El carnicero ya es maratoniano
Jos¨¦ R¨ªos gana en Jap¨®n el marat¨®n de Lake Biwa y llama con fuerza a las puertas de Atenas
Hace ya a?os que Jos¨¦ R¨ªos cerr¨® la carnicer¨ªa de Argentona (Barcelona) que regentaba con su esposa, le colg¨® el cartel de se arrienda y se fue a vivir a Majadahonda (Madrid). Ya era atleta profesional. Ya pod¨ªa vivir al fin de la afici¨®n que desde peque?o le robaba las horas.
Entre tajo y tajo, buscando siempre el buen corte, el sesgo bueno, al solomillo, al lomo bajo o al morcillo, entre mango de cuchillo jamonero y cuchillo chuletero, R¨ªos, que dentro de una semana cumplir¨¢ 30 a?os, encontraba un hueco para salir a correr todos los d¨ªas, para participar en carreras populares los fines de semana, para dar una cierta plenitud atl¨¦tica a su magro cuerpo de 1,70 metros y 50 kilos.
Y entonces, de repente, como surgiendo de la nada, apareci¨® por las pistas de tart¨¢n. Una revelaci¨®n. Fue en agosto de 2000, en v¨ªsperas de los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney. Gan¨® el campeonato nacional de los 10.000 metros. Lo hizo con una espectacular marca de 27m 22,20s, la segunda mejor de la historia del atletismo espa?ol. S¨®lo le superaba Roncero, su amigo Fabi¨¢n Roncero.
Roncero, el rey del madrile?o barrio de Canillejas, es el arquetipo de los corredores populares, de los locos por las zapatillas, por estarse todo el d¨ªa rodando de ac¨¢ para all¨¢. Con ¨¦l, R¨ªos se rap¨® la cabeza y a su rueda termin¨® el sexto en los Campeonatos del Mundo de Edmonton 2001. Tambi¨¦n lo hizo en 2002 y fue bronce europeo bajo la lluvia de M¨²nich, la noche de gloria de Chema Mart¨ªnez.
Por entonces ya viv¨ªa en Madrid, ya se entrenaba por Canillejas, por el pol¨ªgono industrial de Vallecas o por la Casa de Campo con Roncero y su gente. Ya era la ¨¦poca en que se pon¨ªa una peluca para correr disfrazado, junto a Roncero, claro, la marat¨®n popular de Madrid. Ya hab¨ªa decidido que el 10.000, con tantos africanos corriendo tan deprisa, copando los podios, no pod¨ªa seguir siendo su prueba. Y, como tantos otros fondistas antes que ¨¦l, como Mart¨ªn Fiz, Abel Ant¨®n o Chema Mart¨ªnez, dio el gran salto. Con Roncero, por supuesto.
Es tan agotadora la carrera de los 42,195 kil¨®metros... Tanto tiempo cuesta recuperarse del da?o muscular, del maltrato que se infligen, que los fondistas s¨®lo suelen disputar dos maratones al a?o. Dada la multiplicaci¨®n de los campeonatos, uno es el oficial. El otro tiene un doble car¨¢cter: alimenticio y clasificatorio. Es en invierno o en primavera. Es el que sirve para lograr la marca, para reafirmarse, para ganarse una plaza en el equipo nacional. R¨ªos prepar¨® concienzudamente su debut en 2003. Acompa?ado de Roncero, ya un veterano en la distancia -tiene, con 2h 7m 23s, el r¨¦cord espa?ol desde Rotterdam 99-, se concentr¨® en la altura de Tenerife, hizo sus mejores entrenamientos, se prepar¨® como nunca, quiz¨¢s demasiado. Y baj¨® a competir, con Roncero, a Rotterdam. Los dos se retiraron. No pudieron terminar. El cuerpo les dijo "basta". No pudieron clasificarse para el marat¨®n de los Mundiales de Par¨ªs. Pens¨® en disputar el 10.000 en la capital francesa, pero un s¨²bito ataque de apendicitis se lo impidi¨®. No se rindi¨®, sin embargo. Tampoco Roncero. De todas maneras, cambiaron de t¨¢ctica. Nada de experimentos. Nada de pasarse. Nada de entrenamientos en Canarias o en las alturas.
Ayer, R¨ªos, sin Roncero, que duda entre el de Rotterdam o el de Londres, en abril, para buscar su marca, gan¨® el marat¨®n de Lake Biwa, en Otsu (Jap¨®n), despu¨¦s de tirar solo, cara a un molesto viento, durante los ¨²ltimos ocho kil¨®metros. La marca fue muy buena, cercana a la de su amigo: 2h 7m 42s. Las puertas de Atenas, las mismas que se le cerraron a Mart¨ªnez hace un mes en otro marat¨®n en Jap¨®n, se le han abierto de par en par.
El mallorqu¨ªn Toni Pe?a, que logr¨® 2h 8m 10s en Fukuoka (Jap¨®n) el pasado diciembre, es el otro atleta que tiene una marca potable para acudir a la cita ol¨ªmpica griega. Hay hueco para tres y otros tres atletas aspiran a cubrirlo. Uno es, claro, Roncero. Los otros dos son Francisco Javier Cort¨¦s, de Terrassa (Barcelona), que no sabe si participar¨¢ en Rotterdam o Londres, y el toledano Julio Rey, bronce en los Europeos de M¨²nich y plata en los ¨²ltimos Mundiales, que buscar¨¢ su plaza en el de Par¨ªs, la ciudad que el a?o pasado le hizo grande.
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