Hidratados
Esc¨¢ndalo en Inglaterra. La empresa Coca-Cola comercializa un agua de "extraordinaria pureza" que resulta ser agua del grifo tratada con tecnolog¨ªa de la NASA. Los envidiosos competidores de la Coca-Cola no han tardado en desenfundar sus oxidadas armas y las autoridades inglesas recelan de que el anzuelo publicitario del producto sea "pura". De lo que se trata es de evitar la publicidad enga?osa, algo que, llevado hasta las ¨²ltimas consecuencias, implicar¨ªa la inmediata retirada del mercado de casi todos los productos. Puede que al que la etiquet¨® como "pura" se le fuera un poco la mano, pero ha conseguido un pelotazo mercadot¨¦cnico digno de pasar a la historia. La hipocres¨ªa colateral hace mal en escandalizarse de que pueda embotellarse agua del grifo. ?Acaso no es la Coca-Cola agua tratada con un genuino sentido del espect¨¢culo?
Por cierto: ?el agua mineral embotellada es m¨¢s triste que la del grifo? ?Viene de Marte? ?Son tristes los marcianos? La tesis del agua extraterrestre, anunciada a bombo y platillo por la NASA, no es nueva. El japon¨¦s Masaru Emoto, en su libro Mensajes del agua, escribe: "Estamos empezando a comprender que el agua no es exclusividad de la Tierra, sino que existe en todo el espacio". Y eso lo dijo en 1997, as¨ª que menos lobos. Y mi ind¨®mita y desordenada amiga Carla Sauret, en uno de sus cuentos in¨¦ditos (Estuvimos depilando kiwis hasta bien entrada la madrugada) sobre la inestabilidad consustancial de las parejas y la debilidad emocional de todas las especies del universo, ya predijo esta pasi¨®n acu¨¢tico-gal¨¢ctica: "Despu¨¦s de una mec¨¢nica sucesi¨®n de coitos, el alien¨ªgena se tom¨® dos garrafas de agua mineral". Las caracter¨ªsticas propias de este popular brebaje (incoloro, inodoro, ins¨ªpido) pueden quedar en entredicho si los fabricantes empiezan a darle color. Cuando a Apple se le ocurri¨® vender ordenadores de colores distintos de los tradicionales, los amantes de la austeridad crom¨¢tica fruncieron el ce?o. Lo mismo ocurri¨® con la ropa interior y los tel¨¦fonos m¨®viles, y acabar¨¢ pasando con el agua, que ser¨¢ azul, amarilla, verde, naranja o lila en funci¨®n del Pantone mental de cada sediento.
Pese a los esc¨¢ndalos, pues, el agua mineral sigue estando muy prestigiada. Es sin¨®nimo de salud y en la etiqueta de alg¨²n envase (botella de pl¨¢stico, aunque tambi¨¦n los hay en tetrabrik) pueden leerse afirmaciones tan espeluznantes como: "Te ayuda cada d¨ªa a sacar lo mejor de ti", que suena a cap¨ªtulo central de libro de autoayuda. Eso explicar¨ªa que abunde tanto. Te la ofrecen en las emisoras de radio y televisi¨®n, y los pol¨ªticos, entrenadores de f¨²tbol y conferenciantes la tienen cerca, quiz¨¢ para sentirse menos desamparados (algunos hacen trampa y llenan las botellas con ginebra, vodka o ese l¨ªquido que, con simp¨¢tico sentido de la redundacia, algunos etiquetan como "alcohol et¨ªlico"). El agua mineral es, adem¨¢s, una bebida de gran prestigio noct¨¢mbulo. En mis tiempos insomnes, beber agua por ah¨ª era considerado una mariconada. Ahora las nuevas drogas producen tanta sed que los j¨®venes la consumen sin prejuicios y a hectolitros, como dir¨ªa el presidente de la Comunidad de Murcia. Cuando el ¨¦xtasis se puso de moda, algunas discotecas descubrireron que el consumo de alcohol bajaba en picado. La venta de agua, en cambio, se disparaba, aunque tambi¨¦n se percataron de que los pastilleros acud¨ªan en peregrinaci¨®n a los servicios a rellenar sus botellines de pl¨¢stico. Soluci¨®n: cortaron el agua y as¨ª hab¨ªa que comprarla embotellada en la barra y pagar una pasta. Ahora podr¨¢n cobrar por venderla directamente del grifo.
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