San Javier", reza la ficha del PP con el programa del d¨ªa, "y el problema es que son las cuatro y cinco y a¨²n no hemos aterrizado", comenta el candidato. El pinchazo de una avioneta que nos preced¨ªa en la pista hab¨ªa retardado el despegue. Al final hubo suerte porque los ciclistas, por el calor, llegaron con retraso. Rajoy firm¨® aut¨®grafos y se dio un paseo de casi una hora apretujado por la gente del pueblo, con visita improvisada y fotos incluidas a una caseta de alistamiento de las Fuerzas Armadas. As¨ª, de cerca, "todo el mundo le llama Mariano", lo que le llena de gozo.

La apoteosis del d¨ªa fue el mitin en el pabell¨®n de deportes de la ciudad de Murcia. 87 autobuses llegaron de los pueblos. Con su envergadura desgarbada, el candidato extiende el brazo con el pulgar hacia arriba, lanza besos al p¨²blico, da paseos de torero por el estrado con los brazos en triunfo y traduce al micr¨®fono los esl¨®ganes que corea la grada de entusiastas colocados detr¨¢s del escenario. Cuando termin¨® el discurso, Rajoy se lanz¨® de un salto desde el estrado para ser apretujado por sus incondicionales. Veinticuatro minutos de reloj tard¨® el candidato en retirarse.

Todo esto forma parte de un plan, pero tambi¨¦n es un esmero diario. Los primeros d¨ªas, el candidato popular entraba y sal¨ªa con tales zancadas que parec¨ªa dejar estela en las im¨¢genes. Ahora se recrea y repasa cada noche meticulosamente fallos y aciertos. "Me acusan de aburrido porque he metido programa por un tubo. Los gritos no son compatibles con la explicaci¨®n de los proyectos. Yo no soy un showman, s¨®lo soy un se?or que quiere ser presidente del Gobierno", explica. Y avisa: "Ahora nos vamos a divertir; ha llegado el momento de dar mucha estopa al PSOE".

"Ataco porque es un mitin"

Esta estrategia de ir de la explicaci¨®n a los ataques estaba planificada y no responde a un reparto de papeles, como se pensaba. Rajoy define las tres fases de su campa?a. "La primera fue la del balance de los ocho a?os de Gobierno, que para nosotros actu¨® como una plataforma de lanzamiento". Dur¨® hasta el 17 de enero. La segunda, la fase de presentaci¨®n del programa en foros y actos sectoriales, se extendi¨® hasta el 26 de febrero. Y la tercera empez¨® con la pegada de carteles en la plaza del Obradoiro, de Santiago de Compostela. "Si ataco es porque un mitin no es una conferencia", matiza.

?Habr¨¢ debate con Zapatero? "No soy sospechoso de no hacer debates, porque los he sufrido, y muy duros, en el Congreso a causa del Prestige y por la guerra de Irak". Entonces, c¨®mo y cu¨¢ndo. "Lo que no estoy dispuesto es a hacer el primo porque Llamazares ha dicho que quiere ser ministro y Carod ha anunciado que le va a votar". Rajoy se dispara con la tesis de que su adversario no es Zapatero, sino la coalici¨®n que, a su juicio, ha formado con IU y Esquerra Republicana de Catalunya ("No s¨®lo es el Gobierno tripartito, es que tienen candidaturas conjuntas al Senado"). ?Y si aceptaran los tres? "Ya veremos", contesta, y no se le saca de ah¨ª.

Rajoy es un interlocutor de estructura flexible, a la gallega, que aparenta admitir siempre las objeciones para acabar cerr¨¢ndose sin fisuras sobre sus puntos de vista. Se ha construido con tes¨®n una biograf¨ªa de pol¨ªtico dialogante y da fe de ello cuando asegura que, si gana, se reunir¨¢ con todos los presidentes auton¨®micos. "Eso es indiscutible", apostilla. Quiz¨¢ es la ¨²nica pauta en la que, de momento, no le preocupa distanciarse de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Tambi¨¦n est¨¢ de acuerdo en que, cuando la lucha electoral acabe, va a ser necesario el consenso entre ¨¦l y Zapatero para "zanjar" el modelo de Estado y revitalizar el Pacto Antiterrorista. Empieza con una defensa del di¨¢logo y de repente se le abren las heridas. "Es que es muy duro soportar cuatro meses de acoso, de pasquines como si fuera un facineroso, y que cien manifestantes me arruinen gritando a las puertas del hotel la fiesta de Reyes de mi hijo", se lamenta al recordar su etapa del Prestige. Y enseguida reaparece el candidato: "Pero exijo claridad. Siempre he pactado con el PSOE, pact¨¦ el modelo de 1992, pese a los problemas que ten¨ªan, pero ahora desconozco cu¨¢l es el modelo de los socialistas".

Comida en Jockey

"Maragall simboliza la divisi¨®n interna del PSOE. Su modelo de Estado no es el de Bono, no es el de Rodr¨ªguez Ibarra. Lo mismo pasa con el Plan Hidrol¨®gico Nacional, que en cada sitio defienden una posici¨®n distinta." Tambi¨¦n existe un resquemor profundo hacia Zapatero, id¨¦ntico al que siente el l¨ªder del PSOE. "Al principio estuvo bien, pero en los ¨²ltimos tiempos ha mantenido una actitud muy dura, ha encabezado todas las manifestaciones, ha ido a peor". Y Rajoy se lanza: "Sin duda, necesitamos el consenso del PSOE , pero el pasado 31 de julio invit¨¦ a Zapatero a comer en Jockey para hablar del problema, que ya estaba sobre la mesa. ?l me vino con la historia de una trama inmobiliaria en Madrid y no quiso salir de ah¨ª. Luego, los del PSOE se reunieron en Santillana del Mar para fijar su modelo, pero despu¨¦s vino el pacto tripartito para formar Gobierno en Catalu?a y todo se fue al garete".