Discapacitados
HAY QUE AFRONTAR las campa?as electorales
con la tranquilidad de saber que los pol¨ªticos son algo insinceros, como dir¨ªa Pocholo. Si cumplieran lo que prometen, el pa¨ªs acabar¨ªa probablemente en la ruina. Ya es una costumbre que, una semana antes de las elecciones, el PP prometa m¨¢s ayudas para los familiares de discapacitados. En las anteriores elecciones, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar prometi¨® diputados discapacitados (?!). Esta vez es un aumento de las desgravaciones para las personas con un familiar discapacitado. Alg¨²n d¨ªa, no lo descarten, se dejar¨¢ de ayudar a las familias y se reconocer¨¢n los derechos de los discapacitados, que son ciudadanos con derechos, no adjuntos a la familia. Eso a veces no es f¨¢cil de entender ni de explicar. Imaginemos dos parejas que viven en el mismo edificio. Comparten rellano. Se han embarazado en septiembre. Suele pasar, esas tardes tan fresquitas y el optimismo posvacacional. Durante nueve meses, las dos parejas comentar¨¢n las incidencias del embarazo, qu¨¦ tripa m¨¢s gorda, mi mujer tal, mi marido pascual, etc¨¦tera. En todo son iguales, pero esa igualdad se romper¨¢ el d¨ªa del parto, porque un beb¨¦ nace sano y otro con par¨¢lisis cerebral. En la familia con un hijo discapacitado lo m¨¢s probable es que la madre deje de trabajar. Es el primer coste econ¨®mico, que se suma al coste emocional y al coste social: la vida de esa mujer queda interrumpida.
Adivinen qu¨¦ lugar ocupamos en Europa respecto a atenci¨®n domiciliaria y residencias de ancianos. Han vuelto a acertar
A partir de ah¨ª empiezan los gastos, desde los pa?ales especiales hasta la ortopedia pasando por el transporte y cien mil peque?as cosas m¨¢s. Eso son gastos para la familia, pero es que, adem¨¢s del punto de vista de la familia, existe el punto de vista del discapacitado, del individuo, del ni?o. Si sienten curiosidad, consulten en FEAPS qu¨¦ lugar ocupa Espa?a en Europa respecto a la atenci¨®n temprana. Lo han adivinado. No es la primera divisi¨®n. Hay tambi¨¦n algunos estudios sobre el coste familiar del cuidado de un enfermo de alzheimer. Adivinen qu¨¦ lugar ocupamos en Europa respecto a atenci¨®n domiciliaria y residencias de ancianos. Han vuelto a acertar. Se dir¨¢ que se hace lo que se puede, que no siempre hay dinero suficiente. Si se completa la frase, queda como sigue: se hace lo que se puede y no hay dinero suficiente para atender a todos los ciudadanos, por lo que decidimos dejar fuera de cobertura a los m¨¢s d¨¦biles, que son los discapacitados; a ¨¦sos, que los cuide la familia.
No es muy raro leer en la prensa del coraz¨®n rese?as de actos ben¨¦ficos en favor de paral¨ªticos cerebrales que no encuentran centros donde ser atendidos. Lo que no precisan esas cr¨®nicas es que los paral¨ªticos cerebrales no encuentran esos centros porque no existen, no por falta de pericia investigadora. Curiosamente, en esas cr¨®nicas suele destacar la presencia de alguna autoridad. Ser¨ªa m¨¢s l¨®gico esperar de las autoridades que legislaran para que no fuera necesaria la beneficencia, pero es el sistema que tenemos en Espa?a y, como no hemos conocido otro, nos parece normal.
Una vez llegados aqu¨ª, si han tenido ustedes paciencia, se preguntar¨¢n d¨®nde est¨¢ el chiste. Es que hoy esto es interactivo: tienen ustedes que consultar el art¨ªculo 49 de la Constituci¨®n. Ver¨¢n qu¨¦ risa. Aunque parezca incre¨ªble, la Constituci¨®n espa?ola tiene algo m¨¢s que t¨ªtulo preliminar, t¨ªtulo VIII y art¨ªculo 155.
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