De lo micro a lo macro
Ni las entregas de premios ni los conciertos en teatros rebosantes. Para Jorge Drexler (Montevideo, 1964), la noche m¨¢s intoxicante ocurri¨® hace unos meses en R¨ªo de Janeiro, cuando Paulinho Moska -que canta dos temas de Drexler en su reciente Tudo novo de novo- convoc¨® a la vanguardia de la m¨²sica brasile?a para presentar a su c¨®mplice uruguayo: "All¨ª estaban Lenine, Chico C¨¦sar, Fernanda Abreu, Los Hermanos, Adriana Calcanhotto, Celso Fonseca. Terminamos tocando hasta las mil. Intu¨ª que formamos parte de un movimiento, todav¨ªa no bautizado, donde coincidimos desde Moska al argentino Kevin Johansen. Por esas afinidades secretas, lo m¨ªo gusta all¨ª: Walter Sales, el director de Estaci¨®n Central de Brasil, me encarg¨® la canci¨®n final de The motorcycle diaries, la pel¨ªcula sobre los viajes del joven Che en moto".
Drexler se pasma ante los m¨²sicos brasile?os: "Pueden venir de la calle, un espacio que imprime car¨¢cter, pero tienen alma cosmopolita y saltan a la primera l¨ªnea internacional sin perder sus esencias. Un percusionista como Marcos Suzano, que toc¨® en Eco, ha reinventado el pandeiro al ponerle un micr¨®fono y procesar el sonido resultante, que es pr¨¢cticamente el de una bater¨ªa. Son cuestiones que las agrupaciones carnavalescas uruguayas -o sus inspiradoras gaditanas- no se han planteado todav¨ªa. La m¨²sica popular brasile?a lleva casi un siglo viajando, adapt¨¢ndose a los mass media, confront¨¢ndose con los g¨¦neros dominantes extranjeros. A su ritmo, ellos est¨¢n protagonizando una evoluci¨®n similar a, no s¨¦, la que va de John Lee Hooker a Miles Davis".
Parad¨®jicamente, Eco (Dro East West), su nuevo disco, apenas contiene muestras de esas canciones sinuosas, con sensuales hechuras brasile?as, que iluminaban la obra de Drexler. No es la ¨²nica variaci¨®n: "He diluido conscientemente las proclamas de identidad que marcaban discos anteriores, las canciones sobre Uruguay. Una decisi¨®n que me ratific¨® Contra las patrias, de Savater, que le¨ª tras componer el disco. Me incomoda ser considerado en mi pa¨ªs el embajador de la m¨²sica uruguaya, que me aplaudan por creerme un triunfador en Europa. De la misma manera, tampoco est¨¢n esas historias que reconfortan a la comunidad jud¨ªa. All¨ª agradecen que escribiera El pianista del ghetto de Varsovia antes de que se popularizara la pel¨ªcula; no s¨¦ si aceptar¨ªan igual una canci¨®n sobre una familia palestina que lleva tres generaciones en un campo de refugiados. Y tampoco me satisface ser encuadrado en el batall¨®n de cantautores al estilo cl¨¢sico".
Eco va de lo micro a lo macro, de las cr¨®nicas de la cotidianeidad a las grandes cuestiones filos¨®ficas. "?As¨ª lo ves? Est¨¢ muy fresco el disco y todav¨ªa lo siento extra?o. No he elaborado un discurso que explique en qu¨¦ consiste Eco. Puedo hablar de la novedad que supuso grabar en Uruguay: pasamos un mes en un estudio antiqu¨ªsimo, Sondor, con una ac¨²stica maravillosa y los mismos micr¨®fonos que usaban los Beatles. Lo que se oye en Eco son tomas hechas con toda la banda tocando que Juan Campod¨®nico manipul¨® posteriormente. Se usan t¨¦cnicas de la m¨²sica electr¨®nica como una lupa que transforma el resultado final".
M¨¢s all¨¢ del m¨¦todo de creaci¨®n, Drexler disfruta reconociendo impulsos e influencias: "Est¨¢ Chico Buarque, cuyo Futuros amantes ha generado varias canciones de Eco, por su visi¨®n del amor como una fuerza que viaja a trav¨¦s del tiempo y la distancia. Tambi¨¦n puedes encontrar sombras de El c¨¢ntico c¨®smico, de Ernesto Cardenal. Y la liberaci¨®n m¨¦trica que supuso adaptar al espa?ol rapeos de Jovanotti. Ahora ando fascinado por cuartetos de cuerda como el Kronos y el Brodsky, sobre todo por su disco con Elvis Costello".
Uno sospecha que Eco supone un salto significativo en la discograf¨ªa de Drexler: hasta las canciones de dormitorio se dinamizan con un vertiginoso impulso intelectual. As¨ª, Todo se transforma sigue el curso de la energ¨ªa desatada por un beso, una relaci¨®n de causa y efecto que va desde La Rioja hasta Bah¨ªa, pasando por Tur¨ªn. Tambi¨¦n aparecen piezas hechas a medias. Se va, se va, se fue es la adaptaci¨®n tanguera de Blue panther, composici¨®n de Ben Sidran. M¨¢s dolorosa es la historia de Milonga del moro jud¨ªo: "Sabina me pas¨® unos versos hermosos, no sab¨ªa qui¨¦n era el autor: 'yo soy un moro jud¨ªo / que vive con los cristianos / no s¨¦ qu¨¦ dios es el m¨ªo / ni cu¨¢les son mis hermanos'. Quer¨ªa que compusi¨¦ramos algo sobre la Intifada y el 11-S, 'debemos mojarnos'. Trat¨¢ndose de Joaqu¨ªn, no debe sorprender que terminara trabajando solo. Consult¨¦ Googgle sin muchas esperanzas y me qued¨¦ noqueado: los versos eran de Chicho S¨¢nchez Ferlosio. Le telefon¨¦e ?y ni siquiera quer¨ªa firmarla conmigo! De hecho, no ten¨ªa una editorial que gestionara sus derechos. Hab¨ªa logrado lo m¨¢s grande: sus creaciones forman parte del cancionero popular, yo hab¨ªa o¨ªdo en Suram¨¦rica Gallo negro, gallo rojo y siempre cre¨ª que era un tema folcl¨®rico. Cuando quise conocerle, me dijeron que acababa de morir".
Jorge Drexler presenta Eco en Santiago de Compostela (18 de marzo), Bullas (20), Madrid (26), Valencia (27), Zaragoza (15 de abril) y Barcelona (16).
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