El reino de los cielos
Se marcharon de C¨®rdoba los de la pel¨ªcula de Scott sin poder grabar en la Mezquita. Escap¨® Cajasur de la tutela de la Junta de Andaluc¨ªa y durante casi un a?o el cura pederasta de Pe?arroya ha oficiado misas, casado y bautizando pese a ser condenado a 11 a?os de c¨¢rcel por abusos sexuales a menores. Tres episodios que han elevado a nuestra provincia a la escena nacional precisamente por la intransigencia, intolerancia, fanatismo y prepotencia de la que goza aqu¨ª la Iglesia cat¨®lica. As¨ª es que mientras las autoridades civiles se empe?an en el rescate imposible de aquella vieja tolerancia que dicen tuvo C¨®rdoba cuando cohabitaban los de las tres culturas abrahamicas, y recaban apoyos a la capitalidad cultural de 2016, el poder religioso mantiene con toda su fuerza una feroz oposici¨®n al progreso de nuestra sociedad.
Un informe de la Federaci¨®n Municipios y Provincias se?alaba las muchas deficiencias que la capital cordobesa tiene en materia cultural. Entre ellas citaba el desinter¨¦s de la iniciativa privada en el desarrollo de actividades art¨ªsticas, festivas y culturales. Preguntada una corresponsal extranjera acerca del esc¨¢ndalo Cajasur, cuando se supo que los sacerdotes cobraban por acudir a conferencias y sesiones cinematogr¨¢ficas y su presidente se hab¨ªa blindado para ¨¦l y su familia una jubilaci¨®n de oro, respondi¨®: "No me cabe duda de que quien manda en C¨®rdoba es la Iglesia, por encima de la sociedad civil".
Y en el tiempo, sin que se nos haya olvidado los megacumplea?os y la sumisi¨®n-alianza del partido en el Gobierno a las exigencias del banco cat¨®lico, dos sucesos coinciden ahora para mayor abundamiento del poder real de los ministros de Dios aqu¨ª. El desterrado ex obispo Mart¨ªnez, dijo cuando se le pregunt¨® por la permanencia del cura pederasta en el altar de Pe?arroya, una vez sentenciado, "que una cosa es la justicia de los hombres y otra la de Dios". Su sucesor, el obispo Asenjo, siguiendo su ejemplo, ha mantenido en su puesto al abusador sexual tambi¨¦n hasta que el esc¨¢ndalo ha sido tan may¨²sculo que Madrid ha decidido cortarlo. La Iglesia pontifica, no obstante, acerca de los pecados de los mortales, pero no sobre los que ella misma comete, con el consentimiento t¨¢cito o expl¨ªcito de los de la cosa terrenal. As¨ª es que no pasa nada cuando influyen en la ley y la cambian para hacer y deshacer a su antojo en el banco cat¨®lico, no pide perd¨®n cuando se llenan los bolsillos con los ahorros de los trabajadores y cobran hasta por rezar y no reconoce que en su seno hay ovejas enfermas que necesitan tratamiento.
Tampoco se ruborizan cuando impiden que la cultura cinematogr¨¢fica ruede en la Mezquita, que es patrimonio de la humanidad, y que ellos confunden con patrimonio eclesial, ni porque la entidad financiera que controlan invierta en inmobiliarias especulativas en vez de aportar sus beneficios al desarrollo de las capas m¨¢s desfavorecidas. He de reconocer que de vez en cuando su presidente sale en las fotos con alg¨²n donativo para los pobres.
Los de la capitalidad cultural del 2016 que no busquen rivales ni competidores fuera, los tienen dentro.
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